Pablo Rochi

“Muchos dirán que estoy loco, pero me pasan cosas, veo cosas, veo personas, habló con espíritus. En realidad no me importa qué es lo que piensen de mí, yo sé que me pasan cosas y punto”. Leandro Portillo, el base que tiene Echagüe en su plantel, sorprendió con sus declaraciones. En una extensa entrevista con ANALISIS reconoció que a los 12 años empezó a tener visiones y contactos con espíritus y que tiempo después descubrió un don que hoy utiliza para ayudar a almas necesitadas. “Para muchos soy un personaje, pero yo te digo la verdad, lo que es mi vida. No sé si alguien cree en un ángel protector. Yo sí, yo lo veo y hablo con él”, aseguró. El jugador dice tener su cábala, que es hacer humo en su casa antes de jugar, aunque no asegura el éxito, aclara. “No soy mago. Me pasan cosas que a muchos no o veo cosas que muchos no ven, pero nada más. Para algunas cosas importantes utilizo ese don que tengo y para otras no”.

-Tus compañeros me dijeron que estás re loco, que sos un personaje, ¿es cierto?
-Puede ser. Vivo la vida muy acelerada. Dicen que soy loco porque me han visto hablar con las paredes o hablar solo. No sé, tengo reacciones por ahí disparatadas, tengo algunos arranques que para ellos no son normales.

-¿Siempre fuiste así?
-Sí, en la escuela cuando era chico era terrible. A mi vieja la citaban a cada rato. Eso sí, en cuanto al estudio nunca tuve problemas. Es más, me llevaba Educación Física a propósito para no ser abanderado. No me gustaba. Lo hice una sola vez porque mi mamá me lo pidió. Ese día salí en las fotos con unas caras de orto terrible. Lo hice sólo para cumplir el deseo de mi vieja.

-¿Es cierto que sos brujo?
-No sé si llamarlo brujo. A mí desde muy chico me empezó a pasar algo que no sabía qué era. Por ahí veo personas que no se ven. A los cinco años me pasó que vi a una persona detrás del sofá de mi casa. Mi vieja me decía que no había nadie pero yo la veía y lloraba; me acuerdo mucho de ese día. A los 12 años me empezó a pasar lo mismo, cada vez más seguido.

-¿Pero qué ves?
-Veo personas, habló con espíritus. Uno de mis hobbies es tomar mate de 12 de la noche a 3 de la mañana. Es un momento de relajación, siento que estoy pero a su vez mi mente está en otro lado, siento que me voy. No me preguntes a dónde mierda estoy, pero siento que en este planeta Tierra no estoy. Muchos cuando lean esta nota van a pensar que estoy loco, pero no me importa, son cosas que me pasan a mí y que me empezaron a pasar muy seguido desde los 12 años. Desde que me empezaron a pasar estas cosas comencé a leer libros, a interiorizarme del tema. Si no lo hacés te puedo asegurar que te volvés loco, porque no entendés qué te está pasando en tu vida. Si alguien no te explica qué es lo que te pasa sos capaz de tirarte del quinto piso. Es algo muy fuerte.

-No me estás cargando…
-No, cómo te voy a estar cargando. Muchos dirán que estoy loco, pero me pasan cosas, veo cosas. En realidad no me importa qué es lo que piensen de mí, yo sé que me pasan cosas y punto.

-Explicame bien, ¿qué me querés decir con eso de que te pasan “cosas”?
-Veo personas, bultos, puedo saber cuáles son las personas que te rodean y que te hacen mal. Ojo, no te creas que mi casa está llena de velas, que te tiro las cartas, que soy tarotista. No, nada que ver. A mí me pasa que si vos tenés un problema, venís a mi casa, tomamos unos mates y las resolvemos. A mí a veces me traen el nombre y el apellido de tal persona y yo al rato te puedo decir la vida y obra de ella. Muchos se asustan. Mis amigos, que ya me conocen, al principio se asustaron, pero ahora ya saben cómo soy. Cuando me voy a dormir y empiezo a soñar mi alma se desprende de mí, no siento el cuerpo, nada, pero empiezo a ver cosas. Mi familia ya sabe lo que me pasa.

-¿Tu mamá no se asustó al principio, no te llevó al psicólogo?
-Yo voy en contra a lo que dice el psicólogo. Ellos buscan todo lo que es material, hacen alucinaciones que vos podés llegar a tener. Yo al psicólogo le digo lo que él está pensando o lo que a él le está pasando en ese momento. Mirá, en estos dos años que estuve en Paraná me han llevado a hablar con un sacerdote de alta jerarquía y le conté lo que siento, lo que me pasa. Me dijo que lo que tengo es un fanatismo y no sé que más. Lo respeto, pero no es así. Yo esto lo utilizo para curar gente, te puedo ayudar en situaciones de vida.

-Dame un ejemplo.
-Cuando un alma pide ayuda yo enseguida me doy cuenta. Ojo, tampoco voy a estar ayudando a todo el mundo. Son situaciones que a veces se me presentan. Es una atracción simultánea. No es con todo el mundo porque si no pensarán que soy Juan Pablo II y no lo soy. Una vez en un supermercado me puse a charlar con una persona que no me conocía y me terminó contando el problema que tenía. Fue una conexión simultánea. Yo lo ayude con el problema que tenía. Actualmente hasta el día de hoy me lo agradece. Me doy cuenta cuando vos estás rodeado de una persona que no te hace bien y lo digo. Me ha pasado que no me creen, pero tiempo después me vienen a agradecer porque se dieron cuenta de que era cierto lo que les decía.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)