D. T. F.
Gracias a Bolivia la Argentina tiene este bello nombre de plata; gracias a los bolivianos los argentinos tuvimos nuestro primer criollo, Cornelio Saavedra, en la Presidencia; a ellos les debemos en gran medida nuestra Acta de la Independencia; por ellos somos libres con Juana Azurduy; a los bolivianos eligió el Che para sembrar una causa noble y morir por ella. Pero si de Tarija se trata, si los horticultores reducidos vergonzosamente a la servidumbre en Paraná son de Tarija, entonces su relación con la Argentina es doble, y no queda sino ayudarlos para que legalicen su situación y trabajen como cualquier entrerriano libre; jamás debiera permitirse su expulsión.
Cualquiera que trate a un boliviano como extranjero deberá revisar sus conocimientos sobre las raíces y el futuro de la argentinidad. Y si llama extranjero a un chapaco, entonces está loco.
La Argentina nació a la vida independiente con el Alto Perú, llamado Bolivia ahora, tanto como el Alto Perú nació con la Argentina.
Toda la región, sin los límites actuales, tembló al grito libertario de la revolución inca y allí, en Chuquisaca, forjaron sus ideas revolucionarias Mariano Moreno, Juan José Castelli. No hay más que decir, pero si además Ernesto Guevara eligió esas tierras para sembrar la nueva revolución y eligió morir allí, veremos que es un disparate tratar de extranjero a un boliviano.
Jamás podría pensarse en un desarrollo argentino al lado de una Bolivia pobre, y lo mismo sirve para Uruguay y Paraguay. Argentina se desarrolla con ellos o no se desarrolla, y hasta en términos prácticos la idea de una solución individual es impensable porque de hecho, en el “mejor” de los casos, siempre deberá tratarse la inmigración como “un problema” cuando en el fondo es una gracia del cielo, de la naturaleza, de la cultura, gracia en fin, sentirnos trabajando codo a codo con hermanos de siempre, hoy aquí, mañana allá, quién sabe.
No es un capricho, es una realidad con razones que se miden por siglos. Nunca nos cansaremos de repetir que Cornelio Judas Tadeo Saavedra nació en Potosí, que Juana Azurduy en Chuquisaca. Tarija está en el extremo sur de Bolivia, limita al norte y oeste con los departamentos de Chuquisaca y Potosí…
Ya sabemos que la Argentina fue un adjetivo que consolidó Martín del Barco Centenera en el poema que hacía referencia a Charcas, Chuquisaca o La Plata, la argentina, en la actual Bolivia. Y sabemos que el Acta de la Independencia fue firmada, entre otros, por Esteban Gascón, nacido en Oruro; José Mariano Serrano, de Sucre; Pedro Ignacio de Rivera y Mariano Sánchez de Loria, bolivianos ambos; y por los Sáenz, Sánchez de Bustamante, Gorriti, Medrano, Boedo, Rivera, Darregueira Malabria, Pacheco de Melo, Anchorena, todos estudiantes de Charcas o revolucionarios en la actual Bolivia.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)