Problemas en las gomas
Un inesperado e infausto episodio protagonizó la fiscal de Estado, Claudia Mizawak, en su reciente estadía vacacional en Cuba. Resulta que la funcionaria debió superar un mal trance en plena ruta, mientras realizaba un periplo turístico por la encantadora isla caribeña. El incidente, que la tomó por absoluta sorpresa, estuvo a punto de arruinarle su viaje, cuyo principal objetivo era el de reponer energías, después de un largo y fatigoso período comandando un organismo por el que tramitan cientos de voluminosos expedientes. Según confesó la propia Mizawak, lo que la impulsó a recorrer Cuba fue el buen clima que impera en esta época del año, pese a la corriente del Atlántico Norte, que anualmente hace descender varios grados la temperatura de sus mares y que disuade a los bañistas a meterse al agua. Por esa razón, después de permanecer varios días tendida al sol en la playa de su hotel, la fiscal decidió conocer algunas localidades del sur del país. De modo que contrató un taxi de manera particular y comenzó su periplo. Pero cuando volvía de un pintoresco poblado del interior, su chofer debió hacer un alto en el camino para cambiar una de las gomas del vehículo. Al descender, el taxista se estremeció al comprobar que eran dos las ruedas que se habían desinflado por efecto de unos clavos miguelitos que alguien había arrojado en la carretera. Antes de que pudiera reaccionar, unos asaltantes los abordaron apuntando a todos los tripulantes con armas de fuego y les arrebataron el total de las pertenencias que traían consigo.
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Interna de pago chico
El presidente del Ente Autárquico Puerto Diamante, Juan Carlos Favotti, parece haber caído presa de las operaciones políticas de cierto sector del Partido Justicialista (PJ) que no le perdonan la posición ni el crecimiento de la agrupación que comanda junto a la diputada Alicia Haidar de Caram. Sucede que tanto el funcionario portuario como la legisladora integran un ala del bustismo con cierto aire independiente respecto de los lineamientos tradicionales del PJ diamantino, con cuyos principales referentes se disputan el territorio desde antaño. El enfrentamiento que los divide transitó siempre por un clima de tolerancia y gestos de buenos vecinos, pero en las últimas semanas el canibalismo político, tan célebre en otros tiempos, ha vuelto a apoderase de ciertos operadores que buscan sacar beneficio personal del río revuelto. En ese sentido, las continuas apariciones mediáticas de un extraño albañil, famoso en Diamante por sus actitudes patoteriles y serviciales con el patrón de turno, son la expresión más clara de una inminente fisura en el PJ que podría acabar con la intención de Jorge Busti de tener un polo de desarrollo armónico para su proyecto político en esa ciudad. Es que el personaje en cuestión, amén de pasear por cuanto medio de comunicación le abra las puertas su rosario de denuncias estridentes, que incluyen también al senador Oscar Herdt y otros funcionarios provinciales, no hace otra cosa que desnudar el escaso tacto de sus mandaderos. Entre otras sorprendentes revelaciones, el hombre confesó públicamente en una radio de Paraná que para propagar sus diatribas contra sus víctimas utilizaba el teléfono del Concejo Deliberante de Diamante.
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Discusión académica
Otro de los hombres públicos que también optó por ingresar este año como estudiante en la carrera de Licenciatura Política es el diputado provincial Juan Domingo Zacarías (Nuevo Espacio-Paraná). Sin embargo, el legislador optó por estudiar no en la Facultad de Trabajo Social, como lo hicieron numerosos políticos de conocida trayectoria en la provincia, sino que acudió a una universidad privada. Zacarías se sentó por primera vez en uno de los bancos de la Universidad Católica de Paraná hace unos 15 días, y casi de inmediato constató que a diferencia de la otra carrera estatal, en ésta él es uno de los pocos veteranos inscriptos. Pero lejos de sentirse incómodo, el diputado parece haberse adaptado perfectamente a su nuevo ambiente. Entabló una buena relación con sus jóvenes compañeros y no duda en responder las preguntas que hacen los profesores, con exposiciones en las que se luce ante toda la clase. Sin embargo, la semana pasada tuvo una fuerte discusión con un docente de apellido Pincemín, un sacerdote que tiene a su cargo la cátedra de Historia de las Ideas Políticas I, con quien se trenzó en plena clase cuando comenzó a cuestionar duramente a la clase política argentina.
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Misterios de la cámara baja
La decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Orlando Engelmann (PJ-Federación) de no remitir las partidas correspondientes para el pago de los empleados del bloque de diputados de la Unión Cívica Radical (UCR), como una suerte de vendetta por la negativa del radicalismo a acceder a una reforma de la Constitución provincial, amenaza con transformarse en un escándalo mayúsculo. Ocurre que la determinación de castigar a sus adversarios donde más les duele, es decir en sus bolsillos, ha terminado por romper el ambiente de complicidad que impera en ese recinto y que consiste en esconder de la luz pública los toma y daca con que se negocian ciertas cuestiones. El problema más incómodo que han tenido que enfrentar los legisladores radicales es el de tener que pagar con fondos de sus propias dietas los sueldos de varios de sus subalternos, que ante el atraso en la percepción de sus haberes no han tenido más remedio que solicitarles un adelanto a sus jefes. La presión que han padecido los diputados de la oposición los ha empujado a desaparecer de los lugares que suelen frecuentar, para eludir “el mangazo” de sus contratados, y algunos de ellos incluso tuvieron que soportar verdaderas escenas en sus propios despachos.
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Ausentes sin aviso
Aunque uno de las deberes que tienen los funcionarios públicos es el de informar a la ciudadanía acerca de las gestiones que realizan, algunos titulares de áreas sumamente sensibles prefieren esconderse en sus despachos para no atender la requisitoria periodística, cuando adivinan que las preguntas pueden ser incómodas. A menos que se trate de una entrevista para algunos de los medios afines, el director de Defensa Civil Municipal, Carlos Rivero, utiliza cualquier pretexto para no evitar brindar un panorama de las actividades que desarrolla su dependencia. A Rivero no le preocupa en lo más mínimo dar cuenta de sus actos, como no sea ante el intendente Julio Solanas, mostrando un desprecio total por el interés de los paranaenses, que a fin de cuentas son los que le pagan su sueldo. Ni siquiera cuando se declara un estado de emergencia climática, o cuando las secuelas de una tormenta han derribado árboles y cables eléctricos se puede dialogar con el funcionario para difundir las principales recomendaciones para prevenir a la población.
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