Un grupo de jóvenes artistas y skaters de la ciudad ha tomado la iniciativa de darle un nuevo uso al predio de la ex terminal de colectivos de Paraná. Luego de su traslado en 1995, el amplio lugar que ocupaban las boleterías y dársenas para los coches fue pensado como un área para distintos proyectos oficiales que sucesivamente naufragaron. En el abandono, el espacio fue asimismo utilizado para recitales de música y práctica de deportes urbanos. Ante la desidia de la Municipalidad y la falta de eco de los funcionarios, los autoconvocados lanzaron una invitación a vecinos e interesados para recuperar la plaza para distintas actividades de expresión y recreación. En principio han realizado algunas tareas de acondicionamiento y ha comenzado a circular un borrador para obtener algún respaldo estatal.
Silvio Méndez
En una ciudad que se ve limitada en la disponibilidad de espacios públicos para diversas expresiones culturales, tanto como por una notoria escasez de imaginación en los funcionarios del área, un grupo de jóvenes ha decidido tomar la iniciativa para reactivar el predio de la ex terminal de ómnibus. Músicos, artesanos y skaters han lanzado una convocatoria abierta a vecinos e interesados para debatir ideas en pos de darle un nuevo uso que no sea depósito de basura y abandono al que se lo ha expuesto. La propuesta viene de la mano de la necesidad de abrir lugares públicos para recitales, funciones de teatro, cine, exposiciones o esparcimiento.
Si bien esta demanda ha sido planteada ante las sucesivas autoridades, nunca supo ser canalizada. Desde que en 1995 el punto de arribo y partida de pasajeros de colectivos de media y larga distancia se trasladó, diversas alternativas oficiales se barajaron, pero ninguna se afianzó. En plena crisis, tras el 2001, supo instalarse un club del trueque; también se intentó el Mercado de las Cosas y en la gestión aún en curso, el subsecretario de Planeamiento, Gastón Grand, consideró la construcción de un edificio para trasladar distintas dependencias de la administración comunal. Asimismo, en la parte cubierta que quedó en pie, donde antes estaban las oficinas de las boletarías, funcionó el Área Joven y un Punto Limpio que fue desmantelado como tantos otros en Paraná. Ya en su dejadez total, el municipio colocó unas bochas de cemento para que las galerías no sean utilizadas como playa de estacionamiento. En estas condiciones, también se realizaron algunos recitales y actividades afines pero que, según los propios partícipes, no tuvieron continuidad ni buena resonancia porque se realizaron en horarios no convenientes ni acordados con los habitantes de las inmediaciones.
En diálogo con ANALISIS, Federico y Maximiliano, de los autoconovocados, explicaron que la idea se viene gestando desde hace un tiempo, pero que se vio recientemente impulsada por la queja mediática de algunos comerciantes y residentes contiguos a avenidas Echagüe, Ramírez y calle Alem, que han sido invitados a participar en dar una nueva vida a este sitio en común.
“La idea inicial parte de la necesidad y la inquietud. La necesidad como músico y público para tener lugares para expresarnos, y este espacio de la terminal vieja cumple con muchos de los requisitos que se pretenden. Y la inquietud viene por las ganas de hacer cosas, empezar a hacerlo por nosotros mismos, de no quedarnos quietos y esperar que lo hagan otros o que baje de arriba”, rememoró Federico. En este sentido, “dejar de criticar y ponernos en marcha nosotros mismos. No quejarnos de que no tenemos lugar para tocar y ponernos en conseguir nosotros el lugar para expresarnos”, agregó Maxi.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
