Claudia Martínez
(especial para ANALISIS)
Nada cambió desde aquel 25 de julio de 2004 en San Benito. Se acentuaron los silencios, desaparecieron los trapos blancos de las ventanas y las marchas multitudinarias. María Inés Cabrol asegura que falta profesionalidad y que la causa para encontrar a su hija está parada.
El cartel de la entrada puesto por el intendente de San Benito, en un arranque de demagogia, ya no recibe a los visitantes. Pintado de amarillo y con la leyenda “No nos olvidemos de Fernanda. Feliz 2005”, ahora despide a los vecinos del lugar. ”Seguramente el viento lo giró”, dijo María Inés abrazando a su nieta, su eterna compañía cada vez que alguien llega a la casa de los Aguirre.
La familia de Fernanda no volvió a pintar la casa de otro color. El frente sigue escrito con los grafittis en rojo y negro en los que se refleja la esperanza: “Te esperamos”, “Te queremos”, realizados por las hermanas de la nena de 14 años.
“¿San Benito ha cambiado?, ¿en qué sentido me lo dice?”, repregunta María Inés.
Sentada en el comedor de su casa, al lado de la puerta cerrada de la habitación de Fernanda, María Inés Cabrol, a pesar del paso del tiempo, no parece resignada a que su hija no está.
En medio de su dolor, no puede disimular su bronca por la falta de respuestas y el silencio de radio de muchos que, antes, trataban de explicar lo inexplicable: cómo desapareció una adolescente de 13 años camino a llevar unas flores a una vecina de San Benito.
“El intendente es como si se borró, no le hace mucho caso al tema. Él era el del cartel. Siempre cambiábamos el toldito de la esquina de la comisaría, donde decía ‘Fernanda Presente’, pero se rompió y después alguien lo levantó y no hemos podido hacer nada. Los vecinos preguntan…el intendente se olvidó, es como si no hubiese pasado nada”, disparó en el comienzo de la charla.
-¿Con quien se comunica usted para pedir información?
-Hoy (por el lunes pasado) quise buscar a Walter Carballo, pero no lo pude ubicar. Lo que sí me aseguraron es que si yo quiero ir a algún lado para buscar a Fernanda, ellos me llevan. Con el juez (Héctor Toloy) estoy en contacto todos los días y me van comentando lo que se hace.
-¿Qué le dijo últimamente?
-Él me va diciendo lo que está haciendo, lo que se va investigando, pero de la nena, nada…
-¿Sigue pensando que Fernanda está viva?
-Sí, sí. Fernanda está viva. A ella la llevaron de acá, no está acá. Se los dije desde el primer día. Es un pálpito que tengo sin saber quién la había agarrado. Enseguida se los dije.
-¿Qué se cambió desde el primer día de Fernanda hasta ahora?
-Se ve menos en los medios el tema. Como si se fuera apagando, se ven menos cosas. La causa está parada, es como si se hubieran llevado una cosa, un artefacto…Y así quedó. A mí me dicen que están investigando, pero... ¿en qué sentido, si no hay nada? Que aparece un tipo, que aparece otro y nadie quiere hablar.
-Sobre la teoría de la responsabilidad de Raúl Monzón en la desaparición de Fernanda, ¿qué opina?
-Sí, eso es seguro que está relacionado, pero no hay pruebas que lo demuestren. Si lo meten preso, será igual que lo que ocurrió con Mirta Chaves. No va a hablar.
-¿Ha tenido contacto últimamente con Mirta Chaves?
-No, ni quiero tenerlo. Ella me mintió de entrada. Ella dijo no saber nada, pero yo digo que ella sabe, ella sabe.
-¿Recibió algún otro llamado significativo o que aporte datos?
-Nada. Está todo como que si no hubiera pasado nada. Hay gente que se acercó a casa para el Día de la Madre preguntándome por Fernanda. Yo ese día traté de no pensar, de no acordarme de nada, trabajé todo el día en el puesto de flores. Le agradezco a esos que se acercaron y me acompañaron. Es difícil en estos momentos estar sola y pensando en la nena. Es difícil…
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
