-El sopapo. “La cantidad de veces que los vea militar por Blanca será igual a la cantidad de veces que les dé audiencia”. Palabras más, palabras menos, ésa fue la proporcionalidad con que el gobernador sopapeó a algunos intendentes. No fue sorpresa, claro, propaladores oficiales venían anticipando los verdaderos motivos de la anunciada convocatoria a los intendentes. Estos no faltarían a la cita, pues la agenda incorporaba la posibilidad de destrabar el congelamiento de la suma fija a que se había estrechado allá por el año 1995 la coparticipación en concepto de Impuesto a los Ingresos Brutos. Lo que por aquellos años fue un arreglo conveniente, ahora, con el aumento brutal de la recaudación, amerita barajar y dar de nuevo. Ahí nomás, sobre el pucho, vino el apriete. El gobernador les pasó el mensaje de su padrinazgo sobre la lista que encabezarán Blanca Osuna de Molina y Raúl Solanas, remarcando que su éxito era garantía de gobernabilidad en la provincia. El silencio que sucedió a las palabras de Busti fue interrumpido por el intendente de Gualeguay. Éste se extendió en elogios a los candidatos y especialmente hacia el propio Busti. “¡Muy bien! -dijo Jodor-. ¡Estamos de acuerdo, porque Blanca es muy querida en Gualeguay!”. Entre el estupor del apriete y la sobreactuación de José Salim Jodor, no fueron pocos los que debieron esforzarse para contener la risa y el propio Busti tuvo que esconder una mueca. Es que si semejantes expresiones sonaran a dislate en boca de cualquiera, lo es mucho más en boca de Jodor.
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-Gobernabilidad. Los que no sintieron pudor por lo acontecido fueron el propio Busti y su ministro y presidente del PJ, Sergio Urribarri, pues los términos casi textuales de sus palabras trascendieron luego en un comunicado oficial. En tal sentido, el carácter de sobrevivencia institucional que asigna a la suerte de su lista el gobernador obliga a la reflexión de propios y extraños. Evidentemente, Busti sitúa “riesgos desestabilizadores” sólo ante la presencia de la lista encabezada por Hernán Orduna, pues Casaretto ya supo enfrentarlo en las internas de 2003, sin que fuera motivo de visiones apocalípticas, por el contrario, tanto uno como otro no perdían oportunidad de ponderarse. Muy distinto a lo que acontece en estas instancias, en las que todo lo que sucede parece sobresaltar al gobernador.
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-Fantasmas. Cuando la soledad y el silencio ganan los pasillos dicen que el fantasma aparece y corre de despacho en despacho. Los que lograron verlo relatan que en su derrotero observa un pluralismo sorprendente. Sí, no sólo los despachos justicialistas son motivo de su visita, se lo ve entrar frecuentemente en lo de Rogel o Zacarías. Tampoco repara en sexos, pues a Lucy Grimalt también frecuenta. El fantasma de la sucesión impregna los despachos de discusiones acaloradas y cavilaciones solitarias. Entonces, cuando se acallan los rumores y el negro de la noche se acrecienta, aquellas cavilaciones se extienden en figuras fantasmales. A Busti le quita el sueño y lo crispa de tal manera que cuando -entre actos y ceremonias- recibe abrazos, semblantea con el convencimiento de que muchos le miden las pilchas y sacan cuentas sobre si el saco les queda chico, grande o a medida. En su entorno no encuentra sosiego y muchas veces le multiplican las preocupaciones. Los cálculos sobre las chances de la consulta popular movilizan consejos de todo tipo, desde el encuestador oficial, profesor José Maria Torres, hasta pitonisas de prestigios dudosos.
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-Negocios y barbarie. Los sobresaltos del gobernador contrastan con el juego impúdico de algunos de sus íntimos. Recientemente el diputado Allende presentó un proyecto de ley para prorrogar por un año (con opción a uno más) la intervención al Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER). El proyecto mencionado desnuda su cinismo cuando se hace notar que junto a la intervención de Miguel Sampietro conviven dos gerentes, uno que responde a José Allende (UPCN) y otro al diputado Juan Carlos Almada (Municipales). De esa manera, estos gremios que cogobiernan la obra social intervenida quieren prolongar una situación que los ubica en una posición exclusiva y privilegiada. Como era de esperar, el audaz paso de estos conspicuos referentes del oficialismo tuvo el inmediato apoyo del presidente del bloque. Emilio Aroldo Castrillón sostiene que esto debe ser así “ya que sus compañeros de banca Allende y Almada son las personas que más conocen del tema”. ¡Y vaya si lo conocen! Para arribar a esta decisión de apoyo al proyecto de prolongar la Intervención no se ha detenido a valorar lo que cualquier afiliado al IOSPER a esta altura conoce. Durante tres años al frente de la obra social, Allende y Almada mantuvieron el estado de emergencia prestacional que había sido declarado frente a la invasión de los federales de Montiel. Luego, con los aportes normalizados y la deuda ya amortizada, se generó un déficit de un 1,2 millones de pesos mensuales. Tan escandalosa ha sido la gestión que los representantes de ambos en el Directorio, Marcelo Varrone por Allende y Francisco Medero por Almada, no pudieron soportar el impulso de esa política y terminaron renunciando por razones de “salud”.
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-Proyecciones. Como se podía prever, el paro de los trabajadores públicos fue contundente y la movilización tuvo una masividad que la acercó a aquellas de la infausta gestión montielista. Frente a esa protesta el gobierno pareciera no tener una perspectiva cierta de encauzamiento. Es más, el único acto de gobierno relacionado con la misma es el detestable proyecto que se comenta en el apartado anterior. El oficialismo no tiene reacción. Parece no dar cuenta que estos acontecimientos terminan drenando las expectativas de la sociedad. El mismo entorno es el que inmoviliza ideas que en algún momento surgen atractivas y ponen en actividad otras que alegran a un ambiente impúdico en la misma medida que generan rechazo en la sociedad. Esta combinación envuelve al gobierno en una suave pero palpable espiral de crisis que en principio tiene un punto de ruptura en las elecciones de octubre.
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-Patear el tablero. El intendente peronista (no pejotista) de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen, hizo pública una declaración con fuerte contenido político. Reclamó que el Nuevo Espacio defina claramente su adhesión al proyecto nacional. La declaración pone en tensión la supervivencia de la concertación provincial a partir de reconocer la contradicción Kirchner-Carrió. Es que ese punto álgido pretendía ser disimulado por buena parte de la dirigencia no peronista. En sus tramos más sustanciosos la declaración expresa: “Queremos en Entre Ríos poner en práctica la vocación frentista del peronismo, que no excluye, sino que incorpora a otros partidos y sectores del pensamiento nacional y popular”. Entiende que “las verdaderas luchas se dan desde allí, desde una identidad precisa y con objetivos bien dichos, y la suerte del Nuevo Espacio que tuvo como fundación el desencanto de muchos militantes y dirigentes del peronismo entrerriano está atada a estas premisas”. Es decir, Irigoyen plantea que la lista de diputados debería graficar un perfil frentista, peronista y kirchnerista. “No podemos ni queremos tener actitudes oportunistas ni serviles. A Kirchner ya lo acompañamos en 2003, y así como lo hicimos por convicción entonces, somos coherentes con nuestra postura”, recordó.
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