Marcelo Comas
José Tabares disfruta de su buen presente en el Club Deportivo Castellón, que milita en la Segunda División de España. Marcó nueve goles en el último semestre y el equipo ocupó un magnífico quinto puesto, muy cerca del ascenso. Dentro de pocos días comenzará la tercera temporada en la ciudad que lo adoptó como un hijo propio. Por estos días disfruta de un merecido descanso en La Paz, junto a sus familiares y amigos. En diálogo con ANALISIS, el ex jugador de la CAI, el Necaxa mexicano y Arsenal contó sus vivencias en el fútbol ibérico y admitió que a los 30 años vive una etapa de madurez plena y, aunque planea seguir rompiendo redes en el Viejo Continente, no descarta volver a Patronato para jugar en la Primera B Nacional.
José Carlos Tabares nació en la localidad de San Gustavo, en el departamento La Paz. Allí comenzó a darle forma a su personalidad y ya mostraba sus habilidades con la pelota número 5. Lo suyo no era la técnica, sino que se destacaba por someter a los arqueros a pura potencia. Con paciencia y buenos consejos logró aprovechar esas virtudes para abrirse paso en el deporte de sus amores. Aunque él mismo reconoce que “nunca hizo inferiores, nunca tuve una escuela para aprender”.
Es un tipo de perfil bajo, apegado a las buenas costumbres y el respeto, que se entrega entero en cada entrevista. De visita por sus pagos se hizo un tiempo para atender a este semanario.
–Se te perdió el rastro porque es poca la información que se encuentra de tu carrera en Internet.
–La verdad que sí, porque al jugar en la Segunda División de España no se difunde mucho por televisión en Argentina. Se pasan a veces los goles que hacemos los argentinos, pero es poco lo que se difunde.
–¿Cuántas temporadas llevás jugando para el Castellón?
–Va a ser la tercera.
–¿Cuál es balance de tu campaña en el fútbol español?
–Estuve seis meses a prueba cuando me fui de Arsenal de Sarandí. Enseguida me hice querer por la gente, justo cuando el equipo estaba peleando el descenso e hice goles importantes que sirvieron para salvarnos. Me acuerdo de los goles más importantes, uno de ellos al Real Madrid B. Eso ayudó a que me renovaran el contrato, entonces solo tuve que arreglar mi desvinculación con Arsenal y resolver el contrato con la CAI (Comisión de Actividades Infantiles).
–Quiere decir que esos goles te pusieron en la vidriera.
–Claro, porque la decisión de Arsenal era que fuera a prueba durante seis meses y poder tener más continuidad. Arsenal quería que vuelva a la institución. Pero el Castellón decidió comprar el pase y en Sarandí aceptaron firmar la opción.
–¿Con qué equipo se puede comparar el Castellón en Argentina?
–Me hace acordar mucho a cuando estaba en Comodoro Rivadavia con la CAI. La ciudad es algo similar, con cerros, es un estilo parecido. Eso sí, el clima no es igual. El club es cumplidor, te paga, es ordenado, no tiene deudas y en eso se parece a la Comisión de Actividades Infantiles. En la Argentina hay pocos clubes que están al día con los jugadores.
–¿Cómo resultó la adaptación a un país y a una cultura diferentes?
–Yo estoy viviendo solo en España. En cuanto a lo deportivo, los campos de juegos son más rápidos y el césped es muy bajo. Una vez que te adaptás, es muy lindo. Es un estilo de fútbol que se parece mucho a la Primera División en Argentina. Porque yo creo que en el Nacional B se juega fuerte, y en la segunda de España se deja jugar al fútbol.
–¿Seguís manteniendo las mismas características de jugador aguerrido y con potencia?
–Siempre uno va aprendiendo cosas. Cuando llegué a Patronato a mí me faltaban muchas cosas: me caracterizaba por mi actitud, la fuerza e ir para adelante. Estuve en la CAI, en Arsenal y en el Necaxa de México, y fui aprendiendo cosas en los entrenamientos. Ahora estoy mejor con la pelota, y de eso me doy cuenta cada vez que juego. Son cosas que en el camino me faltaron, yo nunca hice inferiores, nunca tuve una escuela para aprender.
–¿Fueron los entrenadores los que te ayudaron a pulir esos detalles?
–Aprendí mucho en Comodoro Rivadavia. Allí tuve la oportunidad de que me dirigiera Marcelo Fuentes, que es un loco del trabajo y gracias a él estoy donde en este lugar. Y a uno le gustaban esas enseñanzas, porque quería seguir progresando. Marcelo me agarró y me dijo: “Así se para una pelota”. Son cosas que te ayudan a mejorar el control del balón.
–¿Se puede decir que ahora sos un jugador más técnico?
–Sí. Se siente una diferencia, porque creo que los jugadores de fútbol todos los días aprendemos cosas.
–¿Te imaginás jugando muchos años más en Europa?
–No sé hasta cuando voy a seguir jugando en España. Lo que sí es que me quiero quedar jugando allá, me siento muy a gusto, la gente me quiere mucho y el club también, así que voy a tratar de terminar mi carrera en el exterior. Con uno o dos años más yo creo que está bien.
–Repasando algunos portales en Internet aparecen publicadas algunas notas donde se difunde la buena relación que tenés con la gente del Castellón.
–Cuando llegué me bautizaron El Huracán y la verdad no sé por qué.
–¿Tiene alguna explicación ese apodo?
–No sé, muchos dicen que es porque estaba jugando en Comodoro Rivadavia y allí predomina el viento. Nunca me pregunté por qué me decían El Huracán. Una vez que piso el campo de juego todos me dicen así.
–¿Cuántos goles llevás convertidos en el exterior?
–Alrededor de 30 goles.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
