Marcelo Comas
Los Yaguaretés, único equipo de fútbol para no videntes de la provincia de Entre Ríos que interviene en el Campeonato Argentino, tiene su base de tareas en la ciudad de Paraná. Su formación nació gracias al trabajo del profesor Gustavo Giacinti, uno de los impulsores de la disciplina en la zona. A fines del año pasado consiguieron el ascenso a la máxima divisional, donde se miden cada fin de semana con jugadores de los principales equipos del país y de la Selección Campeona del Mundo en el Cenard. Una interesante iniciativa que busca proporcionarle a la persona con discapacidad visual un mejor estado físico y una apropiada integración a la sociedad.
Un grupo de amigos. Así se puede definir al equipo que nació de la mano del profesor de Educación Física Gustavo Giacinti en la Escuela Hellen Keller allá por el año 1996. Los inicios de Giacinti como educador en la entidad de calle Ecuador de Paraná datan del año 1995, cuando comenzó a inculcarles a esos gurises la importancia que la actividad física tiene en la vida de un ser humano. Por entonces, en dicho establecimiento educativo -que se encuentra bajo el ala del gobierno provincial y cuenta con alrededor de 80 personas- se volcaba a la enseñanza de atletismo, ciclismo, judo y en menor medida al fútbol, al igual que la natación.
Con la llegada de Giacinti al equipo de trabajo interdisciplinario se potenció la práctica del deporte de la número 5, tal es así que desde 2006 el equipo interviene en el Torneo Argentino para Ciegos, certamen organizado y fiscalizado por la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (Fadec).
Par conocer más en profundidad el crecimiento de este verdadero equipo de Primera, ANALISIS dialogó con el mentor e ideólogo de la iniciativa. Gustavo Giacinti recordó los comienzos de esta movida y brindó detalles hasta ahora desconocidos de sus dirigidos. En tal sentido, evocó: “Esto arrancó en 1996 con un grupo muy pequeño y con muchas cosas por aprender porque ninguno tenía la experiencia de enseñarles a chicos no videntes. Con el tiempo se fueron sumando pelotas -que por ahí es difícil conseguirlas-, entrenamientos y también se integraron nuevos colaboradores. En la actualidad contamos con un grupo de 13 jugadores que están practicando, conformando un grupo sólido, estable, con el cual se puede encarar un entrenamiento. En los primeros entrenamientos apenas si llegábamos a dos o tres jugadores…”, rememoró. Por aquel entonces, los alumnos de la Escuela Hellen Keller daban sus primeros pasos tras una pelota número 5, con edades que rondaban los cuatro años. Según cuenta el docente: “Hoy tengo en el equipo un jugador de 19 años, otro de 16 y los demás tienen 30 años y arrancaron a los 19 aproximadamente”.
En el florecer de un nuevo siglo se puso en marcha una nueva ilusión para los componentes del equipo de fútbol, todavía sin nombre ni objetivos fijos en el horizonte, ya que la próxima meta pasaba por competir en el Campeonato Argentino de Fútbol para Ciegos. Sobre esa experiencia, Giacinti recuerda que “sirvió para el aprendizaje porque los resultados no fueron nada buenos, hasta que fuimos madurando y le encontramos la mano al sistema. Se dio todo lo que veníamos buscando, es decir, salir campeones del Nacional B, lo que nos permitió ascender al Nacional A”, manifestó con orgullo.
En la presente la temporada Los Yaguaretés integran la Zona Norte junto a elencos de Santiago del Estero (tres), Salta y Jujuy, que pelean por ingresar a las instancias decisivas del campeonato. No obstante, la empresa no se torna fácil porque a medida que se avanza, aparecen en escena adversarios de mayor valía.
El profesor Giacinti, responsable de la enseñanza deportiva en la Escuela Hellen Keller, está a cargo de las actividades recreativas. Desde hace 12 años enseña y estimula a los jóvenes no videntes a que se desarrollen en el deporte, por lo que tiene bastante experiencia en la materia. Su inserción como formador de personas con capacidades diferentes y su misión desde un rol pedagógico tuvieron como disparador la pasión por el fútbol. Si bien al principio resulta complicado inculcar conocimientos y ciertos conceptos relacionados a la faz táctica, con el tiempo “es una forma distinta de practicar el deporte, te lleva más tiempo y se deben emplear metodologías no convencionales y no las que uno observa habitualmente en cualquier club en cuanto a trabajo de distintos niveles y deportes en grupos convencionales. Éste es un laburo solitario”, aseguró y agregó que tal experiencia no se repite en otros puntos de la provincia “porque falta iniciativa de profesores que lleven adelante los procesos. Un ciego puede practicar todos los deportes, sólo falta un profe que se vuelque y se interese especialmente por tal disciplina deportiva. A mí me gusta mucho el fútbol y me pareció muy curioso hacer este deporte con ciegos. En un principio me pareció hasta una forma loca de jugar, me gustó el desafío y además ayuda a que los muchachos sean muy futboleros”.
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