Luis María Serroels
De tan gastado el tema, ya dejó de sorprender que los periodistas debamos todos los años para esta fecha replantearnos el cuadro de situación en las relaciones con los factores de poder político, económico-financiero y la sociedad en su conjunto a la hora de enfocar los niveles en los que debemos ejercer nuestra profesión. Un análisis que en realidad debería resultar ocioso si se mantuviese un grado de respeto y tolerancia acorde con los preceptos constitucionales y el sentido común, sin embargo continúa ocupando y preocupando a los hombres de la prensa, invadida cada vez más por advenedizos, intrusos, semianalfabetos y mercenarios de la difamación.
Hace mucho que venimos recordando en una especie de emulación de Perogrullo que para hacer periodismo basta simplemente con ser periodista, pero sabiendo reconocer la diferencia entre “serlo” y lanzarse a “hacerlo”.
Este 2007 nos sorprende ante una lamentable acentuación de ese desembarco irrespetuoso de profanadores de una profesión que pretenden quede librada casi graciosamente a todo aquel que se le ocurra, en muchos casos como variable de compensación de frustraciones vocacionales, como un mero medio de entretenimiento, como vía fácil para operaciones non sanctas o como fuente de muy buenos ingresos cuando se elige el camino de cobrar por lo que se dice y también por lo que se calla.
Lo más censurable -tomada la censura en este caso no como el veto ignominioso a la libertad que los intolerantes suelen aplicar desde el Estado, sino como voto de reproche- es que el embate contra la profesión e incluso contra periodistas honestos que defienden el ejercicio independiente del periodismo, es a menudo auspiciado y sostenido financieramente con dinero de las arcas públicas.
Periodismo en democracia debe ser libertad con responsabilidad y no rodearse de un halo de impunidad, disponiendo de una patente para manchar honras ajenas o mentir a sabiendas, ni adjudicarse un salvoconducto para difamar, injuriar y calumniar, cometiendo verdaderos crímenes morales.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
