Sandra Míguez
Según un informe del Centro de Estudios de Estado y Sociedad, el aborto es la principal causa de muerte materna en la Argentina. El incremento del 46 por ciento en los egresos hospitalarios desnuda la clandestinidad de esta práctica y el peligro que corre la vida de las mujeres. El documento agrega que “el riesgo que trae aparejado un aborto practicado en condiciones inseguras se potencia por la clandestinidad en la que se realiza y la condena social que lo rodea cuando se hace público”.
Desde hace 20 años la principal causa de muerte materna en la Argentina es el aborto. De acuerdo a un informe del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), el aborto representa un tercio de las muertes maternas en el país.
Mariana Romero, médica paranaense, que trabaja como investigadora en el CEDES, explicó que “la Argentina se ubica junto a Jamaica y Trinidad y Tobago como los países que tienen el aborto como principal factor de la causa de muertes maternas”. Del mismo modo, el aumento del 46 por ciento en los egresos hospitalarios por abortos hace referencia a la clandestinidad de esta práctica y al altísimo riesgo de vida que implica para la mujer, algo que podría revertirse tan sólo con garantizar el acceso a métodos de anticoncepción y con ello tengan la posibilidad de decidir libremente sobre la planificación familiar y prevenir embarazos no deseados.
La Iglesia, por su parte, reitera su férrea oposición a la idea de “despenalizar el aborto”, mientras que desde las esferas oficiales los principales referentes de salud han manifestado la necesidad de poner en marcha un programa que permita garantizar el acceso a la salud para todos y evitar así más muertes maternas.
Objeciones y certezas
Mas allá de las objeciones que existen a nivel moral, social o legal, más allá de las leyes que penalizan su práctica, en la Argentina el aborto es la principal causa de mortalidad materna. Así lo confirma un estudio llevado adelante por el CEDES en seis provincias argentinas, en las cuales se pudo corroborar científicamente que un 27,4 por ciento de las muertes maternas se produce por abortos inseguros.
A esto hay que sumarle la vulnerabilidad de las mujeres que viven en sectores socioeconómicos empobrecidos y el estigma social que deben soportar quienes no tienen recursos para acceder a un aborto seguro.
Es por ello que en el trabajo titulado Para que cada muerte materna importe, el equipo de investigadores señala que “el riesgo que trae aparejado un aborto practicado en condiciones inseguras se potencia por la clandestinidad en la que se realiza y la condena social que lo rodea cuando se hace público”, y agrega que “en este contexto social y legal, la búsqueda de atención médica ante las señales de alarma se demora”, remarcando los factores que agravan la situación.
De acuerdo a este relevamiento, es necesario intervenir sobre el problema de las complicaciones de abortos inseguros. “La importante contribución de las muertes por complicaciones de aborto a la mortalidad materna hacen necesario mejorar la capacidad técnica y la calidad del trato en el manejo de las complicaciones de abortos”, recomiendan los investigadores al tiempo que indican que “la estrategia debería confluir hacia una revisión de las disposiciones legales sobre el aborto, dado que la evidencia muestra que la clandestinidad de su práctica expone a las mujeres, especialmente a las más pobres, al riesgo de su salud y de su vida”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)