Claudio Cañete
La muestra de videos organizada por el Instituto Audiovisual de Entre Ríos el pasado fin de semana, mostró los avances y las experimentaciones de distintos realizadores. Los que en este último tiempo encontraron en el IAER, un espacio de capacitación y de coproducción para concretar sus proyectos. La muestra se realizó en La Vieja Usina, con un saldo positivo y experiencias para destacar, tal es el caso del crespense Iván Fund y los alumnos del Colegio Domingo Faustino Sarmiento, de La Paz.
La noche del viernes pasado, tenía dentro de sus propuestas, la posibilidad de apreciar los trabajos que mejor representaban un cambio cualitativo y cuantitativo en el aspecto audiovisual regional. Los ganadores del IV Concurso Provincial de Video, más las producciones y coproducciones que generó el Instituto Audiovisual de Entre Ríos (IAER), que depende de la Subsecretaría de Cultura provincial, pudieron ser vistos por un buen marco de público, en las instalaciones del Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina.
En esta muestra hubo para todos los gustos, y se pudo ver sobre todo, el apoyo que estos realizadores tuvieron para desarrollar sus proyectos, sus primeros contactos con un lenguaje complejo. Por ejemplo, el crespense Iván Fund, se anotó dentro de lo que es mas bien la ficción, con Sirenas y El Baile, donde los pocos minutos de desarrollo le permitieron introducirse en una experimentación de tomas fragmentadas, efectos de la banda de sonido y el juego con influencias actuales. En esa misma línea se sumó Todo bien, del paranaense Patricio Toscano; y El viaje del poder, de Albano Rochás, un corto que surgió del Primer Laboratorio de Realización y Producción Audiovisual, realizado en Concepción del Uruguay, organizado por el propio IAER.
Con más duración en minutos, los ganadores del IV Concurso Provincial, abrieron las proyecciones. Primero fue el turno de Peces del río, de Hernán Bracamonte, Maximiliano Vitor y Julieta Qüesta; luego fue el turno de Entre luces, de Maximiliano Schonfeld. Todas tuvieron sus méritos, y sus puntos altos en cuanto a logros, que los llevan a asumir la exigencia de que para la próxima incursión deberán presentar una renovación en sus estructuras: buscar nuevos actores, avanzar un poco más en la complejidad de los guiones, arriesgar con una compaginación más dinámica todavía; como para no dejar la sensación de que se manejan solamente con ciertos clisés.
Más allá de estos puntos la proyección sirvió para dimensionar el trabajo de coproducción y de espacio de contención que viene desarrollando el IAER, junto a jóvenes realizadores, que en su mayoría provienen del interior entrerriano.
El cierre fue con la proyección de un trabajo propio del Instituto Audiovisual, y que fue el ya estrenado “Rescate oral en bares y pulperías”, de 50 minutos, cuyo título definitivo es El Bolicho. Un relevamiento y una puesta en común de las estampas más distintivas de los bares del interior entrerriano que luchan contra el paso del tiempo en detrimento de sus costumbres e identidades. Sobre la idea de que si en las zonas urbanas los centros culturales son el punto de encuentro de la gente, ¿cuál es el espacio de socialización en las localidades del interior, sobre todo en el ámbito rural?
Fue a partir de esta pregunta que surgió la necesidad de hacer un rescate del patrimonio tangible e intangible que guardan los bares tradicionales y típicos del interior. Que luchan por conservarse en forma original, evitando reformas, conservando el mismo mobiliario en algunos casos casi centenario. “Recorrimos muchos lugares de la provincia y nos hemos encontrado con bares y pulperías que realmente son el centro de la vida social de todo el poblado. Sus personajes, sus objetos, sus antiguas y precarias construcciones proponen un lenguaje que se trata de rescatar en este trabajo. Una filmación en formato digital, que no se basa en un bar en particular, sino que el relato se va ensamblando construyendo una sola cotidianeidad, una sola rutina editando distintos momentos de varios bares a la vez”, remarcó una vez más Pablo Feuillade, uno de los realizadores, en esta ocasión frente al auditorio de La Vieja Usina.
En síntesis, la programación abarcó los trabajos expuestos recientemente en la sección La Mirada Interior del XXII Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. También lo que resultó de un Laboratorio de Realización Audiovisual implementado por este organismo provincial. Y por último, una producción realizada en el marco del Programa Identidad Entrerriana; más las coproducciones con realizadores independientes.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
