Pablo Rochi
Dirigió en 1985 y Echagüe ascendió a la Liga Nacional A. Estuvo en 1991 y nuevamente logró subir a la Liga A. Horacio Seguí otra vez está en Paraná y su presencia no es un dato menor. El prestigioso entrenador, uno de los más reconocidos del básquet argentino, tuvo una extensa charla con ANALISIS en la cual se abordaron diversos temas: los comienzos de la Liga, sus primeros pasos en Echagüe, su trayectoria y su retorno a nuestra ciudad. “Estar en Paraná y con gente tan cercana de aquellos primeros años genera irremediablemente sensaciones muy agradables y de muchos recuerdos”, señaló.
-Cuando un entrenador tiene una oferta de una institución siempre analiza, al margen de los aspectos económicos, las expectativas deportivas, las pretensiones y, por qué no, los sentimientos que puede despertar esa entidad. En este sentido ¿en qué porcentaje juegan los sentimientos para que usted haya aceptado la propuesta de Echagüe?
-No creo que sea por una cuestión de porcentajes. Lo que pasó con Echagüe es que desde hace un tiempo El Chungo (por Orlando Butta) me decía que tenía un proyecto y que quería contar conmigo. Yo en ese momento estaba con otras expectativas y por eso le dije que lo iba a ayudar en lo que pudiera, y una de esas ayudas fue la de buscar la chance de conseguir una plaza de TNA. Ambos coincidíamos en que en la Liga B Echagüe no iba a tener convocatoria económica. El costo de una compra de plaza es mucho menor que el costo de una temporada en la B, encima te asegura tener una plaza en la segunda categoría, algo que no te lo garantiza el jugar en la Liga B. Y Echagüe tienen un medio de 20 años de Liga Nacional, por lo que su gente va a apoyar lo que suceda de un nivel para arriba. Estando en un nivel más abajo la gente no va a ir a la cancha. Es decir, va a estar el espectáculo, van a estar los actores, el escenario, pero las butacas van a estar vacías, y eso no es bueno.
-¿Qué significado tiene Echagüe es su carrera como director técnico?
-Echagüe en su momento fue el primer club que hizo el reclutamiento más importante de toda la Liga Nacional, que fue en la época que llegaron Ernesto Michel, Marcelo Solanas, Horacio Borghese, Diego Mugherli, entre otros, chicos que posteriormente tuvieron trascendencia. Es decir, hicimos un trabajo que tuvo un reconocimiento muy importante y fuimos los primeros en hacerlo. Por ende, fue un trabajo destacado para el club y muy importante para mi carrera como entrenador. Con ese reclutamiento y con el plantel que armamos conseguimos una mística muy importante, tal es así que hasta se logró el ascenso. Después el club se mantuvo por mucho tiempo, sin acercarse al título, pero estuvo presente por varias temporadas. Naturalmente, Echagüe fue muy importante en mi carrera.
-¿Cuánto influyó en su regreso a Echagüe el llamado de Orlando Butta?
-Siempre hay que saber reconocer lo que sucedió. Yo siempre digo que El Chungo Butta fue una piedra angular para que la Liga Nacional existiera. Una persona que siempre actúa tiene adversarios y esos son los que desmerecen. Butta tiene un valor histórico por lo que hizo. A él se lo reconoce poco y no en la magnitud que debería ser. Sin él no se podría haber jugado la Liga Nacional, por lo menos en el tiempo que se hizo. A lo mejor se tendría que haber esperado otro momento, otros tiempos. En aquel entonces yo estaba en Atlanta y vine a trabajar por una semana sin tener algún tipo de relación con él. Después, terminé quedándome dos años con toda la familia. Fue una persona que influyó mucho.
-¿Qué tan exigente era el trabajo de dirigente y entrenador en aquellos años en que la Liga Nacional recién daba sus primeros pasos?
-Me acuerdo que competíamos con León Najnudel (N. de R.: creador de la Liga Nacional) en buscar jugadores por todo el país. Nosotros salíamos en la chata del Chungo por Corrientes, Santa Fe y otras provincias en busca de nuevos valores. Hoy en día hay más reclutamiento, más reconocimientos y otras formas de detectar nuevos valores. Fueron años de mucho trabajo, de movernos por todo el país. Obvio que tuvimos alegrías y tristezas, pero fundamentalmente muchos progresos. De aquella vez ya pasaron 20 años y hoy nos volvemos a encontrar. Estar con El Chungo en Paraná y con gente tan cercana de aquellos primeros años genera irremediablemente sensaciones muy agradables y de muchos recuerdos.
-En Paraná la gente recuerda mucho aquella época de Echagüe, los comienzos de la Liga, la cancha llena. Es más, se vive más del recuerdo que del presente. ¿Qué es lo que más recuerda de esa época?
-Era otro básquet, otra posibilidad. Había muchos más dirigentes históricos salidos de la bases de los clubes. Para mí esta Liga Nacional se construye por dos razones: una, por la gran capacidad de los técnicos de visualizar lo que hay que hacer y otra, por la gran pasión de los dirigentes de poder hacerlo, al margen de que si era o no conveniente económicamente. Esto se relaciona con el precio que se ha pagado en estos 20 años en los cuales hubo clubes que desaparecieron por el fervor de poner el mejor equipo en la cancha a costos elevadísimos y hasta irracionales. Pero ese gran esfuerzo tuvo también trabajos coherentes, y la buena acción nos dio esta Liga Nacional que hoy nos regala jugadores en la NBA, un título Olímpico y otros grandes resultados. Al margen de las capacidades de los jugadores, la Liga los empezó a educar y en determinado punto por calidad los convocan las potencias extranjeras y los terminan de hornear para hoy tener un producto excelente.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
