Fue el séptimo discurso de asunción que escucha la ciudadanía entrerriana desde el advenimiento de la democracia hace 24 años. Y es el primero en el que no hay pases de facturas, ni enojos de fracciones que hacen que algunos se paren de sus bancas y se retiren. De ese modo, Sergio Urribarri pronunció sus primeras palabras oficiales como gobernador de Entre Ríos. Lo hizo en una Asamblea Legislativa tan cargada de invitados especiales que fue necesario trasladarla al Teatro 3 de Febrero. Habló de lo que se espera que hable un mandatario entrante: educación, desarrollo humano, infraestructura y política productiva, salud pública, seguridad, medio ambiente. Sin embargo, como en cada discurso hubo mensajes que merecen una lectura detenida. Qué se dijo, qué se insinuó, qué se cayó y qué cuestionamientos encriptados se pueden hallar en las entrelineas de un mensaje es lo que propone esta nota.
Jorge Riani
Escogido o no, el tono fue más bien monocorde. No hubo mayor énfasis ni mensajes gestuales. Fue un repaso mayoritariamente leído y eso permitió que la prensa tuviera una copia de lo que algunos minutos antes se enteró por voz del protagonista principal de la velada. Así fue como el gobernador Sergio Urribarri trazó los objetivos declamados de la gestión que por esos instantes comenzaba a gastar sus primeros minutos.
En un mensaje cuidadosamente construido, no hubo espacio para las sorpresas ni márgenes para los furcios. En términos políticos eso significó que el mensaje dado no era otro que el que se quería dar.
Es ahí en ese marco de situación, entonces, donde la profundidad de los significados hay que hallarla en las entrelíneas. En las insinuaciones, y los silencios. Lo que sigue no hay que verlo como un repaso de lo que dijo el flamante gobernador, sino como algunos tramos salientes de la pieza oratoria y algunos apuntes disparados a modo de reflexión, contexto o simple observación subjetiva.
Si se ve con lógica política de estos tiempos, se advertirá que no podrán faltar expresiones de reconocimiento al gobernador saliente Jorge Busti. Eso es lo que en este momento necesita el oficialismo (mostrar unidad y disipar dudas sobre enfrentamientos), pero también se verá que hay una suerte de aceptación de deuda en materia de lucha contra la pobreza. O cuando sostiene que “un gobierno no solamente se es creíble cuando se paga una cuenta”, parece estar dando inconcientemente (¿inconcientemente?) de lleno en lo que ha sido una crítica habitual a la gestión que se fue: paga en término, y no mucho más que eso.
En el insorteable tema de las pasteras, Urribarri apostará fuerte a la reivindicación de la lucha de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú. Pero no la nombra y habla más bien de “la lucha de Gualeguaychú”. De paso -esto no puede ser inconciente- dice que el gobierno apoyará las medidas lícitas, y abre así un paraguas bajo el cual podrá poner el tiempo dirá qué.
Profesión de fe kirchnerista.- En su discurso, el flamante gobernador imprimió énfasis en lo que puede ser calificado como una suerte de declaración de pertenencia al firmamento kirchnerista. Y lo hizo elogiando el contexto económico del país, en manos ahora de la segunda gestión del matrimonio K. “Nunca antes como ahora el país tiene un horizonte de crecimiento económico sostenible en el tiempo. Crecimiento apuntalado a su vez por un gobierno sólido y de amplia base popular que busca introducir las reformas necesarias para que ese crecimiento se difunda en desarrollo humano”, sostuvo.
Un guiño para Busti.- Inmediatamente después del reconocimiento al gobierno nacional, Urribarri tuvo palabras amistosas con su mentor y antecesor. “Partiendo desde el caos, hoy tenemos un Estado ordenado y previsible con todos sus servicios esenciales funcionando. Estos elementos no son una opinión, sino que constituyen una información, un dato incuestionable de la realidad y a la vez muestran la valiente travesía de un gobierno conducido por un hombre que se animó a tomar un estado en llamas y nos trajo hasta aquí. Y eso hay que reconocerlo. Con gratitud. Con generosidad. Y, principalmente, con actitud consecuente, para que ese esfuerzo no se arruine”, dijo mientras las cámaras de televisión buscaban la figura de quien llevaba ya algunos minutos de ex gobernador.
“Y si bien los hombres nunca podemos ser más importantes que las instituciones, ex gobernador doctor Jorge Busti, en nombre del pueblo y de las instituciones del Estado entrerriano y, más importante aún, en nombre de todos y cada uno de los ciudadanos entrerrianos: muchas gracias”, sostuvo ya para nombrar sin rodeos.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
