Claudio Cañete
A principios de septiembre, la agrupación barrial Impakto Juvenil festejará el Día del Niño en el Barrio Paraná 16 -explican que no quisieron sumarse a tantas fiestas superpuestas del pasado domingo-. Y mientras los propietarios del Nuevo Cine Rex ya los están ayudando en la campaña solidaria del juguete, Gustavo Desantiago, presidente de este grupo de jóvenes, anticipó que en esa misma jornada se homenajeará la figura de la artista plástica Amanda Mayor, que fue uno de sus principales apoyos. Desantiago, en diálogo con este semanario, recorrió la historia de su entidad, sus luchas, sus logros, sus proyectos. También denunció la desidia y falta de solidaridad de los sectores oficiales y las graves urgencias que tiene el lugar donde viven.
El tiempo ha pasado y quizás esto permite ver en perspectiva que el apoyo que alguna vez brindó la artista plástica Amanda Mayor a las actividades de Impakto Juvenil, fue también un reconocimiento a la labor comunitaria de estos pibes de barrio. Quizás porque Amanda habrá visto en el brillo de los ojos de algunos de estos chicos, el brillo de los ojos de su propio hijo continuando estoicamente la lucha que en otros tiempos lo convirtió en víctima de una dictadura. No lo sabremos nunca. Pero quizás la valoración que hizo Amanda fue que lo que hoy estos jóvenes hacen libremente en su propio barrio –aunque no exentos de dificultades y obstáculos-, en otros tiempos bien podía costar la muerte. Es muy probable que esa conclusión haya sacado, porque sin ningún tipo de duda la pintora partió con sus pinceles para filetear artesanalmente los carros de los cartoneros del Barrio Paraná 16, sumándose a una de las primeras campañas que Gustavo Desantiago, sus hermanos y amigos emprendieron en el lugar. Sin pensarlo, su sola presencia aquellas veces fue el principal reconocimiento que la agrupación haya recibido. Que a más de un funcionario que no los quiere atender desde sus cómodos escritorios les debe doler en un costado: porque los desnuda en sus mezquindades. Y vaya que tiene valor aquel gesto, que marca una diferencia notable con otros, ya que hasta el día de hoy los miran por encima de los hombros, no responden a sus pedidos y los cuestionan o ponen en duda su credibilidad como organizadores y trabajadores comunitarios.
“Impakto Juvenil fue fundado por un grupo de jóvenes que no se imaginaron que la propuesta iba a lograr ocupar el lugar de protagonismo que tiene ahora. Fue el 24 de marzo de 2004, por lo que siempre decimos que aquella vez no fue un año más en que se recordó el último golpe de Estado, sino que es la fecha del primer golpe barrial popular. Y lo hicimos con un chocolate para los chicos, era Semana Santa. Al año, exactamente, obtuvimos la personería jurídica. Los otros que me acompañaron desde entonces fueron Marita Santa Clara (vicepresidente), Natalia Retamal (secretaria), Gastón Desantiago (tesorero), Carolina Herrera, Nelson y Nancy Desantiago”, explicó el presidente de Impakto Juvenil, a quien todos conocen por el apodo de Terremoto. Este muchacho de 23 años, dueño de un estilo frontal y crítico, empezó a contar la trayectoria de su grupo.
A partir de aquel chocolate, una experiencia solidaria, creativa y popular fue creciendo a pasos agigantados: concursos de limpieza barrial llevada adelante por niños, la Fiesta de los Reyes Magos, actividades ecológicas, fiestas por el Día del Niño con peloteros y juguetes, el festejo del Día de la Madre y del Padre también. Y eso no fue todo, los juegos participativos siguieron y siguen marcando la impronta de Impakto: campeonato de repulgues de empanadas, de mascotas, de canciones; concurso de dibujos sobre los derechos humanos, torneos de bolita y de penales para chicos con capacidades diferentes. “Hemos realizado más de 30 eventos, donde los últimos dos nos respaldó institucionalmente el Consejo del Menor provincial. Imaginate lo que nos costó llegar al Consejo, para lograr que tuvieran una mirada más cercana a la problemática de los chicos de nuestro barrio, de decirles cómo estaban viviendo”, agregó.
“Yo creo que estamos llevando el derecho de vida, cultura, educación y deporte a los niños del Barrio Paraná 16 con nuestras actividades. Creo que cada evento logra tener un mensaje a la sociedad que no es solamente a los chicos, porque lo hacemos para toda la familia aunque todavía no logramos que participen todos los padres. Yo creo que el vecinalismo es tratar de solucionar los problemas que nos rodean, no depender de un cabecilla para que los vaya a resolver, cosa a lo que está acostumbrada la gente. A que una persona les solucione las urgencias que se apropian del barrio, de lo que no ha habido buenas experiencias. Han salido muchos dirigentes del Barrio Paraná 16, por ejemplo ediles, como la señora Blanca Belbey, que desde que asumió la banca -capaz que se lo merece- no aportó nada para el barrio, se fue a vivir a otro lado, eso fue lo que nos dolió a todos los vecinos. Luego la misma Comisión Vecinal no pudo equilibrarse con tanta demanda, que quedó acéfala en el período 2004 a 2006. Mientras que nosotros hemos ido progresando y desde que llegamos estamos haciendo todo lo que le hacía falta a los chicos, aunque los padres no participan”, opinó Terremoto.
Caminando las calles del barrio de Terremoto se puede ver que los paredones muestran algunas consignas que Impakto firma y comparte con sus habitantes: “Líderes en actividades comunitarias. Impakto Juvenil”, “Por una vida sana y digna para nuestros gurises”, “Compartiendo emociones para los gurises y futuras generaciones”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
