-Situaciones. Prácticamente diferentes segmentos de las ciudadanía se encuentran en plena ebullición. Gremios, gobierno, agrupamientos políticos diversos, reflejan un intenso movimiento. Además del conflicto excluyente que pone a los gremios de los docentes en tensión frente al gobierno, por donde se mire hay reuniones, movilizaciones, recursos judiciales, tensiones hacia el interior de los partidos, internas, preocupaciones de sectores productivos, movimiento ambiental, y la lista puede seguir en extenso reflejando hechos y acontecimientos que muestran una ciudadanía estimulada en reflejar sus expectativas y apetencias. Esta movilidad expuesta por diversos sectores y que afectan a distintos estamentos refleja un estado de salud social que es importante reflexionar. Un plano tan elevado de activismo sólo es posible en un ambiente de libertad. Cuando lo que predomina es el miedo, las tensiones y conflictos sólo quedan relegados a puntos cruciales donde la sociedad reacciona en apuestas dramáticas de todo o nada.
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-Los límites. Es claro, cada cual que se siente afectado por el movimiento de otros, también surge como natural que vuelque su impaciencia y demande la necesidad de imponer límites a la movilización de los otros. Es en esas situaciones donde se entra a caminar en terreno sensible donde el autoritarismo y la intolerancia hacen su aparición. Ese espiral de intolerancia lleva incluso a situaciones francamente contradictorias. Por ejemplo, un sector de comerciantes de Concordia afectado por el corte del cruce a la ciudad de Salto Uruguay se manifestó demandando la intervención de Gendarmería Nacional para que libere el paso. Es decir, el sector de los comerciantes liderados en este caso por Roberto Niez pedía la represión por parte de esa fuerza de seguridad a una acción de corte de ruta, cuando ellos también violentaban la libre circulación con su movilización y por lo tanto, también les podía caber una orden de represión. Cabe el convencimiento por la experiencia corta y larga, que la impaciencia y la intolerancia son malos consejeros.
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-El acto. Así las cosas, hay que recordar que con motivo de la primera marcha docente el gobernador Jorge Busti se sintió agraviado por determinados cánticos de los manifestantes y no se le ocurrió mejor cosa que convocar a una movilización de desagravio hacia su persona fijando como fecha el 22 de agosto, día del renunciamiento de Evita y fecha también donde se conmemoran los fusilamientos de militantes revolucionarios en la Base Almirante Zar, en agosto de 1972. Es decir, una fecha cuyo significado histórico conmueve el universo de la ciudadanía, para Busti era un buen momento para desagraviar su persona. De todas maneras, es encomiable la demostración de movilización que pudo ostentar el gobernador. Desde ya hay que decir que la congregación de los fieles a Busti estuvo muy lejos de ser la cantidad de 18.000 personas declaradas por los organizadores del desagravio. Según observadores insospechables con toda la fuerza el acto sólo alcanzó el número de la marcha docente motivo del agravio. Pero también se tiene que decir aun en esa lectura restringida que el acto en cuestión supo reunir más de tres veces los mezquinos 1.500 que se le supo pronosticar desde esta hoja. El acto tuvo ribetes que obligan a reflexionar por encima de las pujas de todos los días. Ante todo la composición social refleja que algo va cambiando en Entre Ríos como reflejo de un cambio nacional.
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-El pulso de Busti. Llama la atención en la forma y la impaciencia con que Jorge Busti maniobra en este conflicto docente. Sin ir más lejos, la puja anterior que terminó cerrando cuando desde el Ministerio de Daniel Filmus se dispuso el sueldo mínimo en 1.040 pesos, fue manejada por el gobernador en forma claramente diferente. Si bien aquella vez también hubo picos de tensión, Busti supo mantener una posición de diálogo y negociación que de última le resultaron muy provechosas en cuanto a buena imagen frente a la sociedad. Es bueno recordar que en la semana que cerraba el proceso electoral del 18 de marzo, el propio Filmus se apersonó en la Casa de Gobierno para firmar la adhesión del gobierno provincial al Pacto Educativo impulsado desde el gobierno nacional. Eso fue posible gracias a lo bien que cerró el conflicto salarial con los gremios docentes. La presencia de Filmus en la semana del 18 de marzo era leída por la ciudadanía como muestra de quién era quién para el gobierno nacional en representación de la política nacional, en circunstancias en que Julio Solanas a la cabeza de la Lista 100 pretendía disputar la representación del kirchnerismo. Toda esa experiencia parece quedar borrada en el registro del gobernador, y frente a este conflicto predomina la intolerancia, la amenaza explícita o larvada.
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-Un espiral conflictivo. Tal como se fueron desarrollando los acontecimientos el tironeo terminó cortando los puentes de diálogo. Los gremios docentes siguen con sus paros y el gobierno se ha trancado en la postura de imponer un aumento en forma unilateral pero que sólo lo cobran los docentes que no se plieguen a las medidas de lucha. En este cruce de posiciones la educación pública de la provincia queda a la intemperie exponiendo a un mayor deterioro sus debilidades estructurales. La fuerza y la razonabilidad del conflicto docente se afirman en dos aspectos que tienen ponderable acogida en la sociedad. Por un lado, recuperar el deterioro sufrido en los salarios del sector producto de la creciente inflación es un planeo de absoluta justicia. El otro aspecto que tiene tanta fuerza como el anterior es que los trabajadores demandan una mayor porción de la torta, es decir, además de recuperar el poder adquisitivo del salario, aspiran a acrecentar los ingresos en función de una mejor calidad de vida. A estos dos pilares del conflicto se agrega un tercero que está representado por las condiciones de trabajo. En este último rubro se anota con urgencia las condiciones edilicias, cuyo deterioro afecta tanto a docentes como a alumnos. Este planteo gremial hoy por hoy tiene un significativo apoyo social. Estos fundamentos están presentes cuando paro tras paro y frente a todas las diatribas y amenazas del gobierno el ausentismo en las escuelas sigue siendo muy grande. Es claro, muchas veces sucede que estos vientos favorables envalentonan y no permiten ver los nubarrones que aparecen en el horizonte. Que la sociedad en principio dé la razón a los gremios docentes no significa que alegremente deje pasar la amenaza de fractura del ciclo escolar y que no se sienta afectada por el deterioro en el aprendizaje que sufren los alumnos producto de la inestabilidad del sistema sometido a paros sucesivos.
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-Buenos radicales. Es bueno que en épocas de tanta fragmentación el observador tropiece con acontecimientos que están llamados a fortalecer buenamente la vida interna de los partidos en lugar de disgregarlos. El triunfo de la Lista Coalición Radical que encabezaba como candidato a senador nacional el actual diputado provincial, Arturo Vera, se impuso claramente en la interna partidaria del domingo pasado. De esta manera el radicalismo provincial se encamina hacia las elecciones de octubre compactado por las referencias en los puntos clave de la propuesta, de dirigentes que pueden caminar por la calle sin prejuicios ni prevenciones. Como ya ha sido dicho, Luis Brasesco es una figura destinada a dignificar la Asamblea Constituyente próxima y Arturo Vera proyectado como referente fuerte del radicalismo, construye un liderazgo que puede dejar a Sergio Montiel arrinconado en la historia negra del partido centenario. La derrota de Sergio Varisco, incluyendo a Paraná, es realmente significativa.
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