Marcelo Comas
En los últimos dos años se ha registrado un verdadero boom del tenis en la República Argentina. Esta tendencia, motivada por el buen momento de exponentes como Guillermo Coria, David Nalbandian, Mariano Puerta y Gastón Gaudio, desencadenó una explosión de la actividad que no se registraba desde los tiempos en que los estandartes eran levantados por Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini. Por esa razón, grandes y chicos, sin importar el sexo ni las condiciones innatas para practicar la disciplinar, se volcaron de lleno al deporte blanco. Sin embargo, en la capital de la provincia son pocos los clubes donde se pueda aprender a jugarlo sin tener que abonar una cuota mensual. Si bien la comuna incentiva el desarrollo de otras actividades en las denominadas Escuelas Municipales de Deportes, parece ser que al tenis no lo tienen muy cuenta, ni a aquellos amantes de despuntar el vicio en un court apto a tal efecto.
Gastón Gaudio define ante Guillermo Coria el Abierto de Roland Garros 2004 y en todo el país las acciones de ese encuentro histórico se siguen a través de las pantallas de televisión. Más allá del resultado final, que terminó consagrando a Gaudio, nunca antes se había logrado por estas latitudes una adhesión tal a un deporte que no fuera el fútbol. Si se quiere, se puede recurrir a un hecho más actual: Mariano Puerta -un tapado en ese momento-, hoy top ten de la Asociación de Tenistas Profesionales, pugnaba por conseguir lo que El Gato había conquistado hacía un año. El destino quiso que no fuera así, porque enfrente tuvo a un gladiador de la talla de Rafael Nadal, un todo terreno que va en camino a convertirse en una eminencia dentro del tenis.
Se puede decir que fueron dos sucesos que marcaron a fuego el crecimiento del tenis nacional de aquí a esta parte; tampoco se puede obviar lo que significa el equipo de Copa Davis potenciado a su enésima potencia con valores que envidian los representantes extranjeros.
En la capital provincial no existen canchas que sean propiedad del municipio, todas ellas pertenecen a clubes privados o a particulares, que en su mayoría son utilizadas por sus socios en pos de avanzar en la práctica del deporte. Pero el uso aplicado a los rectángulos cubiertos de polvo de ladrillo, en su mayoría tiende a aplicarse a la enseñanza por parte de profesores especializados en la materia. Suena extraño reconocer que desde la Dirección de Deportes de la comuna no se pretenda difundir la actividad, más si se tiene en cuenta la repercusión que ha mostrado hace cuatro años aproximadamente.
Desde las Escuelas Municipales de Deportes se apunta a afianzar disciplinas tales como el fútbol, el básquet, el sóftbol y el vóley, por considerarlas con mayor llegada entre los más jóvenes. Quizás el poco interés hacia la difusión del tenis tenga que ver con su alto costo, habida cuenta del elevado costo de los elementos que se utilizan para practicarlo. No obstante, en la mayoría de las escuelas con sede en nuestra ciudad se proveen de raquetas y pelotas a los que recién se inician en la disciplina.
Lo que sí pululan en cada barrio paranaense son las famosas canchas de paddle, con gran auge durante la década pasada, pero con el tiempo acarrea serias lesiones a aquellos adeptos que se animan a tomar una paleta en cualquier complejo que quede a mano.
“En 1991, cuando tuve un problema con una empresa (es ingeniero), como otra alternativa, y como sabía jugar al tenis, me dediqué al profesorado y a la enseñanza del deporte. Tengo un buen nivel tenístico como para poder dar clases: además he tomado varios cursos tanto en el exterior como en la Argentina. Con eso me las rebusco”, confió a este semanario Rodolfo Carponi, uno de los tantos instructores en el deporte blanco que se desempeñan en nuestro medio.
El mencionado entrenador se dedica a formar a jóvenes promesas que sueñan con llegar alto con una raqueta en la mano. Su fuerte es la faz competitiva con chicos que participan a nivel nacional e internacional. Según el profesor Carponi, el boom del tenis en nuestro ámbito ha repercutido notablemente. “Es impresionante la cantidad de gente que se acerca no sólo a mi complejo, sino a todos los clubes de Paraná, primero para preguntar si pueden tomar una clases de tenis a fin de investigar de qué se trata el furor de este deporte gracias a la excelente campaña de nuestros representantes en el exterior. El problema radica en la gran cantidad de gente que se interesa en la disciplina y las pocas canchas que existen en relación a la demanda ascendente de personas, que quizás no cuentan con la capacidad económica para pagar la cuota de un club”, afirmó el popular Tofy.
En Paraná, la cantidad de canchas disponibles para aprender tenis oscila de 26 a 30 courts, propiedad de entidades deportivas y particulares en su mayoría. Aquellos interesados que no pueden abonar una cuota social, que está por arriba de los 30 pesos, solamente pueden recurrir al alquiler de dos o tres canchas dispuestas en ese sentido. Un profesor trabaja 10 horas por día, en tanto, los fines de semana se dedica a viajar con los alumnos más avanzados -en tres niveles- a disputar torneos nacionales con puntaje ATP en pos de ascender en el ranking.
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