Jorge Riani

Citan la ley pero no la cumplen, aseguran que han invitado a sumarse al equipo de tarea en materia de educación sexual a varias instituciones oficiales y privadas pero no dicen que casi ninguna aceptó el convite por la visión que imponen. Los sectores disfrazados de pluralistas que representan a la Iglesia Católica en el Consejo General de Educación (CGE) se muestran decididos a no perder el poder que sumaron tras la embestida que hicieron contra el plan de educación sexual en las escuelas. Apenas asumido el sociólogo Jorge Kerz como presidente del CGE, emitieron una declaración en la que hacen reserva de decidir sobre la materia. Mientras tanto, desde Salud Pública se ha anunciado la instrumentación del Sistema Provincial de Salud Sexual y Reproductiva y Educación Sexual, que contaría con el aval de la Nación y haría retroceder el avance del golpe eclesiástico.

El año 2005 expira dejando una estadística más en la que se reflejan los datos de una dramática situación social: el 17,3 por ciento de los nacimientos en Entre Ríos tuvieron como protagonistas a madres adolescentes. Nada o poco sabían de métodos anticonceptivos, de ciclos de ovulación, y algunas hasta desconocían cómo es que llegaron a convertirse en madres.

El dato fue revelado a ANALISIS por el área de Maternidad y Minoridad de Entre Ríos, y es también del seno estatal -concretamente del Programa Provincial de Sida- de donde fluyen otros indicadores preocupantes: en territorio entrerriano habría unas 7.000 personas con VIH, muchas de las cuales desconocen su situación de enfermos.

A pesar de la contundencia de las cifras, de que cada unidad es un caso que involucra personas, la Curia entrerriana insiste en su política de tumbar cualquier posibilidad de introducir la educación sexual en las escuelas. Mientras apuesta a que no haya enseñanza, la religión imperante sigue de cerca los movimientos políticos que da el Estado entrerriano en el asunto y está desvelada por saber cómo serán los días de arranque del flamante presidente del Consejo General de Educación (CGE), Jorge Kerz, en un territorio en el que esos mismos sectores eclesiásticos lograron ganar una batalla a fuerza de despidos y embestidas con el aval político del Poder Ejecutivo provincial.

Cuando ni soñaba con ocupar el principal sillón del enlatado edificio de calle Córdoba, Kerz se había pronunciado en contra de los cambios que la Curia y sus operadores disfrazados de funcionarios públicos lograron imprimirle a la Ley 9.501 por medio de la cual se creó el Sistema Provincial de Salud Sexual y Reproductiva y Educación Sexual. Quienes conocen de cerca la historia de marchas y contramarchas de esa legislación dicen que si el funcionario-sociólogo quiere llevar adelante un acción congruente con sus tempranas expresiones a favor de la educación sexual con perspectiva de género, deberá lidiar con toda una ingeniería construida al amparo de la política del dejarse meter la mano que desarrolló su antecesor, Felipe Oreste Ascúa.

El Consejo soy yo

Cuando Kerz llevaba horas de designado como presidente del Consejo General de Educación, las coordinadoras de la denominada Comisión ad hoc para la implementación del Programa Educación Sexual Escolar dieron a conocer un comunicado de prensa que dice mucho, en términos de fijar tempranas posiciones. Sonó más a solapado mensaje interno a la nueva máxima autoridad que a un balance de lo realizado en 2005, que es como se lo presenta.

“Se comenzará con la capacitación de los docentes de todos los niveles y modalidades y la recuperación de las experiencias provinciales que en este tema se llevan adelante. Una vez superadas estas instancias, se comenzará con su desarrollo en las escuelas generando espacios de diálogo con los padres, reconocidos por la Ley Federal de Educación (Ley 24.195) como agentes naturales y primarios en la educación de sus hijos y con distintos actores sociales”, dice al fijar una posición de política educativa.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)