En materia de historia entrerriana todavía queda mucho por conocer. En este sentido, la revista folclórica Cuando el pago se hace canto -que se edita en forma paralela al famoso festival musical de La Paz-, siempre tiene un espacio para rescatar los capítulos menos conocidos del pasado de la provincia. Y lo hace con los aportes de sus colaboradores y sus investigaciones. Es el caso de Julio Oscar Blanche, de quien ANALISIS publica en forma completa su artículo La Paz y la guerra del Paraguay. La última edición de la publicación paceña fue financiada por el Programa Identidad Entrerriana, que impulsan el gobierno provincial y el Consejo Federal de Inversiones.
A comienzos del año 1865, los habitantes de La Paz pretendían retomar la tranquilidad habitual que caracterizó a este pueblo entrerriano enclavado sobre las barrancas del río Paraná. Este sosiego fue roto dos años antes cuando su comandante, el coronel Antonio Ezequiel Berón, entró en conflicto con las autoridades civiles; los motivos fueron pasiones políticas encontradas. El coronel puso en jaque a la población durante varios meses, exhibiendo gente armada por las calles. El desorden concluyó con el asesinato del sargento mayor Juan Rafael Velásquez, alias Birrinchín, hecho que provocó el desplazamiento -a la zona- del gobernador general Justo José de Urquiza al frente de dos divisiones del ejército entrerriano. A su llegada impuso el orden, destituyó al coronel Berón y puso bajo proceso a los implicados.
Con el año nuevo las relaciones vecinales que habían quedado deterioradas tendían a mejorar. Contaban con un nuevo jefe político, el coronel José Lisardo Quiroz, que por orden del general Urquiza tenía la misión de aquietar los ánimos y comenzar un nuevo tiempo.
Pero el buen augurio duró poco. El 8 de abril el Paraguay le declaró la guerra a la República Argentina y el 14 del mismo mes, el general paraguayo Wenceslao Robles, con 20.000 soldados, invadió la provincia de Corrientes, tomando su capital y desplazándose hacia el sur cerca de Goya. Si la guerra es una calamidad en sus frentes de batalla, también afecta a los pueblos circundantes, y La Paz era uno de ellos y pronto sintió los efectos de la contienda.
El general Urquiza, designado por Mitre para conducir el Ejército de Vanguardia, convocó a la milicia entrerriana al cuartel general de Calá. La Paz vio con angustia marchar su División compuesta por nueve escuadrones al mando del coronel Berón.
La División se dirigió directamente a ocupar las márgenes del arroyo Basualdo a la espera de otros contingentes. En los últimos días de mayo entró en la zona del Paraná Medio la escuadra brasilera compuesta de nueve barcos acorazados y varios buques auxiliares. Estos barcos eran propulsados a vapor y pronto arribaron al puerto del pueblo para aprovisionarse de carbón, elemento que consumían en gran cantidad y la Selva de Montiel se lo proveía. En los registros figura el arribo del Amazonas, nave insignia, El Parahiba, El Jequitinhonha y El Princesa Joinville, entre otros. El 11 de junio en Riachuelo, frente a la ciudad de Corrientes, se produjo la sangrienta batalla naval entre la escuadra brasilera al mando del almirante Barroso y la paraguaya conducida por Meza. A las pocas horas llegaban al puerto de La Paz barcos brasileros para enterrar a sus muertos en el viejo cementerio que existía en la costa del arroyo Cabayú Cuatiá.
El 3 de julio en las orillas del arroyo Basualdo, límite de Entre Ríos con Corrientes, se produjo el famoso “desbande”: 2.000 entrerrianos que no querían obedecer a Bartolomé Mitre, conductor de la guerra, se sublevaron y pegaron la vuelta.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)