Silvio Méndez
El sistema público de colectivos en la capital provincial sigue siendo vivido como una de las mayores burlas para los usuarios. Si bien oficialmente se afirmó que se realizan controles sobre la frecuencia y multas por las faltas, se reconocieron falencias y baches en el control de la prestación del servicio. En vistas al vencimiento de la concesión en noviembre, la Asociación del Transporte Urbano de Pasajeros lanzó un pedido para seguir operando. Pero como esta decisión se tendría que tomar a días de la asunción de las nuevas autoridades del municipio, las actuales anunciaron que consultarían al equipo del intendente entrante, José Carlos Halle, quien, ante la problemática, reconoció que es un tema “complejo y delicado”, por lo que apeló a la “responsabilidad y seriedad” de las actuales funcionarios. Sin embargo, prefirió no anticipar medidas concretas. De todos modos, adelantó que está preparando un “plan maestro de transporte y tránsito”.
Viajar en el sistema de transporte público de pasajeros sigue siendo un suplicio para la mayoría de los usuarios de colectivos en Paraná. Apenas unas pocas unidades se pueden contar entre las que reúnen las mínimas condiciones que se merecen los pasajeros. La mayor parte tiene asientos que se caen a pedazos, ventanas que no cierran y escapes que despiden oscuras y venenosas volutas de humo. Esto se puede constatar si se tiene la suerte de viajar en el tiempo y forma en que se han fijado las frecuencias. De hecho, el mismo organismo oficial que se encarga de los controles afirma que se labran entre 10 y 15 actas de infracción diarias por faltas en la periodicidad que deben pasar los coches. Asimismo, en el horario nocturno y de la siesta, donde no se efectúan las inspecciones, raramente se cumple con el tiempo de los recorridos. Si bien tras el aumento del boleto general de colectivo en abril del año pasado se efectuaron muchas promesas para la mejora, solo en una ínfima parte se han cumplido y se siguen desatando reproches. Como se recordará, en su momento, como un modo de justificar el aumento de las tarifas, se convino la ampliación y renovación de la flota, así como unificación de colores por línea. Lejos de esta quimera, algunos de los puntos se consumaron parcialmente y otros, directamente pasaron al olvido. En rigor, la medida por la que se dividió la ciudad para la prestación de las dos firmas que quedaron, apuntó básicamente a mejorar solamente las ganancias de los empresarios.
Ante el inminente vencimiento de la renovación de la concesión en noviembre próximo, la Asociación del Transporte Urbano de Pasajeros (ATUP) presentó a las autoridades municipales una solicitud para continuar operando. En este sentido, la idea de la administración comunal es convocar a la gestión electa para que participe de la decisión. Entre las posibilidad que se barajan se encuentran, justamente, acceder al pedido de continuidad y el llamado a una nueva licitación de los ramales. En medio de este tire y afloje, se conoció que también se solicitó un nuevo aumento en el precio del boleto.
Sobre estos planteos, el presidente municipal electo José Carlos Halle (PJ) consideró sensato que se lo consulte al respecto, aunque él recién esté asumiendo en diciembre. De acuerdo a las posibles alternativas ante la caducidad, Halle señaló: “Me parece razonable que nos consulten a nosotros. Tenemos un equipo trabajando y han hecho estudios sobre el tema. El transporte está muy mal, es un tema para resolver ayer”. A su vez, dijo que “nosotros vamos a estudiar el tema, no quiero adelantar nada, en todo caso lo vamos a comunicar por escrito. Me imagino que nos van a consultar por el tema de la concesión pero no sobre un posible aumento”, sostuvo.
En diálogo con ANALISIS, el intendente entrante juzgó que “el sistema del transporte y tránsito y su infraestructura representan el problema más acuciante para la ciudad de Paraná”. Asimismo, recordó que “la conectividad urbana no es sólo una necesidad sino, fundamentalmente, un derecho que el ciudadano tiene y que necesita hacer efectivo para integrarse a la sociedad, para ir a trabajar, para educarse, etcétera”.
Por otra parte, el todavía secretario de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos reconoció que se trata de “un problema muy complejo y delicado que requiere responsabilidad y seriedad en su tratamiento”, pero recalcó que “hasta el 10 de diciembre de este año gobiernan las actuales autoridades municipales, por lo que desde nuestro espacio político apelamos a esa responsabilidad y seriedad. Por nuestra parte nos estamos preparando en la transición para lanzar un plan maestro de transporte y tránsito con la apoyatura académica y técnica de la universidad pública” avanzó. El próximo jefe comunal también respondió que “si se nos consulta, como se sugirió en una publicación, vamos a dar nuestra opinión pero en un ámbito privado, porque cualquier difusión de un punto de vista que se realice apresuradamente puede resultar contraproducente, precisamente porque se trata de un tema muy sensible para la ciudadanía que padece diariamente los problemas del tránsito y el transporte”, asintió.
“Tenemos un equipo de gente trabajando con algunas ideas básicas o centrales que son las que expusimos en la campaña electoral”, explicó. En este sentido, detalló que esas ideas son las referidas a la necesidad “de integrar el sistema de transporte y tránsito a una planificación general de la ciudad; llevar adelante un ordenamiento general del tránsito y el transporte que no se limite al aumento de la severidad de las sanciones; y convocar a todos los sectores involucrados en la temática para que den su punto de vista y colaboren en la búsqueda de una solución integral”.
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