Claudia Martínez
(especial para ANALISIS)
Es uno de los cirujanos plásticos más prestigiosos de la provincia y ha operado gente de México, Italia, Canadá, España y a muchos conocidos de la ciudad. Se recibió en Córdoba pero se especializó con el cirujano de las estrellas: el doctor Juri. Muchas veces les recomienda a sus pacientes que no se operen y hasta ha tenido que solucionar problemas a travestis que hicieron desastres con su cuerpo. Jorge Bolzán, de él se trata, asegura que muchas veces las arrugas son producto de la vida que se ha llevado.
Cuando uno entra a un consultorio de Cirugía Estética piensa que a lo mejor se va a encontrar con pacientes bellas, fotos de famosas o cualquier otra cosa. Pero el lugar en el que trabaja el doctor Jorge Bolzán contagia tranquilidad y relax. Una pecera y el ruido de una cascada tras la ventana oxigenan el ambiente y la charla, luego de una tarde de operaciones y consultas. Bolzán está blanco en canas y nunca pierde la sonrisa y la franqueza.
Sobre el escritorio hay espejos, espejos y espejos: redondos, con pie, con marco plateado y apuntando para todos lados. El doctor se relaja y se prepara para el diálogo. Con tono cansino y muy entrerriano comienza a contar cuándo hay que operarse.
“Muchos se operan ahora pero las cicatrices sufren”, dice.
-¿Las operaciones no se hacen antes del verano?
-En realidad no hay que tomar sol ni 15 días antes ni 15 días después. En el mes de enero hace mucho calor. Al tener tan elevada la temperatura no es que no se pueda hacer, pero la piel se congestiona. Es preferible hacer la operación cuando la piel está en reposo, tiene menos problemas de sangrado.
Es médico desde el año 73. Nació en Nogoyá, se recibió en Córdoba, hizo cirugía general acá, pero se especializó con uno de los cirujanos plásticos más famosos del país: el doctor Juri, en Buenos Aires. “Es uno de los maestros y referencias para mí. A pesar de que tiene gente que lo apoya y gente que no”, avisa mientras se acomoda, siempre de inmaculado guardapolvo blanco, en el sillón de su consultorio.
El doctor Bolzán está casado, tiene 57 años y dos hijos: Santiago Jesús, que tiene 23 y estudia Medicina, y Dulce María, que tiene 21 y se forma en Mecánica dental.
-¿Su hijo va a ser cirujano plástico, como usted?
-(Se ríe) Vamos a ver... Yo le puedo mostrar muchas cosas pero esto es una especialidad muy estresante, los resultados que la gente pide... La tensión que un cirujano tiene antes de una cirugía, antes de la operación, cuando es responsable. La gente viene a buscar acá resultados.
“Quiero la nariz de Pampita”
-¿Qué es lo que vienen a buscar a un consultorio de estética? ¿Algunas vienen a querer parecerse a alguien?
-Por suerte ésas son las menos. A las que buscan parecerse a alguien, en realidad habría que mandarlas a un psicólogo. Nadie puede parecerse a otra persona. Pero la mayoría viene a buscar mejorar, refrescamiento, una mama chica agrandársela, una mama caída levantársela, una mama grande achicársela. Arreglarse la nariz, rellenarse los surcos, sacar arrugas de los párpados, bolsas de los párpados, rellenarse los labios, lipoaspiración, abdomen…
-Las mujeres de Paraná o de la provincia ¿son amantes de la estética?
-Bastante. Hay un porcentaje que se mantiene hasta el día de hoy. Un 90 por ciento que consultan son mujeres y un diez por ciento son varones.
-Y los varones ¿qué buscan por ejemplo?
-El hombre busca arreglarse la nariz, mejorar el abdomen, los párpados y a veces la papada también. Eso los afecta mucho. El tratamiento de las orejas también, esas orejas en pantalla son otras de las operaciones buscadas.
-Antes las mujeres sólo le levantaban las lolas, ahora las mujeres buscan siliconas más grandes... ¿por qué?
-Eso es un concepto que el cirujano tiene que aplicarle a la paciente, hay que asesorarla. La mujer que quiere lolas demasiado grandes a veces hay que hablar de inmadurez sexual. Hay otras que piden una cosa aceptable, ni muy grandes ni muy chicas. Pero en otros casos cuando piden mamas demasiado grandes se puede hablar de trastornos psicológicos. Hay que ver varias cosas: en la inclusión mamaria (como se les dicen a las prótesis) se contempla si hay lugar, entre otras cosas.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
