Hugo Remedi

“Hay diferentes niveles de comprensión y las deficiencias de desempeño en los primeros tiempos de ingreso a la universidad son distintas: los chicos que vienen de escuelas privadas en general tienen mejores rendimientos”, sintetizó en una entrevista con ANALISIS el normalizador de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), contador Mario Mathieu. Dijo que el presupuesto que maneja la universidad es de unos 40 millones de pesos y que el 93 por ciento se va en salarios. Las carreras más elegidas en la actualidad, aseguró, son Abogacía, Ciencias Económicas y Psicología, y viene creciendo Enfermería, y que la matrícula es de 19.000 estudiantes. Señaló que se cerraron cuatro Ingenierías y la Licenciatura en Biología de Uruguay y que se van a abrir este año la Licenciatura en Gestión Ambiental en Gualeguaychú y la Tecnicatura en Producción Agropecuaria en Chajarí. “Nuestro país y sólo uno o dos más tienen ingreso irrestricto”. Alertó que la deserción universitaria es muy alta, ronda el 90 por ciento -consignó- cuando razonablemente, finalizó diciendo, debería terminar sus estudios el 70 por ciento de los que inician la carrera universitaria.

-¿Es muy bajo el nivel de los estudiantes que van ingresando año tras año?
-Hay una realidad tal de todo el sistema educativo que realmente se llega a decir que los chicos que ingresan a la universidad no saben leer. No saben leer en el sentido cabal y eso tiene que ver un poco con que los espacios que ocupan los medios y la forma que transmiten su mensaje hacen que todos leamos menos. Y, naturalmente, eso ha impactado en los sectores jóvenes. Es muy difícil competirle desde el libro a alguien que está expuesto a Internet, etcétera. Hoy los colores, los sonidos, gozan de una posibilidad de definición que nunca se había tenido. El problema es: ¿qué nos enseña o qué nos deja? Y, en ese sentido, hay empresas que trabajan precisamente para que nos enseñe poco.

-Específicamente, ¿notan que los chicos que vienen de escuelas privadas están mejor preparados que los de la escuela pública?
-No tengo estudios que hayan analizado este tema. Hemos analizado, sí, los niveles de comprensión y las deficiencias de desempeño en los primeros tiempos de ingreso a la universidad y son distintos. Esto se hizo en la Facultad de Humanidades, aunque otras también lo han hecho, y además se advierte claramente cuando se toman los exámenes de ingreso.

-¿Es decir que es mejor la calidad de los que vienen de las escuelas privadas?
-Y... hay algo de eso. Por lo menos algunos institutos privados. Está la referencia que los ex alumnos de determinados institutos tienen menos dificultades. No hay un estudio que lo cuantifique, insisto, pero está la transmisión oral en el sentido de que se observan mejores rendimientos que con relación a estudiantes de escuelas públicas.

-¿Me equivoco o vamos de mal en peor?
-De cualquier manera hay que garantizar que el sistema público les brinde a aquellos con deficiencias la igualdad de oportunidades.

-¿Con una base que no es la correcta, como debería ser?
-Bueno, ahí vienen los programas de articulación. De pronto nos ha llevado a que la misma UADER asuma el programa de alfabetización con fuerza instalando 17 centros de alfabetización como para ir al principio del recorrido. Cuestión que no debiera ser una responsabilidad de esta universidad pero que, asumida la situación de conjunto de la sociedad, uno tiene que hacer lo propio para reiniciar un camino que a lo mejor, de haberse recorrido como corresponde, nunca debió obligarnos a hacer estos trayectos pero que hoy indudablemente hay que hacerlos.

-Cómo consecuencia de esto ¿notan también que es mayor el abandono de los chicos que vienen de las escuelas públicas?
-No, en eso no. Lo que sí, la deserción es muy alta en general y tiene que ver con un montón de problemas. Hay algunos que sostienen que nuestro sistema de ingreso irrestricto genera que la decantación se haga a posteriori y con un costo más alto, tanto en lo humano como en lo económico. En lo humano, porque va desgastando las expectativas de los jóvenes que creen en una opción universitaria porque lo computan como un fracaso y objetivamente es así, pero además en esto está el esfuerzo familiar por detrás, o sea que es una frustración más que individual.

-¿Es alta la deserción?
-De pronto hay muchas carreras cuyas medias de graduación son de un dígito, 8 o 9 por ciento del total de inscriptos, entonces realmente de esa manera se están desperdiciando los recursos. Es válido que el sistema de ingresos pueda ser un elemento, pero también hay otros. Está la situación socioeconómica, se han ido desarrollando sistemas de becas cada vez más amplios. De hecho nosotros tenemos un fondo de becas que hemos logrado ascender al del fondo de las universidades nacionales. Entre Ríos es una de las provincias que tiene un sistema provincial de becas que también lo hace extensivo a alumnos de universidades nacionales.

-¿Con eso alcanza?
-Yo creo que hay sistemas de becas, sin dudas que son insuficientes, para reponer las desigualdades de arrastre que tienen que ver con grados de desnutrición, de ir a la escuela, muchas veces no para estudiar sino para comer. Todos estos efectos acumulativos marcan un partir de grados de avances muy diferentes y a posterior si se permanece hay chicos que no pueden acceder a un libro. Si las bibliotecas no se van equipando, no tienen todo lo que deberían tener, tienen dificultades para un traslado, para el uso de Internet... Me ha pasado pedir a alumnos que me manden el trabajo por Internet y me hayan confesado al oído, con un poco de vergüenza, que no tienen para ir a un ciber.

-¿Cuánto le cuesta a un chico ir a la universidad?
-Eso depende, nosotros creemos que hay ofertas que son razonablemente accesibles. Prácticamente con el acceso a la biblioteca y a algunos apuntes se avanza, por supuesto que hay que vivir mientras tanto. Ahora, el tema es cuando se localiza fuera de su lugar de residencia. Entonces, bueno, es relativo, se puede vivir confortablemente o sobrevivir como se acostumbran la mayoría de los estudiantes. Nosotros hemos tenido alumnos de casos extremos de no tener ni siquiera dónde vivir, no son la totalidad y algunos se las arreglan con muy poco dinero, prácticamente sobreviven con una sola beca y con unos pocos pesos que les mandan los padres. Con esto hacemos un cálculo de que están viviendo con algo así como 250 pesos.

-¿Por qué AGMER dijo que la UADER se había convertido en una unidad básica? Empezaron con 246 administrativos y después esa cifra iba a pasar a 500, afirmaron.
-No, ojo, eso no es una opinión institucional de AGMER que yo sepa. Puede ser la opinión de algún docente afiliado o que tenga incluso alguna participación, pero no es un documento del gremio como tal, con el cual tenemos instancias de diálogo permanente y por supuesto que tienen posturas criticas, pero a este tema no lo han planteado en esos términos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)