Silvio Méndez
El martes pasado, representantes del Consejo General de Educación (CGE) de la provincia, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (AMET) se reunieron por primera vez en sesión paritaria para definir las líneas a las cuales deberán llegar los acuerdos para destrabar una prolongada serie de conflictos que el Estado mantiene con los sindicatos de la enseñanza. Si bien esta reunión ya estaba prevista desde hacía un tiempo, el escenario en que ha sido citada es particularmente turbulento, por lo menos desde el punto de vista oficial. A la notoria falta de tino del gobierno provincial a la conducción de la cartera educativa, que ya se ha llevado puesto a tres presidentes del CGE en lo que va de la gestión, se le suma su acefalía con serios obstáculos para quien ha sido postulado a encabezar esta cartera.
Ya designado a este cargo el polifuncionario saltarín, Jorge Kerz, AGMER adelantó su firme intención de impugnar su postulación, ya que no cumpliría con los requisitos para encabezar la repartición al no provenir de la escuela pública. El argumento, que podría malinterpretarse como un ardid técnico, en rigor encierra un fundamento político y estratégico. Es difícil de comprender que un profesional especializado en gestión en Suecia pueda concertar y definir una línea de acción en un terreno altamente sensible, cuando no conoce o no ha tenido contacto cercano con las condiciones concretas del sistema de educación pública entrerriana.
Por otra parte, trascendió que la nominación de Kerz ha generado algunas observaciones en el Senado provincial, que en breve debería dar el acuerdo. Por lo pronto, la presentación de los antecedentes se encuentra en análisis en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos de la cámara alta, con una fecha aún no precisa en el mes de diciembre para concretar la audiencia pública. Si bien en los pasillos del Senado nadie se atreve a afirmar que las objeciones podrían hacer tambalear a Kerz, tampoco se descarta a un posible reemplazante. De todos modos, la pauta sobre el peso de la figura del presidente del CGE propuesto por el gobernador Jorge Busti, lo da el hecho de que una instancia tan importante como la paritaria con los docentes ha prescindido de su presencia. Igualmente como cuando era coordinador de Gestión y Ejecución de Políticas Sociales de la provincia, y el poder real pasaba por otras manos, por el mismo quinto piso del edificio de calle Córdoba donde solía tener su oficina.
De igual manera, más allá de estas vicisitudes, la convocatoria a paritarias con los maestros se presenta como una instancia clave para definir el escenario para el año que viene, a la cual va atado el futuro ciclo lectivo. Por lo pronto en este primer encuentro se ha rubricado la primera acta por la cual se definió, a propuesta de los trabajadores, plantear el eje de discusión en torno a la cuestión salarial y las condiciones laborales. Concretamente, dar continuidad a la incorporación de los montos en negro al salario básico para sanear y dar movilidad al escalafón, así como atender los reclamos por déficit en infraestructura. Para estudiar y avanzar en este proceso, el gobierno deberá poner a disposición la documentación relativa al presupuesto educativo y lo referente a los informes de las situaciones edilicias. Por la parte empleadora, se incorporó abordar la resolución del modelo a implementarse en el nivel medio o Polimodal y el régimen de licencias y de traslados. En tren de acelerar los pasos, teniendo en cuenta el fin de año y las instancias que pronto se avecinaran para poder llegar a los acuerdos, la mesa de negociación pasó a cuarto intermedio hasta el 14 de diciembre, cuando los representantes se volverán a reunir con la incertidumbre de saber si habrá o no caras nuevas.
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