Jorge Riani

Es la cara visible de la lucha del campo en todo el país. Alfredo De Ángeli, el dirigente entrerriano de la Federación Agraria Argentina, pronostica que a Sergio Urribarri “le va a ser muy difícil gobernar” si no se suma al reclamo del agro, porque ahora la ciudad también se agregó a la demanda. Admite que Jorge Busti hoy opina sin la presión de pagar sueldos, y que no pararán hasta que el gobierno nacional cambie el modelo de política para el campo. Reclama la sustitución de las rentas por el impuesto las ganancias, y jura que no quiere ser candidato a nada. Pero ante la repregunta dispara: “Sólo si lo piden y sirvo, lo pensaré”. En esta entrevista también responde sobre los históricos postulados de la entidad y cree que “no es tiempo” de una reforma agraria que distribuya la tierra.

No deja ninguna mano tendida sin la respuesta de su palma callosa y rústica. Con una bandera argentina a modo de capa, se arrodilla en el acoplado que oficia de escenario para responder los pedidos de posar para fotos, recibir cartas anónimas y distribuir besos y abrazos.

Tres monjas mercedarias lo saludan como si se tratara del mismo Joseph Ratzinger, mientras una de ellas pronuncia frases enojadas hacia algún “pingüino”. Una turista japonesa, llamada Lin, también logró pararse a su lado para tomarse una foto histórica. “Me gusta el campo”, respondía la mujer oriental en dificultoso castellano ante cualquier pregunta, y a modo de salvoconducto en medio del apretujón asfixiante y enloquecido.

No es cantante, ni tanguero -pese al nombre-, ni futbolista, ni predicador. Es Alfredo De Ángeli, el dirigente agrario que personifica la lucha más difícil que enfrenta el gobierno kirchernista desde su ascenso en mayo de 2003. Estuvo en Villa Mantero cuando Carlos Menem huyó para no enfrentar la protesta entrerriana, participó en cada acción ruidosa contra la instalación de la fábrica de pasta de celulosa de Botnia y forma parte de un colectivo de dirigentes con notable solvencia intelectual y firmeza militante.

Sin embargo, la estrella de insondable trayectoria que ilumina con su destello de fama le dio de lleno a él. Y con él -con Alfredo De Ángeli- habló ANALISIS, como tantas veces, pero ahora lidiando contra los curiosos, cholulos y coleccionistas de garabatos salidos de puños famosos.

En esta entrevista habla del fenómeno mediático que arrastra a su persona, opina sobre las actitudes de Jorge Busti y Sergio Urribarri, sobre su relación con Néstor Kirchner desde antes de que asuma la Presidencia. Asegura que no quiere ser candidato a nada, pero termina admitiendo que bajo ciertas condiciones “pensaría” si le piden que sea diputado nacional. De los antiguos postulados de la Federación Agraria Argentina también habla en este reportaje realizado al final de una larga jornada de más de 17 horas de vigilia.

–Alfredo, por estas horas han incorporado un discurso que quizás marca un punto de inflexión en el mensaje que ustedes vienen diciendo: “La lucha ya supera la cuestión de la renta, y ahora se va por el cambio del modelo de país”. ¿Qué significa exactamente eso?
–Qué pasó: primero empezamos a reclamar por el sector agropecuario. El sector agropecuario está arrasando la agroindustria, principalmente en Santa Fe, Córdoba y algo en Entre Ríos, donde se hacen máquinas agrícolas. Así empieza a haber desocupación, y ya sabemos lo que pasa cuando llega eso. Ya [afecta] al transporte. Estaba hablando con un transportista que antes traía de Buenos Aires tres camiones por día de mercadería. Ahora un camión le alcanza. Quiere decir que el campo entró en recesión.

–Se produce un derrame al revés, negativo.
–Exactamente. Y al entrar en recesión el campo se empezaron a resentir los comercios de los pueblos. Entonces no sólo es Gualeguaychú, sino que también en Urdinarrain, en Rosario del Tala, en Gualeguay ya es el pueblo el que sale, porque sabe que si le va mal al campo les va mal a los pueblos.

–Un cambio de modelo, ¿significa un cambio de gobierno? ¿O lo que ustedes reclaman se puede hacer con los mismos actores políticos que están hoy?
–No, no, no, no… ¡Por favor! Con este mismo gobierno, pero que tiene que federalizar la economía. Dejar de saquear… de sacar las retenciones y empezar a hablar del impuesto a las ganancias que es el que se coparticipa a las provincias. Las retenciones son un impuesto a la venta. Cuando tenés una mala cosecha… ¿y cuando tenés una mala cosecha? Te sacan igual el 44 o el 45 por ciento de la soja. Este año en Entre Ríos no hubo una buena cosecha. Por eso decimos que hay que cambiar el modelo. Aparte, ¿si no se siembra trigo qué vamos a hacer a fin de año?

–Sería histórico.
–Sería histórico que Argentina no tenga trigo. ¿Y si en dos años tenemos que importar leche? Va a ser lamentable. Si no promocionamos la ganadería vacuna nos vamos a quedar sin vacas.

–El gobierno dice que con estas medidas que ustedes rechazan, precisamente, se busca desalentar la soja para fomentar otras actividades. Si ponen en dudas que sea para desalentar la soja, ¿dónde está el origen del aumento a las retenciones? ¿Es un capricho, como dijeron ustedes, es una imposición, es el Club de París? ¿Qué hay detrás?
–Primero que es con fines recaudatorios. Y si es con fines recaudatorios primero habría que hacer crecer la economía, porque con eso van a recaudar más. Porque si no, entramos en un círculo vicioso que en unos años va a terminar generando mayor pobreza porque no va a haber producción. [Nicolás] Avellaneda, cuando toma el país estaba en turbulencia económica, apostó a la producción agropecuaria y pudo nivelar el país, diferente a lo que se está haciendo ahora.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)