Hugo Remedi

“Lo de Urribarri es lamentable, no hay justificación para que se comporte del modo que lo está haciendo”, dijo el diputado nacional Lisandro Viale (PS-Coalición Cívica) en un reportaje con ANALISIS. También embistió duro contra el matrimonio presidencial y contra Jorge Busti. Advirtió que muchos legisladores nacionales del oficialismo no comparten las medidas contra el campo pero que por oportunismo se esconden detrás de la Presidenta. Justificó la unión de la Sociedad Rural y la Federación Agraria Argentina y dijo que para el futuro la disyuntiva es ver “cómo se crece, con quién se crece y cómo se distribuye”. Además, dijo que el Parlamento es una casta política aislada de la sociedad y que, pese a la opinión instalada, se ve más inoperancia que corrupción. Planteó dudas sobre las posiciones reales de Cristina Cremer y Gustavo Zavallo frente al conflicto agropecuario y aseguró que el gobernador Sergio Urribarri “jamás” lo llamó, ni siquiera para su asunción.

-¿Los Kirchner hicieron del Congreso un decorado?
-Yo entiendo que el Congreso de la Nación está en una situación lamentable porque ha perdido su autonomía y su capacidad de debate en función de una mayoría automática que ha logrado el oficialismo y ha transformado a este parlamento, que debería ser la síntesis de las diferencias de la democracia, en una escribanía de la Casa Rosada. Lamentablemente esto es así y hasta lo reconocen los propios legisladores que son parte de este bloque de mayoría automática.

-¿Se puede ser socialista y defender la postura de estos sectores del campo, a los que el gobierno califica de golpistas, de ultraderechistas?
-Absolutamente sí. El nuevo actor social de estos últimos 15 años es el pequeño rentista, que es el dueño de 50, 100 o 300 hectáreas, que hasta hace pocos años era productor y hoy ya no lo es. Arrienda su campo, se sigue llamando productor, pero en realidad es un pequeño rentista. Los que todavía no salieron de esa categoría, o que no son grandes dueños de tierra y que siguen siendo los que ponen el lomo en el campo y asumen el riesgo del proceso productivo, son los que ganaron las rutas aquel 11 de marzo, y a ellos se fueron sumando en forma concatenada todos los actores civiles y sociales de los pueblos del interior. Y a su vez, por supuesto, los grandes grupos que concentran la cuestión del campo, que es la síntesis más clara de lo que sucede hoy.

-¿Cómo se explica lo de la Federación Agraria y la Sociedad Rural juntas?
-La respuesta es muy simple: el que tiene mucho pierde de ganar y el que tiene poco pierde de comer. El hilo conductor es que a nadie le gusta que lo saqueen, ni al rico ni al pobre. Pero la diferencia de estar en las rutas por tiempo indeterminado a no estarlo, es aquel que pierde de comer y que si sale de este paro se va a volver a su chacra para venderla o para salir del sistema, y ésta es la discución de fondo que se está planteando hoy en la Argentina.

-¿Cómo ves el rol de Sergio Urribarri?
-Lo del gobernador es para ponerle una sola palabra: lamentable, pero lamentable en toda su dimensión. Lamentable en el sentido de que lo que quiere demostrar el gobernador electo hace pocos meses es que con la obsecuencia institucional y la pleitecía partidaria se pueden obtener réditos. Yo creo que al gobernador le debería dar vergüenza haber conseguido esos supuestos 1.600 millones de pesos para la provincia por portarse bien. Y en vez de estar avergonzado de eso, sale a mostrarse por todas las cámaras y por todos los medios periodísticos.

-¿A río revuelto ganancia de Busti?
-Busti y Urribarri son dos caras de una misma moneda, esto está muy claro. Busti tiene un olfato político realmente muy avezado producto de estar desde hace 30 años en los principales lugares de conducción política de nuestra provincia y de su propio partido, por lo que llega a límites que son, para mí, inusitados. Fue el primer menemista, el primer duhaldista, el primer kirchnerista y cuando el barco se empieza a hundir es el primero en abandonar cada uno de estos lugares, a tal punto que llegó a renunciar a la presidencia de su propio partido diciendo que lo hacía en nombre de la juventud. Yo lo que me pregunto es si él cree que alguien le cree las cosas que dice.

-Sin embargo sigue siendo el principal referente político de Entre Ríos.
-Creo que la gente se subordina al poder, que por supuesto tiene, en función de prebendas que no solamente se hacen con aquellos que no tienen qué comer sino también con profesionales, empresarios, periodistas, políticos. De esta forma han venido sobreviviendo a instancias de lo que se llama “la chapa”, de la obediencia en función de algo.

-¿La gente está anestesiada, entonces?
-Me parece que más tarde o más temprano, la gente esto lo va a empezar a ver y en Entre Ríos hay una sola posibilidad, que es la construcción de una alternativa política a este bustismo y a este urribarrismo, que en definitiva son lo mismo. Cuando les conviene se pelean, cuando les conviene están juntos y cuando les conviene son oficialismo y oposición en un mismo partido. Debemos dejar de analizar toda esta cuestión y ponernos a trabajar para generar una alternativa política entre los partidos democráticos de la oposición.

-En ese sentido, los argentinos tuvimos una muy mala experiencia…
-Bueno, debemos aprender de los errores cometidos de experiencias anteriores para, con reglas claras y frente a una mesa y con transparencia política y honestidad intelectual, poder generar un nuevo tiempo en Entre Ríos. Y por supuesto, esta instancia debería contar con la Unión Cívica Radical, el Partido Socialista, la Coalición Cívica, la gente del Partido Comunista, el Partido Nuevo Espacio, etcétera.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)