Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)

Sin presupuesto participativo, ni planteos al poder unitario de Buenos Aires, ni revisión del resultado de las privatizaciones, ni investigación alguna sobre la deuda externa ilegítima, ni proyecto que cambie el reinado de la AFJP; y sin cambios estructurales de interés como la posibilidad de transferir Salto Grande a la provincia, o la eliminación del IVA a los artículos de primera necesidad, o la implementación de planes de colonización que reviertan el éxodo rural y el desempleo crónico; los reclamos de la Multisectorial siguen sin respuestas aunque la Multisectorial parezca muda. Para el economista Roberto Schunk, la cosa está igual o peor.

El auge del grupo de dirigentes y profesionales denominado Multisectorial, durante el último gobierno radical, se diluyó con el traspaso del poder a la gestión justicialista. El economista Roberto Schunk, protagonista central en la elaboración técnica y política de reclamos y protestas, lamentó en diálogo con ANALISIS la disolución de los planteos profundos y admitió que ninguno de los postulados referidos al origen de los recursos necesarios para una solución sustentable de la crisis ha logrado respuesta positiva de los gobiernos nacional o provincial.

No hay cambios en lo habitual: contrataciones directas de obras sin licitaciones; toma de personal sin concursos; cesión de facultades legislativas al Ejecutivo para que maneje a gusto el presupuesto; inexistencia de políticas crediticias alentadoras para pymes; falta de respuestas a los derechos de recomposición salarial de bastos sectores; impunidad (el destino insólito de los expedientes de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas y la eliminación de este organismo exigen un capítulo aparte)...

La continuidad de políticas consideradas perniciosas para las mayorías se nota en el capítulo referido al “Origen de los fondos” necesarios, que firmaron una y otra vez los miembros de la Multisectorial, y Schunk se mostró dispuesto a brindar a ANALISIS una revisión de las (por ahora) frustraciones, párrafo por párrafo.

Aquí van pues, en negrita y entre comillas, los reclamos centrales de la Multisectorial, y luego las respuestas del profesional que fue alma máter de los documentos de la institución, cuyos liderazgos y vaivenes no están contemplados en este análisis.

-Decía la Multisectorial: “El sistema injusto que hoy impera hace que en el mundo el 20 por ciento más rico se quede con el 86 por ciento del consumo de bienes y servicios producidos. En Paraná: el 20 por ciento más rico concentra el 40,6 por ciento de la riqueza… el 10 por ciento más rico percibe hasta 21,7 veces más que el 10 por ciento más pobre (en 1990 la diferencia era de aproximadamente 14 veces)”. ¿Esta relación ha cambiado?
-Al contrario, se ha profundizado para peor. Si uno mira la evolución de los índices de pobreza en el último tiempo indudablemente, más allá de que en los últimos meses pueda haber mejorado en algo la pobreza, más del 40 por ciento de la población de la Argentina es pobre, es muy poco lo que se ha hecho. Estamos igual o peor que lo que estábamos antes, y a esto lo dan las estadísticas de los propios organismos nacionales.

-El poder adquisitivo de la gente termina siendo parecido o peor en algunos casos a lo que era antes de la devaluación.
-Es un círculo vicioso. Si en niños concordienses hasta los 14 años hay 80 de cada 100 que son pobres, ¿qué nos espera después? El pobre no ahorra, si no hay ahorro no hay inversión, si un país no invierte no hay desarrollo y por lo tanto si no hay desarrollo no se puede eliminar la pobreza. ¿Cómo lo han resuelto otros países? Países que son pobres no tienen ahorro. ¿Qué es lo que hicieron? Buscar el ahorro de otros, eso significa deuda. Ahora, esos países generaron un proceso de inversión que dio desarrollo y con el desarrollo fueron combatiendo la pobreza. En la Argentina no somos un país pobre sino un país que se ha empobrecido. La plata que ha venido desde el exterior en lugar de insertarse en el proceso para llevar al país al desarrollo, en lugar de ir a la inversión, fue a parar a la fuga de capitales. Esos 140.000 millones de dólares hoy de argentinos en el exterior significa el 90 por ciento de la riqueza que se genera en el país al cabo de un año. El sistema es perverso, deriva el ahorro al exterior.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)