D. E.
Un ex espía inorgánico de la SIDE Paraná denunció ante la Justicia Federal al ex agente del mismo organismo, Juan Carlos Legascue, por amenazas reiteradas en forma anónima, como así también reveló que dicho personaje cuenta con “abundante documentación” en torno a hechos de la última dictadura en Entre Ríos. El ex agente Ramón Ceferino Mendoza aportó copia de las amenazas que habría hecho Legascue, tanto a él, como a otros profesionales de Paraná y a los empresarios Guillermo Kohan y Jacobo Jajam, en agosto de 1999, con identidad cambiada, según pudo determinar ANALISIS. Así también, presentó un extenso informe de inteligencia -de más de 800 fojas-, que habría llevado adelante el citado Legascue entre 1971 y 1976, donde constan los seguimientos que se hacían a numerosos militantes de la década del ‘70, varios de los cuales se encuentran actualmente desaparecidos.
La historia tiene varias facetas. Está mezclada con información difusa, rencillas personales y datos que manejaron agentes de inteligencia en los últimos 30 años en esta provincia. Pero cuando uno va despejando el escenario, se encuentra con cuestiones concretas que quizás sirvan para el avance de causas que siempre estuvieron estancadas, para confirmar hechos que se presumían como tales o bien para iniciar un proceso penal a un personaje nefasto de esta sociedad paranaense, que fue protagonista de los años de terror, pero también de hechos lamentables producidos en democracia. El denunciante es un ex agente inorgánico de la Delegación Paraná de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) -actualmente desarticulada- y de menor rango en la estructura. El denunciado es Juan Carlos Legascue, un ex servicio, que cumplió funciones en el organismo desde antes del inicio de la última dictadura hasta fines de 1999 y que tuvo activa participación en el “operativo seducción” a Carlos Telleldín, en la investigación por el atentado a la AMIA.
Mendoza se reunió primero con abogados que llevan adelante el reclamo de familiares de desaparecidos, en causas por graves violaciones a los derechos humanos en la provincia, como así también con funcionarios del Registro de la Verdad -dependiente del gobierno entrerriano- y les dijo que tenía conocimiento de “algunas cosas” que podían servir para el esclarecimiento de las investigaciones. Entre otras cuestiones, les presentó un informe de más de 800 fojas, denominado Accionar subversivo en la provincia de Entre Ríos (donde aparecen detalles de los seguimientos a cientos de militantes de Paraná, Diamante, Concordia, Nogoyá y Gualeguaychú, entre 1971 y 1976), como así también copia de amenazas anónimas enviadas supuestamente por Legascue, a través de correo postal, como por e-mail, a través de Internet, siempre con una identidad que no le corresponde. Al parecer, el hombre se hace pasar como teniente coronel (R) Luis Horacio Esquivel, domiciliado en Paraná. Esa persona, tal como se escribe y con ese cargo de retirado, vive en la capital provincial, pero cuando se enteró que había gente, en el Registro de la Verdad, que recibía correos electrónicos con amenazas, con ese nombre, concurrió personalmente a tales oficinas a deslindar responsabilidades. “Yo no soy”, le remarcó al titular del organismo, Guillermo Germano.
Las revelaciones
El ex agente Mendoza compareció en el Juzgado Federal de Paraná recientemente. Allí, de acuerdo a lo que pudo establecer este semanario, declaró que optó por concurrir a dicho ámbito “luego de recibir amenazas de muerte contra mi persona y mi familia, en forma anónima”, responsabilizando en tal cometido al citado Legascue. Aseveró que el ex espía trató por todos los medios de armarle “una causa” en su contra, en represalia porque no quería “entregarle el expediente” relacionado con el seguimiento de militantes que hizo personal de la SIDE en Entre Ríos, en tiempos de la dictadura. Dijo también que a ello se sumaron una serie de “allanamientos truchos” en su domicilio particular de parte de personal de la Policía de Entre Ríos. Acotó que de ello estaban en conocimiento los comisarios Dante Borghello y Ariel Caruchet, ambos del área de Inteligencia Criminal de la fuerza entrerriana.
Mendoza relató que el expediente sobre el “accionar subversivo” en la provincia lo obtuvo “de manos propias del doctor Juan Carlos Legascue, hace aproximadamente cinco o seis años”, cuando se reactivaron las causas por violaciones a los derechos humanos. Indicó que en la oficina de Legascue pudo ver además la existencia de “unas cajas con documentación y lo que más me llamó la atención fue este informe, ya que en el membrete hablaba de los procedimientos realizados en Entre Ríos, entre los años 1972 y 1976, donde figuraban apellidos conocidos como funcionarios del gobierno actual y desaparecidos entrerrianos”. Agregó que Legascue tiene un lugar de trabajo en su vivienda que le denomina Oficina de la memoria, donde dispone de un amplio placard “ubicado a izquierda” de ese sector “y un mueble con puertas corredizas donde posee documentación, fotos, materiales, relacionados con la represión en Paraná y con el accionar en Centroamérica”, donde el ex servis tuvo activa participación en años recientes. También contó que observó los números de teléfonos y fax de los hermanos Germano, en referencia a Guillermo, actual funcionario y Gustavo, reportero gráfico, residente en España.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
