Florencia Penna

Esta entrevista fue publicada por ANALISIS en su edición del jueves 23 de mayo de 2002. La pintora y escultora hablaba en ese entonces del libro que estaba escribiendo sobre la vida y obra de su abuelo, don José Gazzano, para el cual estaba recaudando información. También habló esa vez sobre una invitación a Cuba para representar a la Argentina con una réplica del Monumento a la Memoria que se encuentra en la Plaza Sáenz Peña. También se refirió a una forma de expresión sobre la que tiene bastante experiencia: los murales. En definitiva, un testimonio en sus propias palabras, y un gran recuerdo.

Profesora en Artes Plásticas, profesora de Italiano y maestra de Inglés, Amanda Mayor se considera también defensora de los derechos humanos y “luchadora, con seis hijos, 19 nietos (hoy son 20) y un mundo por delante para descubrir”. La última gran exposición que realizó fue Poemas Ilustrados en el Centro Cultural Juan L. Ortiz, con escritos, pinturas y dibujos de su autoría. Una pequeña selección de estos trabajos se encuentra actualmente en la galería de arte del IAFAS (25 de Mayo 255). Sin dudas, esta obra ha sido una buena excusa para conjugar dos pasiones que la atraviesan, la plástica y las letras. No es la primera vez que Mayor escribe un libro, tiene uno inédito, destinado principalmente a los más chicos porque allí recuerda sus juegos de la niñez.

-Y ahora está escribiendo otro...
-Sí, medio tarde decidí hacerlo porque voy a realizar una pregunta y se han muerto todos.

-¿Sobre qué trata?
-Sobre mi abuelo Gazzano, amador y plantador de árboles, me encanta decirlo así, porque fue un visionario anticipado a su tiempo, el primer ecologista de Paraná. Hizo ese parque con sentido estético y amor a la naturaleza. Se trata de su vida y obra; cuando vino de Italia, el nacimiento de sus hijos... Es una biografía pero llena del anecdotario de su existencia. Quiero que sea un documento. Y al meterme en el recuerdo, me duele enormemente la situación actual del Parque Gazzano.

-Está muy desmejorado.
-Sí, como si dijéramos que “Atila vino, vidi, vinci” y destruyó hasta el pasto que estaba a sus pies, porque está tan lavada la tierra donde se encuentra la alameda de cipreses que sus raíces están desprotegidas y salen al aire. Es un desastre tremendo, todo el que va se sirve de algún gajo, de una planta, de cualquier cosa. Siempre digo que “en las inauguraciones todo el mundo aplaude, después me olvido”. Me duele incluso los puentecitos que había, de hierro reforjado que pertenecían a la casa de Urquiza, donde está el correo actualmente, que fueron vendidos como hierro viejo por uno de sus herederos. Por suerte fue recuperado por el ex intendente escribano Carlos Francisco Quintero. Gracias a él tenemos el parque.

-¿El cuidado del Parque Gazzano corresponde al municipio?
-Sí, pero yo no sé cómo lo cuidan, lo único que puedo decir es cómo está. Es lamentable y doloroso. Sueño con que alguien, algún intendente tenga la capacidad, el deseo, el cariño y el dinero para hacer una reconstrucción de lo que era, incluso con los puentes de hierro forjado, que yo los pinté en un cuadro y los tengo en algunas fotografías.

-¿Usted se crió en ese parque?
-Bueno, lo que queda es una mínima parte de la extensión y de la belleza que tenía porque aquello era un paraíso terrenal, el edén perdido. Y sí, yo vivía allá debajo de los sauces, de las flores. Era mi casa, una casita humilde, pero era “dueña” de ese parque; todos lo éramos. Había una libertad increíble.

-Y ahora, con este libro, está reviviendo ese pasado...
-Exacto. Así que para los que estén leyendo y tienen alguna anécdota de José Gazzano, creador y artista de vida, que me lo transmitan, porque estoy haciendo investigaciones y entrevistas. Incluso, he sacado de los archivos de los diarios algunas propagandas de los picnic que se hacían entonces. Elegí el año ‘38 como para acotar una fecha y poner algunas publicidades de la época. Es un pedido de ayuda para completarlo, porque ya está armado.

-Y usted está incluida en esa reconstrucción.
-Claro. Los nietos vivimos ya su vejez porque estábamos un poco desparramados, y yo fui a vivir a la quinta cuando tenía 6 años. Él tenía 73 o 74, porque nació en 1865, así que yo estuve en contacto con él siendo un hombre grande, pero con todo su vigor. Murió en 1961. Ya vas a leer el libro, no te voy a dar muchos más detalles.

-Se la ve muy entusiasmada.
-Porque es fantástico y apasionante. Además, yo me engancho con el trabajo en el momento en que lo estoy haciendo. Y estoy contenta porque hoy hablé con María Cura, de la Asociación Amigos del Árbol, ya que quería corroborar algunos datos, y me dio un poema que escribió sobre el abuelo y los distintos árboles, que lo voy a incluir en el libro.

-¿Cuánto tiempo hace que lo está escribiendo?
-Un mes. Así soy de loca, soy re-tarada. Por supuesto que tengo que interrumpir para mis otras actividades, pero están en segundo o tercer término, y después está mi familia. Por ahí sigo trabajando hasta las tres de la mañana. Y al otro día como si tal cosa. Es que soy tan joven que tengo mucha energía.

-¿Para cuándo supone que lo terminará?
-¡Para ayer! No sé, quiero concluirlo, pero no tengo fecha. Lo voy a terminar cuando esté completo.

-¿Y ya sabe cómo lo va a editar?
-Bueno, no he hecho ninguna entrevista a nivel oficial, pero me encontré con la esposa del señor intendente y le comenté, porque pienso que el municipio tiene que ayudarme, de alguna manera, a que este libro se pueda editar. Es sobre un personaje de Paraná que ha hecho algo para que la ciudad disponga de un parque, aunque no esté en las condiciones inmejorables que uno quisiera.

-¿Y si no recibe ese apoyo?
-De algún lado se va a hacer, porque editarse se va a editar. Cuando me propongo algo siempre se cumple; pero no porque me venga de arriba. A veces me preguntan: “¿Cómo conseguís tal cosa?” Con esfuerzo, dedicación y constancia; con largar los pulmones en lo que uno hace. Nada es fácil en la vida, tenés que trabajar firmemente en el objetivo propuesto. Uno puede tener muchos objetivos pero tenés que ir tomando de a uno, y los otros los vas manejando hasta que les toque el turno.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)