Música del recuerdo
Los domingos a la mañana ya no son lo que eran para el legislador. Desde que comenzó a conducir su propio espacio radial, en FM Viva de La Paz, el diputado justicialista Emilio Castrillón tiene motivos de sobra para no aburrirse, ni permanecer en la cama más de lo necesario. Ahora, se levanta temprano, lee los diarios, hace zapping por las distintas emisoras de AM, elige una decena de discos compactos de su propia colección y sale raudo para la radio. Su programa es una mezcla bien balanceada de comentarios de actualidad y melodías olvidadas que Castrillón se empeña en rescatar, ante tanta música moderna y tecno que satura los oídos de casi todo los oyentes. Este nuevo hobby le ha propinado hasta el momento innumerables satisfacciones, según el mismo diputado reconoce, a partir de las muestras de apoyo que recoge por teléfono y los saludos afectuosos que le regalan cada vez que sale a la calle. Tan entusiasmado está Castrillón con su nuevo oficio de comunicador, que no deja pasar la ocasión de hacerse propaganda. El martes, en momentos en que era entrevistado por un periodista de Paraná, el legislador hizo gala de su simpatía y poder de seducción para, en medio del reportaje, desviar la conversación y repetir con insistencia que los domingos, los paceños tienen desde el 1º de marzo una cita imperdible con la mejor música. Aunque sus coterráneos ya están acostumbrados a las extravagantes actitudes de Castrillón, no terminan de entender de dónde proviene su repentina fe e interés en las liturgias de la Iglesia Católica, pues no cierra su audición sin recomendarle a toda la feligresía que asista a misa y cumpla con los mandamientos divinos.
Más de 100 defectos
El afán reformista del gobierno parece haber ingresado en una dinámica tan acelerada, que ya casi nadie en el entorno de Jorge Busti repara en formas, ni gestos de prudencia. Sin ir más lejos, la semana pasada, cuando el titular de la Secretaría de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, José Carlos Halle, se reunió con los legisladores del Partido Justicialista (PJ), se pudo escuchar más de un comentario reñido con el Derecho o el sentido común. El encuentro tenía por motivo analizar y convencer a los legisladores de las bondades del proyecto de consulta popular para impulsar la reforma de la Constitución provincial, cuya autoría comparten varios abogados cercanos al gobernador, entre los que se encuentran José Gervasio Laporte y el propio Halle. En realidad, la reunión transcurría en un excelente clima de trabajo y camaradería, pese al denodado esfuerzo que hacía el secretario y ex juez por explicarles detalladamente los principales puntos a defender del proyecto. Sin embargo, no todos parecían entrar en sintonía con sus argumentos. Cada vez que la discusión se trababa, Halle resoplaba y apelando a sus mejores artes de disuasión, volvía sobre el punto en cuestión con una paciencia de maestro de escuela primaria. Así, entre enmarañados aspectos jurídicos y manifiestos intereses políticos, cada uno formulaba sus inquietudes y oía con atención las respuestas del funcionario, que no ocultaba su apremio por lograr que ambas cámaras aprueben el plebiscito, antes que el tema se desvanezca de la agenda política. Pero llegó un momento en que a Halle se le acabaron los argumentos y mirando desafiante a sus interlocutores les espetó: “Bueno muchachos, basta de querer encontrarle la quinta pata al gato; este proyecto tiene más de 100 defectos pero necesitamos sacarlo”. Su confesión fue tan cruda como contundente y sirvió para que se acabaran las preguntas capciosas.
Boliches, de regreso
El intendente Julio Solanas adoptó por fin una decisión respecto a la habilitación de las confiterías bailables pero que por ahora no ha querido dar a conocer. Después de la fatídica noche de Cromañón, la Municipalidad de Paraná inició una fuerte campaña de inspección y clausura de algunos boliches y salas de espectáculos que no reunían las condiciones mínimas de seguridad, o que funcionaban sin tener en regla distintos aspectos formales. Como era de esperar, la iniciativa del municipio tuvo una favorable acogida entre la ciudadanía, sensibilizada todavía con las imágenes terribles de los cadáveres calcinados de los jóvenes de Once. Pero conforme han pasado los meses, y a medida que los propietarios de esos negocios han encarado obras de remodelación y cumplimentado los exigentes requisitos que la gestión Solanas les impuso, la silenciosa pugna entre bolicheros y municipio parece haber ingresado en una tregua definitiva. Como muestra de tal situación, sería inminente la reapertura del boliche Tequila, ubicado en el Puerto Nuevo, cuyos dueños demostraron un verdadero interés en corregir ciertas deficiencias edilicias. No obstante, otra de las confiterías clausuradas no correría la misma suerte, en función de que se emplaza en un área residencial y es resistida por los vecinos, que nunca habían podido conciliar el sueño los viernes y sábados a la noche, como en estos últimos meses. El dilema radica en que estos locales cuentan con las pertinentes habilitaciones desde hace más de cinco años, razón por la cual Solanas tiene pensado negociar con algunos de sus propietarios los plazos de esas habilitaciones mientras les otorga un tiempo para que se ubiquen en otra parte. La idea del intendente es que estos locales se instalen a la vera del río, o en zonas alejadas del ejido urbano. El proyecto exige que antes de inaugurar una confitería, sus dueños deberán contar con la aprobación por escrito de todos los vecinos en un radio de 100 metros a la redonda.
Controles acusadores
A partir de este verano en que se instauraron los controles de alcoholemia para los conductores de vehículos en Paraná, no son pocos los automovilistas que evitan circular de noche por la costanera y sus adyacencias. Ocurre que ésa es la zona más requisada por los inspectores, habida cuenta de la cantidad de jóvenes que manejan en evidente estado de embriaguez, mientras recorren a altas velocidades los boliches de la ciudad. Aunque las autoridades han evitado hasta el límite de lo posible revelar la identidad de los conductores que han sido pescados in fraganti violando esa prohibición, lo cierto es que algunos nombres públicos han trascendido, pero siempre a partir de rumores nunca confirmados de manera oficial. Ése es el caso de unos de los cinco directores del Instituto Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER), José Luis Rodríguez. El policía habría protagonizado un escandaloso episodio recientemente, cuando fue sorprendido abordo de su automóvil por uno de estos procedimientos. Al parecer, esa noche Rodríguez se habría abandonado a la bebida antes de salir a dar vueltas en su rodado, de acuerdo a lo que registró el alcoholímetro que los inspectores utilizaron para conocer en qué estado se encontraban sus reflejos. Según cuentan en el IOSPER, el directivo no viajaba solo, sino que lo hacía en compañía de alguien, a quien debió cederle el volante para no poner en riesgo la vida de terceros y la suya propia. Llamativamente, Rodríguez no recibió ninguna multa por esa contravención, lo que generó varias interpretaciones de parte de sus subalternos de la obra social. Por un lado, se afirma que el director conocía a los agentes que lo interceptaron y que, por lo tanto, logró convencerlos de que su caso no saliera a la luz, añadiendo a sus argumentos de, “tomé apenas una copita”, una buena dosis de simpatía. Pero al mismo tiempo, se dice que Rodríguez recurrió a su chapa de miembro de la Policía de Entre Ríos y los persuadió de que sería “más conveniente para todos” que lo dejaran seguir su camino tranquilamente. Como sea que haya sido, pocas horas más tarde, una frondosa edición de panfletos relatando el episodio circularon por todas las oficinas del IOSPER. De más está decir que Rodríguez no pudo frenar el escándalo aunque intentó por todos los medios averiguar quién había sido el autor del libelo.
Funcionario múltiple
El abogado Marcos Rodríguez Allende sigue asombrando a todos sus colegas con su increíble capacidad para conseguir trabajos en el Estado provincial. Según reconocen en el mundillo de Tribunales, el joven abogado exhibe diariamente una abultada cartera de clientes en su estudio particular, al mismo tiempo que sus tareas como contratado por el gobierno de Jorge Busti se incrementan de manera geométrica. Además de su cuestionado cargo como asesor de la Oficina Anticorrupción y de Ética Pública, Rodríguez Allende, logró convertirse en profesor del Curso de la Escuela Superior para Comisarios Principales, que se celebró entre el 1º y el 30 de noviembre del año pasado. Lo curioso del caso es que por esa fecha, amén de la cátedra de Derechos Humanos y Garantías Constitucionales que ejercía, el letrado llevaba adelante numerosas y resonantes causas en las que actuó como representante del Estado ante juicios de apremios ilegales que involucraban a miembros de la Policía.
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