Con la frente marchita

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El regreso de Augusto Alasino al ruedo político, en momentos en que la Justicia elevó a juicio la causa por las coimas del Senado

Se sentó en la más poderosa de las banca del Congreso de la Nación durante el tiempo de jarana menemista. Fue la mano derecha del Presidente riojano en el Poder Legislativo por obra y gracia de su enorme talento para los acuerdos de cúpula y el sentido de la oportunidad de haber apostado por un Carlos Menem cuando casi nadie lo acompañaba en Entre Ríos. Hoy quiere regresar a la vida política, mientras la causa judicial por el presunto cobro de coimas del Senado en el año 2000 -ya elevada a juicio para el año próximo- lo tiene como uno de sus principales imputados. Luego de algún tiempo en el llano, dedicado a sus negocios y el campo en la provincia de Entre Ríos, Augusto José María Alasino, arma el operativo retorno de la mano de Alberto Rodríguez Saá y Héctor Maya, los mismos que no votaron la polémica Ley de Reforma Laboral y no dudaron en cuestionarlo en su momento. La apuesta es para conseguir una banca que le garantice fueros legislativos que espanten el fantasma de la casi segura condena.

Jorge Riani

La simultaneidad de los hechos fue algo más que coincidencia. Al menos eso piensan no pocos dirigentes políticos que conocen la terapéutica acción tranquilizadora de un cargo legislativo cuando viene pisando los talones una causa por algún presunto hecho de corrupción.

Es que Augusto José María Alasino se convirtió en candidato a senador nacional por el sector que recluta al peronismo antikirchnerista -cuya cabeza es Alberto Rodríguez Saá, como candidato a Presidente de la Nación- casi al mismo tiempo en que se transformaba en procesado por la causa de supuestos cobro de coimas en la Cámara Alta para aprobar el régimen de flexibilización laboral.

Una expedición por el buscador de noticias de Google arroja un resultado por demás elocuente. La primera información se titula: “Alasino será juzgado por las coimas en el Senado”, y luego le sigue otra que se presenta bajo el título “Peronismo anti K: Alasino es candidato a senador”. Entre una información y otra hay apenas dos días de distancia, y todo eso fue a inicios de este mes.

Hasta entonces, la vida del ex hombre fuerte del menemismo en el Congreso Nacional era la llanura total. Conocedor de los recónditos recovecos del poder, el entrerriano venía cultivando una vida fuera de los cargos, los medios y las oficinas de encumbrados funcionarios.

En Concordia vivía casi como un vecino más, aunque a nadie le escapó nunca que se trataba del Choclo -como se lo conoce en su ciudad y en todo el ámbito político argentino-; ese hombre que encierra los cien secretos del poder menemista. Algunos no tan secretos ni exclusivamente menemistas. Como el affaire que salió a la luz luego de que un funcionario arrepentido narrara el obsceno modo en que el gobierno del voladizo Fernando de la Rúa compró los brazos levantados del Senado para perpetrar uno de los golpes más viles que recibió la clase obrera argentina, que ya venía golpeada de los 10 años de la jarana de Carlos Menem.

Fue en la telaraña de esa denuncia en la que quedó atrapado Alasino y que le presenta ahora la posibilidad cierta de recibir una condena por el delito de cohecho. Por lo pronto ya pesa sobre su persona la resolución para que se lo lleve al banquillo de los acusados, donde también estarán sus ex pares legisladores Alberto Tell, Remo Costanzo, José Genoud, Emilio Cantarero y Ricardo Branda. El delito imputado es la presunta comisión de cohecho, que es el término jurídico para referirse a las coimas. Coimas que se habrían cobrado para aprobar el proyecto de reforma laboral que culminó en la sanción y promulgación de la Ley Número 25.250. En ese juicio también estarán como acusados el ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Fernando de Santibañes, el ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, y el “arrepentido” de la causa Mario Pontaquarto.

Una fuente ligada a la investigación le confió a ANALISIS que la situación del entrerriano es complicada. Quizás exista alguna vinculación real con la precisión que dio otro entrevistado que bien conoce los movimientos del ahora candidato a senador: desde que enviudó hace poco más de un año, Augusto Alasino se ha dedicado a poner atención en la causa que lleva adelante el juez federal Daniel Refecas. En tanto, los avatares políticos hicieron que termine aspirando a regresar al Congreso de la Nación por el Frente Viva Entre Ríos, fracción que librará batalla en la elección de convencionales constituyentes, cuya lista también integra el candidato-procesado en cuarto lugar.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)

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