-Códigos y conductas. Si se quiere es una derivación lógica frente al ambiente de corrupción y desorden que dominaba el Ministerio de Salud y Acción Social de la provincia. Lo cierto es que en comercios de Concepción del Uruguay se encontró leche vencida que pertenecía al Plan Materno Infantil. Cuando el flamante coordinador de Políticas Sociales, Jorge Kerz, ofreció una conferencia de prensa tras entregar al gobernador un informe sobre el sector, el estado de ánimo que dejaba traslucir era más contundente que los datos proporcionados. Sus esfuerzos no alcanzaban a ocultar el desconcierto por la magnitud de la desidia y el descontrol. Kerz sufre además los efectos lógicos de una experiencia vertiginosa. De una casa de altos estudios de Sociología en Suecia a la Entre Ríos de Busti. A medida que avanza el proceso los ojos de una sociedad indignada se concentran sobre la ex ministro Graciela Degani. El gobierno, para no ser menos, apunta sus cañones a su menuda silueta. Por su parte la ginecóloga, hasta hace días mano derecha del gobernador Busti, ostenta un comportamiento que roza la inimputabilidad, es decir un estado de absoluta inconciencia de sus actos. En momentos que el gobernador tomaba juramento al nuevo ministro, contador Gustavo Bordet, la ex hizo su aparición de manera que todos tuvieran que dar cuenta de su presencia. En esas circunstancias aprovechó para hacer declaraciones donde se manifestó muy satisfecha por su gestión. De todas maneras, no es cuestión de reducir los hechos al desatino de una sola persona, en este caso, la ex ministro Degani.
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-El hambre urgente. Mientras tanto, diariamente explota algún caso de desnutrición y hambre extrema. Días pasados el prestigioso periodista de Concordia Juan José Cornú informaba que “en el Barrio Capricornio, donde murió un niño de nombre Darío, sobre 278 casos relevados se había detectado que el 65 por ciento de ellos estaba desnutrido. Dicho de otra manera, sólo 45 chicos estaban bien y 233 tenían distintos grados de desnutrición”. Puede imaginarse uno lo escandaloso de las estadísticas si ese relevamiento se extiende a todo el ejido urbano y suburbano. Cornú agregó que “en Concordia recientemente murieron dos chicos por desnutrición, el ya mencionado Darío y otro de apellido Muñoz, de ocho años, que vivía en el Barrio Nebel”. La pasada semana la comunidad concordiense observó con horror las imágenes emitidas por Canal 5. Allí, luego de insistentes denuncias de los vecinos, la Municipalidad debió apelar a la ayuda de los bomberos para retirar de una humilde vivienda a dos mujeres absolutamente desnutridas al punto que –sostienen- se movilizaban por la casa arrastrándose. Mientras la calamidad del hambre y la pobreza se pavonean, el gobierno no reacciona. Obligados por las circunstancias despidieron a la ministra. Al fin y al cabo todos los seres humanos esconden alguna virtud y el paso del tiempo deja al descubierto que alguna vez realizaron una buena acción.
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-Nerviosismos. En la Legislatura provincial, donde habitan caracterizadas figuras del entorno gubernativo, se notó la intranquilidad. Esta vez el protagonismo más notable fue cubierto por el presidente del bloque oficialista, el abogado Emilio Castrillón (La Paz), que no ocultó su disgusto por la suerte corrida por su aliada y elogió su gestión. El mismo legislador protagonizó un incidente de extrema violencia en la Comisión de Asuntos Constitucionales al momento de tratarse el pedido de juicio político al gobernador Busti presentado por un ciudadano paranaense. En su carácter de presidente de esa comisión y sobresaltado por la furia virtualmente se abalanzó sobre la diputada Beatriz Montaldo (Nuevo Espacio-Paraná), increpándola duramente. La legisladora no integra esa comisión, pero su sola presencia no constituye ningún peligro que amerite que otro legislador la amenace e intime a permanecer callada. Los casi 15 años ininterrumpidos que Castrillón lleva habitando un despacho en la Legislatura provincial han sido suficientes para hacer conocer sus costados más oscuros.
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-Un lugar especial. Pero la conducta exasperada del presidente del bloque justicialista es un simple indicador de la gravedad que reviste lo sucedido con los alimentos. Desde que el neoliberalismo produjo lo que produjo en materia de desocupación y pobreza, el abordar la cuestión social con seriedad, ha pasado a ser un aspecto fundamental de cualquier política gubernamental y, por lo tanto, asunto fundamental en la construcción de poder político electoral. Según la concepción dominante en el gobierno que se trate, el abordaje se convierte en una muestra de su sensibilidad social o de su perversión. La importancia del tema en juego no deja lugar a equivocaciones, o en todo caso la peculiaridad en el manejo de un ministro simplemente es un detalle dentro del temperamento general asignado desde la cúspide del poder político. Es decir, de los lineamientos que emanan del principal despacho de la casa gris. Por ello, los sucesos en el ministerio que ocupaba la doctora Graciela Degani muestran el vacío ideológico del gobierno, sus convencimientos más íntimos.
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-El verdadero poder. Para calibrar la magnitud de los intereses que debía regular Degani es necesario destacar que el ministerio en cuestión, además de manejar la ayuda social, está a cargo de la salud de los entrerrianos. En ese sentido, influye directamente sobre las condiciones de vida de amplias franjas de la sociedad. Ello representa de por sí un interés político, y no se puede perder de vista las enormes cifras que generan sus negocios y los poderes económicos que intervienen. En ese sentido, y en el plano reflexivo se pude señalar que el segmento de la ayuda social por mucho que se represente está destinado mantener la maquinaria política en sus niveles menores, es decir, punteros barriales y referentes departamentales que –aún devaluados- son el engranaje de la maquinaria bustista para las internas y las generales. En cambio, los recursos que se mueven en la salud son los que solventan las grandes estructuras políticas en forma muchas veces decisiva. Esta área disimula su propia crisis y todo sigue igual al día en que lo dejó Degani. El propio ministro Bordet reconoció que no había podido abocarse a otros temas que no fueran “atender la urgencia”. Sin embargo, la situación es extremadamente grave y los daños cuando aparezcan pueden presentar aristas irreversibles. Paradójicamente, en relación con esta área -la salud- es donde la dirigencia política es más pobre en conocimiento y planes. Parece que el volumen de los intereses en juego y su poder de hacer daños cuando se sienten afectados, intimida a los políticos por igual y los hace borrarse del tema, entonces afloran en soledad aquellos que disfrazan a través de la política un interés corporativo, generalmente profesionales de la salud ligados a los círculos médicos y a los paquetes accionarios de clínicas y sanatorios.
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-Los tiempos de Busti y la interna. El asunto de los alimentos que escaldó al gobierno tuvo su génesis exclusivamente en su propia incapacidad. Más, se podría decir sin herir la sensibilidad de nadie que virtualmente la oposición estuvo ausente. Los recambios sobrevinieron cuando el escándalo se abría de una manera abierta y peligrosa. Por ello también trata las cosas como las trata. Sin sobresaltos que le quiten aliento. Pero también el acontecimiento revela la naturaleza de ese poder, la dureza de los intereses sobre los cuales está cristalizado el gobierno. De esta manera carece de perspectiva para adelantarse en alguna medida al desarrollo de las crisis y queda atrapado por ellas. Le sucedió cuando el fracaso de la reforma constitucional, luego con el Régimen Jurídico Básico y ahora con el escándalo de los alimentos. Pero sin cerrar ese último pasaje que lo ha dejado fuertemente expuesto, todo hace pensar que se encamina hacia otro tropezón de proyección imprevisible. El ambiente que se puede palpar en cualquier despacho, la apreciación de propios y extraños y por último los encuestadores más variados señalan que la interna justicialista no entusiasma literalmente a nadie. Que desde el prodigamiento más honesto hasta el más pillo no logra entusiasmar ni a los familiares de los protagonistas. El reflejo más claro de esta situación lo ofrece el escaso protagonismo de la lista oficial con Blanca Osuna de Molina a la cabeza.
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