La Universidad de Concepción del Uruguay se sacó de encima a un miembro de su propia conducción que está acusado de ser uno de los represores que actuó junto a Antonio Domingo Bussi en Tucumán y figura en el listado de la Conadep, en el legajo 4636. Paradójicamente, el ex militar Benito Palomo -que tiene pedido de extradición emitido por el juez español Baltasar Garzón- encabezaba una ofensiva en la centenaria asociación educacionista La Fraternidad, acusando a sus autoridades de “homenajear a un terrorista”, indignado por el monumento a Rodolfo Walsh. El represor renunció a su cargo y el rector de la UCU reivindicó el pluralismo y al autor de Operación Masacre.

Valentín Bisogni
(desde Concepción del Uruguay)

Hasta pocos días, la controversia se restringía a las paredes de la histórica institución uruguayense La Fraternidad, en cuyo marco funciona la Universidad de Concepción del Uruguay (UCU). Pero lo que era vox pópulo en las aulas y pasillos de La Frater, como le dice toda la ciudad a esta prestigiosa y antigua institución fundada para promover los estudios de los jóvenes sin recursos, terminó saltando los muros del edificio.

El velado conflicto involucraba a un miembro del Consejo Directivo de la Asociación Educacionista La Fraternidad (AELF) que había iniciado una suerte de ofensiva en contra de las autoridades de esa casa de estudios, a las que acusaba de “homenajear a un terrorista” (en referencia a Rodolfo Walsh), de convertir algunas cátedras en “reductos de ideas de izquierda” y de “llevar la institución al caos”. Pero lo más grave es que el autor de esa andanada es un militar retirado, que estuvo a cargo de la Dirección de Inteligencia de la Gendarmería y que está acusado de represor por su actuación en el centro clandestino de detención El Reformatorio, en la provincia de Tucumán, durante los años de plomo.

Desde hacía dos años, Benito Palomo era tesorero de la AELF, a cuya conducción había ingresado en representación del centro que nuclea a los ex internos de esa legendaria casa de estudios, conocidos como “fraternales”.

No tan Palomo

El ahora ex directivo académico es el comandante general retirado Benito Palomo, quien fue jefe de la Agrupación Salta, enlace con el Ministerio de Defensa, director de la Escuela de Gendarmería y jefe de la Región II, Rosario. En el legajo 4636 de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), Palomo es mencionado con el “nombre de guerra” o alias de García, por su actuación en El Reformatorio. Allí figura el testimonio prestado por el ex gendarme Antonio Cruz, el 6 de junio de 1984, en el Juzgado Federal Número 1 de Tucumán, testimonio según el cual Palomo era uno de los que estaba a cargo de interrogar a los detenidos.

Además, este año Palomo debió declarar ante ese mismo Juzgado Federal, por la causa que lleva adelante en relación con las torturas y fusilamientos de más de 200 personas, en el centro clandestino de detención Ex Arsenal, en la que están imputados Antonio Domingo Bussi -oriundo de la localidad entrerriana de Victoria- y Mario Zimmerman. El 17 de mayo de este año, el comandante retirado debió declarar ante el juez Jorge Parache como imputado por la presunta comisión de torturas.

Por si fuera poco, Palomo está dentro de la lista de más de 120 militares argentinos procesados por el juez español Baltasar Garzón, y sobre los cuales hay un pedido de extradición al gobierno argentino, aún pendiente. En esa lista de personajes acusados de haber participado de los delitos de “terrorismo, genocidio y torturas” durante la dictadura, el nombre de Benito Palomo convive con los de los Jorge Rafael Videla y los fallecidos Leopoldo Fortunato Galtieri y Carlos Guillermo Suárez Mason, además de Bussi, Juan Carlos Trimarco, Alfredo Astiz y otros militares tristemente célebres, acusados de delitos de la comisión de delitos lesa humanidad, y por lo tanto imprescriptibles. Esos pedidos de extradición fueron rechazados en su momento por el menemismo en el poder, y luego, la reapertura de las causas de violaciones de los derechos humanos (tras la anulación de las leyes de impunidad) hicieron que se reabrieran muchos de los expedientes, por lo cual se puede esperar que Palomo continúe compareciendo al Juzgado Federal tucumano por un buen tiempo.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)