Florencia Penna
La muestra de Raúl González, Paisajes humanos, inaugurada ayer en el Museo Provincial de Bellas Artes Pedro E. Martínez (Buenos Aires 355), dará la bienvenida a quienes asistan hoy a las 20.30, a la presentación de Detrás del reflejo, el primer libro de Román Rolando Vitas. La relación se aprecia al señalar que la portada de este volumen de cuentos ostenta una obra del artista plástico, realizada especialmente para esta edición que concretó Tráfico de Arte.
“Me encantaría si pudiera agrupar los relatos en un tema, pero no lo consigo”, respondió el escritor a este semanario. “Quizá el artista pueda. Para hacer el cuadro primero leyó todos los textos. Le dio la sensación que los unía cierto aire de misterio. La pintura lo consigue”, dijo en referencia a Día temprano. “No sé si el libro es eso, o se trata de una generosidad más de las de él. Pero espero que al menos no sea aburrido”, expresó Vitas con la modestia que lo caracterizará durante toda la charla. Porque si algo no generan los cuentos cortos que presentarán el poeta y narrador Juan Manuel Alfaro y la profesora María Elena Lothringer, es aburrimiento. El argumento de cada uno atrapa la curiosidad del lector hasta el final, que en varios se torna en un giro inesperado. Según Alfaro, con gran naturalidad “Vitas traduce en sus relatos breves los desencuentros e interrogantes del hombre contemporáneo, y distiende los límites, cede al lector las convergencias entre lo fantástico y lo real, lo incluye, partícipe necesario de la trama, como en la transparencia de su prosa la imprescindible poesía”. En este sentido, el autor explicó que se trata de preguntas sin respuestas, situaciones cotidianas y otras límites, “que terminan siendo, espero yo, muy fuertes. Unas son ficcionales, como retornos imposibles; hay situaciones de incomunicación muy terribles o espero que lo sean. Y otras son de soledad. Quizás allí estén agrupados la mayoría de los cuentos”.
Román Rolando Vitas nació en Paraná en 1951, y obtuvo diversas distinciones en poesía y prosa. En 2003 adquirió el primer premio del concurso del suplemento La Isla del diario Uno, con el cuento que da nombre al libro. Hace 15 años que comenzó a escribir pero aseguró que últimamente lo está tomando de manera más formal. “A medida que uno va aprendiendo algunas cositas, sobretodo ayudado por gente de gran capacidad, como es el caso de Lothringer y Alfaro, uno se va entusiasmando y va intentando hacerlo un poco más serio”. Sus inicios en la escritura se relacionan con su pasión por el cine, arte en el cual quiso incursionar. “Cuando pude comprarme una filmadora entonces me pregunté ¿y ahora qué filmo? Necesitaba un argumento, algún guión, y me senté a romperme la cabeza para tratar de imaginar una situación”, confesó. “Cuando la tuve escrita, la historia no servía para ser filmada, al menos no con los medios disponibles. Pero el cuento parecía más o menos agradable y entonces me entusiasmé. Y seguí escribiendo”.
Vitas es más conocido por su actividad comercial, ya que lleva adelante a la firma Manet. Según relató, también trata de ejercerla seriamente: “mis hijos me dicen obsesivo, espero que algo se note en los resultados, ya que soy así”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
