Hugo Remedi
“Yo creo que el cupo femenino es necesario aunque internamente no esté del todo convencida”, aseguró en una entrevista con ANALISIS la senadora nacional del justicialismo, profesora Graciela Bar. Dijo que no hay obsecuencia con el Presidente de la Nación y que a su mujer, Cristina Fernández, más que miedo se le tiene respeto por la gran capacidad que demuestra. Deslizó que luego de su salida del gobierno se habría encontrado, según informaciones periodísticas, con que ex el ministro Lavagna beneficiaba a empresas cercanas a su fundación. Admitió que por disciplina partidaria a veces hay que tragarse algunos sapos a la hora de aprobar leyes y que el ex presidente Menem cumple un rol menor en el Senado. Advirtió que el eje medular de la nueva ley de educación debe asegurar la garantía del cumplimiento del derecho a aprender y a enseñar. Dijo que un senador cobra 9.000 pesos y que de los 72 legisladores de la cámara alta, 42 apoyan y 30 son oposición. Se mostró de acuerdo con la postulación de Urribarri y aclaró que para las elecciones del 2007 prefiere la reelección del Presidente a la candidatura de la actual senadora nacional.
-¿Por qué le tienen tanto miedo a Cristina Kirchner?
-Más que miedo es un respeto a la gran capacidad que tiene. Con experiencia legislativa, desde que asume la democracia ella es alternativamente senadora nacional y diputada nacional. Tiene un gran conocimiento, no sólo de la legislación vigente sino también de lo que han expresado otros legisladores que hoy demuestran o expresan lo contrario; por lo tanto ella tiene un gran bagaje en todo lo que es la fundamentación de las leyes. Y ese conocimiento le da autoridad y poder y es muy difícil rebatir a una persona que tiene tanto dominio de un tema.
-¿Y no hay demasiada obsecuencia con Kirchner?
-Obsecuencia no, porque en lo particular y en lo que se conversa en el bloque, uno adhiere al proyecto del gobierno. No es una obsecuencia sin ningún tipo de opiniones en el seno del bloque; ahí se discute, se opina y a veces se han hecho modificaciones a los proyectos que envía el Ejecutivo, sobre todo en aquellos que son de orden económico. Tanto la Comisión de Presupuesto como la de Economía hacen modificaciones. En realidad, es un apoyo a la política económica. Yo no veo que sea una obsecuencia... Puede ser en algunos, pero no en el bloque mayoritario.
-¿Votaste los superpoderes?
-Voté los superpoderes porque no entiendo que sean superpoderes. Sino que todos los años hemos otorgado esa facultad de reasignación de partidas al jefe de gabinete para las modificaciones o los gastos que tenga que hacer en forma racional. Inclusive, Entre Ríos se ha visto beneficiada por esta facultad cuando se analizó el déficit de la Caja de Jubilaciones. Por ejemplo, nosotros teníamos en mano un plan de obras hídricas y de obras públicas que nos acercaron desde el Ministerio de Planificación y sobre la base de ese plan se hicieron las autorizaciones para que se pudiera otorgar esta reasignación de partidas.
-¿Hay que tragarse muchos sapos por disciplina partidaria a la hora de aprobar determinadas leyes?
-Y... hay algunas cuestiones en las cuales internamente uno a veces no está de acuerdo, pero bueno, hay que hacerlo...
-¿Y con cuál te pasó eso por ejemplo?
-A mí me pasó, por ejemplo, en la de los cargos específicos. Una ley en la que yo no estaba del todo convencida y bueno, hice un análisis sobre si le convenía o no a la provincia votar en contra, porque por ese mismo fondo fiduciario que se constituían los cargos específicos podían significar una mayor cantidad de obras públicas. Entonces, uno opta por el mal menor, en ese caso que sea beneficiada la provincia de Entre Ríos con nuevas obras públicas, ¿no?. Pero es verdad que a veces uno trata de suavizar el texto de la ley y otras veces adhiere completamente.
-¿Por qué Roberto Lavagna pasó de un plumazo del paraíso al infierno?
-Porque la postura de él fue diferente. Mientras Lavagna fue gobierno adhirió totalmente a la postura y a la política del proyecto nacional, y cuando se fue de ministro comenzaron las críticas hacia el modelo, hacia la política rural, hacia la política salarial, cuestión que no observaba mientras era ministro. Es decir, yo pienso que fue una reacción natural por parte del gobierno nacional ante el cambio de opiniones que se observó en él.
-¿Y el gobierno no hizo lo mismo? Primero Lavagna era el gran ministro de Economía y cuando se fue pasó a ser un montón de cosas negativas.
-Lo que sucede es que había algunas cuestiones de las cuales nosotros no teníamos información y que salieron a la luz cuando él se va. Y en ese sentido se pueden evaluar con mayor objetividad posible beneficios a empresas que estaban ligadas a la fundación que él tiene, o algún otro tipo de beneficios que se desconocían, al menos en lo personal, al momento en que estaba al frente del Ministerio de Hacienda.
-¿O sea que Lavagna no es un figura limpia?
-Yo no diría que sea limpia o no, pero por informaciones periodísticas tengo entendido que intentó ayudar a empresas vinculadas con su fundación.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
