-17 de octubre. El gobierno argentino viene desarrollando hasta hoy una interesante acción tendiente a la unidad del Sur del continente. Su principal batalla consistió en la extraordinaria resistencia al ALCA en el escenario marplatense y con Bush en cuerpo presente rumiando su derrota. Lo razonable supone que la sinergia de Argentina con todos los países de la región (incluido Uruguay) fortalezca esa línea. De ello se desprende también que el excesivo apego a definir cursos de acción por encuestas y por las causas que obnubilan rápidamente a segmentos de las capas medias, termine perjudicando su propio andar. El pueblo argentino anhela consagrar definitivamente a Kirchner como un líder de fuste. La plaza del próximo 25 comienza a dibujarse en el imaginario popular. No faltarán aquellos que tilden de “nostalgia setentista” la enorme movilización que se avizora. No dejará de mover a la nostalgia, pero lo cierto es que desde que el General aún vivía, la plaza no alcanzaba ese colorido.
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-Acumulación y respaldo. Horas antes de la presentación de la demanda argentina ante los tribunales internacionales de La Haya se va a concretar en Gualeguaychú un fuerte cierre del frente interno. Una vez más el Presidente Kirchner dio muestras de su afecto por la audacia y la sorpresa. Convocó a todo el poder político institucional de la nación a respaldar la presentación internacional y a suscribir una especie de compromiso con el medio ambiente. Será una de esas tantas ocasiones donde la historia se escribe con trazos gruesos, no lineal, pero que constituye un paso adelante en la construcción de un poder político que busca permanentemente los atajos para dejar atrás una época ignominiosa. Si se quiere será un acto contradictorio, con las miserabilidades secundarias que tuvieron todas las grandes gestas. La mayoría de los gobernadores que allí vayan a estar han abrevado en la más pura cultura política menemista y hoy viven maquillándose. Acá somos pocos y nos conocemos mucho. ¿Pueden capitalizar esta movida Busti, Juan C. Romero, gobernador de Salta, conocido predador, o el de San Juan, o Misiones, con plantas de celulosa en su territorio, para no hablar de el de Buenos Aires, con el Riachuelo como monumento al ambientalismo? La apuesta es que la capitalización se concentre en la figura presidencial, que por elevación estará enviando un mensaje de unidad nacional a los tribunales de La Haya, pero que paralelamente estará ganando la confianza de amplias franjas de la comunidad nacional que se sensibilizó con el reclamo gualeguaychuense.
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-Desafíos. Aunque a veces renguea, el Presidente ha demostrado que su apuesta principal es la consolidación de un modelo regional y sus opciones sistemáticamente han ido en esa dirección, aun a pesar de las amenazas proferidas desde el imperio y sus organismos financieros mafiosos. Con esas convicciones es equivocado suponer que pueda enmarañarse en las telarañas de eximios y ubicuos saltimbanquis, especuladores que consideran que el destino de Patria Grande se reduce a su Concordia natal. Los inconvenientes tienen otra dimensión. El Mercosur (en definitiva de su pervivencia se trata) encierra una serie de falacias, y urge revertir la tendencia que lo fragmenta en distintas miradas según intereses parciales. Su debilidad se hace manifiesta porque no dispone de organismos de consulta previa, de planificación regional, de resolución de contingencias, y si existen, no funcionan. Y esto es exclusivamente por falta de voluntad política. Así, se sigue subordinando el proyecto estratégico de conjunto a los intereses de los grupos económicos nacionales y multinacionales. Ellos son los que han modelado lo que es hoy el bloque. Entonces, esto de la integración llega a oídos del pueblo como una cosa lejana, que no los contiene, una especie de fantasía que no sale del papel. Y en cierta medida es así. No se publicitan, si existen, los objetivos y metas en diversos temas de interés social, como es el libre tránsito de mercaderías y personas, la integración monetaria, los topes de producción agropecuaria para la protección de los precios de las commodities de la región, las inversiones conjuntas en proyectos estratégicos de desarrollo industrial y tecnológico, la equiparación educativa y de salud, el establecimiento de instituciones comunes, o el status de los trabajadores y las leyes laborales de aplicación. Y en esto no se puede decir que los grandes avasallan a los pequeños (Brasil/Argentina vs Paraguay/Uruguay), sino que en ninguno se manifiesta una clara voluntad política de integración. Entonces, no puede sorprender que, tarde o temprano, deriven en situaciones como las de las papeleras. Sería más interesante preguntarse en qué falló el Mercosur para que un par de empresas extra-regionales estén causando un conflicto internacional entre dos países miembros.
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-La movilización. Su imponencia no defraudó las expectativas previas. Decena de miles peregrinaron hasta el puente concientes de que esa marcha cerraba un ciclo que los había tenido como protagonistas directos, pero también había conciencia de que ese inmenso camino de personas constituía un basamento de convicciones nada dispuestas a permitir que las pasen por arriba. Es cierto, mientras duraba el corte de ruta eran los vecinos quienes tenían una de las llaves del conflicto; a partir del levantamiento las decisiones y los cursos de acción pasan, ¡era hora!, a manos de diplomáticos y juristas. En cierto sentido esta situación no deja de ser novedosa, y como tal vale tomar nota del mensaje de la gente.
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-Ciclotimias. Es evidente que la concentración bustista el sábado 22 en Villaguay poco había servido para remozar la imagen del gobernador en ciertos ambientes. Busti sacó pecho frente a la tropa propia en Villaguay pero no sostuvo ese espíritu frente a la marcha en Gualeguaychú. Sabedor de que allí es persona poco grata reaccionó apichonado, casi indefenso, incapaz de imaginar alguna vuelta que lo reubicara en la atención de los entrerrianos. La explicación que ensayó al justificar su ausencia fue poco creíble. Eso de no avalar el corte de ruta con su presencia suena a lata. Hace un año para subir a la cresta de la movilización propuso cortar el suministro de gas al Uruguay y chicaneaba a Tabaré con aquello de que desde la izquierda hacía política de derecha. Eran tiempos en los que el gobernador se sentía en las antípodas de su estado de ánimo actual. Entonces las alternativas de reformar la Constitución provincial y el camino a la reelección parecían estar al alcance de la mano. Los comienzos de la movilización de Gualeguaychú le resultaban más que atractivos como para encaramar su figura en un marco de consenso que obligara a la oposición parlamentaria a dar los votos que habilitaran la reforma constitucional. Busti estaba convencido de que la relación con el Presidente Kirchner no pasaría por las turbulencias que finalmente soportaría. Finalmente, las vueltas de la política no han seguido los recodos deseados por el gobernador. Sus años de experiencia en el poder y en la política terminan por ubicarlo en un corral de dimensiones pequeñas, demasiado chico para sus ansias de protagonismo. A menudo se sale del corral y el celador lo debe ubicar, a veces con no buenos modales. Con ese estado de ánimo, cambiante, define no estar en la marcha de Gualeguaychú.
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-La oposición. El diputado Oscar Grilli no se guardó nada y cargó con artillería pesada tanto hacia la conducción del ARI provincial como hacia la Concertación Entrerriana. Para colmo, días atrás Juan Domingos Zacarías, principal referente del ARI en la provincia, dejó caer comentarios elogiosos hacia la persona de Jorge Busti. La cuestión es que Grillo, además de la crítica, marcó la posibilidad de la intervención nacional al ARI entrerriano por persistir en alianzas cuando la línea nacional es marchar solos hacia el 2007. Es claro que si se miran los fríos números de los resultados electorales, especulaciones como las que presenta Grilli son sencillamente de espanto. Si todos juntos, la Concertación Entrerriana, donde además del ARI confluyen, el Partido Nuevo Espacio, el radicalismo del diputado Godoy y Ana D’Angelo, y con un referente que tiene su peso, Emilio Martínez Garbino, anduvieron a los tropezones para llegar a disputar un escaño de los cinco en disputa, el ARI en soledad, con Zacarías como figura más conocida, puede descender en la proyección electoral a niveles tal vez preocupantes. En otras palabras: el ARI en soledad no disputa puntos, pelea por las décimas. Frente a las acusaciones Zacarías, que es una persona con mucho temple, no se dejó incomodar y evitó una contestación que lo exponga en el mismo nivel de Grilli y Mainez. Pero no ocultó su preocupación. Esto lo afecta y sabe que Carrió es lo suficientemente imprevisible como para no salir haciendo caso a una aventura como la que propone el diputado disidente, Grilli.
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