En política siempre hay alternativas para sobrevivir. Los esfuerzos por alinear la provincia al estilo presidencial. La oposición que tendremos en octubre. Régimen Jurídico. El gobierno entre reclamos gremiales y apretadas legislativas. El caso Fernanda. Hipótesis no agotadas. El circo romano en pleno 2005. Una sociedad que no tiene memoria está condenada a repetir historias.
-La jugada. Como en sus mejores jugadas futbolísticas, Jorge Busti pateó la pelota para octubre, y acomoda la consulta popular a las elecciones nacionales previstas para el 23 de ese mes. De esta manera descomprime fuertemente el clima de ansiedad instalado no sólo en la oposición. En diferentes sectores del propio oficialismo se observaba con preocupación la insistencia gubernamental de una consulta en junio. Es que estancada como está la relación con la oposición, esa ruta no tenía salida. A ello se sumaba la parquedad reinante en las reuniones con intendentes y legisladores justicialistas. Si bien en los tramos públicos y protocolares nadie levantó una voz en disidencia, los comentarios de pasillos dejaban entrever una visión contrapuesta. Nadie aseguraba votos, aun contando con el carácter obligatorio definido por la ley. Cada uno a su manera y con el recato del caso tenía miedo de caer en el ridículo o de ser malinterpretado en caso de expresar reparos a la iniciativa. Así es como, dando nuevamente una lección de ductilidad Busti se convenció de que no había condiciones que garantizaran sus objetivos, y no sin fastidio pateo la pelota hacia delante. Resta aún esperar si el decreto que otorgue formalidad a la iniciativa es finalmente atacado jurídicamente por la oposición. Vale recordar el antecedente que constituye el fallo número 2.321 del año de la Cámara Electoral Nacional ante una situación similar. En aquella oportunidad la Cámara declaró inaplicable lo resuelto por el gobierno de la provincia sin perjuicio de la validez jurídica del proceso de elecciones de diputados nacionales.
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-La centralidad presidencial. Desde el mismo momento en que fue ungido Presidente de la República, Néstor Kirchner se las ha arreglado para dominar el escenario político. El único momento en que el Presidente tuvo que ceder parte de su protagonismo fue cuando el ingeniero Juan Carlos Blumberg se proyectó como emblema de la seguridad. En estos días aquel acontecimiento opera como mero dato sociológico, pero en lo cotidiano pocos recuerdan el episodio. La salida del default, en cambio, ha ensanchado la base de aceptación del Presidente. El direccionamiento del país en cualquiera de sus perfiles marca un sentido esperanzador que la sociedad valora. Y esto sucede así pues cada gramo, décima o punto que se gana a la desnutrición, a la desocupación, a la pobreza, al trabajo en negro, a la mortalidad infantil, a la muerte de madre embarazada, la sociedad lo atesora y es impensable que lo ponga en riesgo. El nivel de aceptación de la gestión Kirchner es impensadamente alto y sostenido, tiene ese asidero material por fuera de cualquier opinión iluminada. Entonces, mirando hacia octubre, Néstor Kirchner es un elector poderoso. Y ninguna propuesta meramente regional por más atractiva que se presente llega a perforar esta determinante general.
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-Alternativas. Esta etapa de la política entrerriana culminó con un Emilio Martínez Garbino posicionándose en el centro de la escena. El dirigente jugó bien la propuesta del diálogo político frente a un bustismo desbocado y cuando el gobernador le abrió la puerta para enredarlo supo jugar con serenidad y poner la pelota junto al palo más lejano. Pero el núcleo duro del Nuevo Espacio, el agrupamiento Militancia Peronista de Gualeguaychú -Daniel Irigoyen, Martínez Garbino, Sergio Delcanto, Luis Leissa- no se engaña y es conciente de que el derrotero de sus ilusiones está ligado con el deambular azaroso del justicialismo. La propia proyección reciente de Martínez Garbino tuvo que ver con el montón de desaciertos del gobierno. No constituye ningún secreto las permanentes reuniones del ex intendente con diferentes referentes del justicialismo. Daniel Irigoyen por su parte cada vez que anda por Paraná no se pierde de cruzar algún saludo con Julio Solanas. Luis Leissa aún goza del prestigio que le otorga el haber ganado una interna del PJ de visitante en la capital provincial. En esta conciencia saben que de perdurar la alianza Busti-Kirchner las determinaciones más generales para el escenario de octubre están dominadas por ese perfil. Si el justicialismo de Busti presenta una lista con claro perfil kirchnerista que incluya un marco frentista, las chances del Nuevo Espacio se achican. Si en cambio Busti se empeña en jugar con barro, la pelota pasa nuevamente a ser controlada por ellos, tal como sucedió con el diálogo y la consulta popular. En estos enredos de la política entrerriana mete sus manos Elisa Carrió, que incomoda la convivencia del Nuevo Espacio.
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-El jamón del sándwich. Como ya se ha dicho, el Régimen Jurídico Básico se aprobó en una sesión caracterizada por el atropello por parte de la bancada oficial. Conjuntamente se aprobó el proyecto de Paritaria Docente y Reforma Política. En ninguno de los tres se cristalizaron las observaciones y sugerencias ni de la oposición, ni del gremialismo estatal más activo y mayoritario. La rápida reacción de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) hizo recapacitar al gobierno sobre las “consecuencias no deseadas” de esa victoria legislativa. A partir de allí el bloque de senadores del PJ obra de contención de las apetencias del sector más impresentable del oficialismo, y han reabierto los canales de participación y debate con el objetivo indisimulado de bloquear el plan de lucha definido por los trabajadores nucleados en ATE. A punto de subir al avión rumbo a China el gobernador se puso gracioso y se ubicó en el papel de víctima entre dos fuerzas. “Nosotros somos el jamón del sándwich en la disputa de espacios entre dos organizaciones sindicales”, declaró. Es bueno destacar que el diputado provincial Raúl Solanas (PJ-Paraná), al día siguiente de la ajetreada sesión, hizo declaraciones donde precisó la participación del Ejecutivo en el proyecto aprobado. Pero lo que realmente enerva a buena parte del activismo gremial es la pretendida neutralidad del gobernador frente a dos proyectos sindicales claramente antagónicos.
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-De nuevo Fernanda. Días pasados se conocieron declaraciones del comisario de la Policía tucumana, Jorge Tobar, relacionando la desaparición de Fernanda Aguirre con una red de prostitución en Santiago del Estero. Más allá de las dudas respecto a la precisión de los datos específicos dados por Tobar -un oficial que fue primero bombero y no con demasiados antecedentes en su nuevo rol-, su relato es coherente en la descripción del mundo de la prostitución de menores y la envergadura del negocio. Es precisamente en el volumen social del delito donde deben encontrarse las claves para encarar la lucha contra este tipo de delitos. El relacionamiento en la vida cotidiana es el punto de partida. Jueces y policías tienen que saber poner sus ojos en los hilos finos que recorren las entrañas de toda comunidad. Oportunamente fue señalado en esta columna. Ese mundo estuvo ausente en las líneas investigativas del caso Fernanda Aguirre.
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-Circo Romano. Semanas atrás, la Policía de Concordia detuvo a un hombre sospechado de haber violado a una joven de aquella ciudad. A sabiendas del destino que los códigos carcelarios les deparan a los violadores (sin diferenciar sospechosos de condenados) fue alojado en una celda junto a otros detenidos. Como en un Circo Romano moderno, los guardianes del orden concordiense esperaron pacientemente algunas horas a fin de que se cumpliera con el rito de rigor. A pocas horas de haber sido apresado el hombre debió ser hospitalizado e intervenido quirúrgicamente dos veces por la gravedad de las lesiones recibidas. Los acontecimientos de este relato frío transcurrieron en la sede de la Jefatura Departamental, ubicada en pleno centro de la segunda ciudad de la provincia, a pocos metros de la oficina del jefe departamental y de los tribunales de Justicia. Si la mera descripción de los hechos parece terrible, no lo es menos la ausencia de derivaciones. La noticia fue dada a conocer por pocos medios digitales, y que se sepa, no se iniciaron actuaciones desde la conducción política para dilucidar responsabilidades, pese a que el propio ministro de Gobierno, Sergio Urribarri, es un hombre oriundo de Concordia. Puntualizar la responsabilidad en algún indolente funcionario (que los hay en demasía) es un reduccionismo inconducente. Aparece como un síntoma preocupante la indiferencia generalizada frente a la violación de derechos fundamentales de la persona por parte del propio Estado, más allá del condenable episodio. Ante semejante atrocidad, nadie reaccionó: ni el Ministerio de Gobierno ni la Secretaría de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos.
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