-El buen menemista. La cuadratura ideológica del Intendente Juan Carlos Cresto se nutre de diferentes comederos. La tradición familiar lo emparenta con un manejo autoritario, conservador y discrecional de los recursos donde no existen fronteras claras entre lo público y lo privado. Este temperamento engarzó solidamente con la práctica menemista que profesa aún en la actualidad. Para un mejor entender basta señalar que Cresto inaugura su primera intendencia (1995-1999) con todo el empuje de la reelección del ex prófugo de la justicia argentina, Carlos Saúl Menem. En aquellos tiempos la aparente salud del modelo de “convertibilidad” cubría de impunidad a la corrupción. Esta relación encorseta fuertemente a Cresto y se traduce en el temperamento que imprime a su gestión municipal. En su historia política hay que señalar tendencias que limitan a la hora de tomar decisiones. Su primer gestión al frente del municipio concordiense se inicia con una situación económica y financiera crítica, y un aumento explosivo de la planta de personal. A su vez el Frente Grande instalaba por primera vez en Concordia un concejal con el signo ideológico del progresismo.
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-Gobernabilidad y Lealtad. Esta impotencia de Cresto para sintonizar la nueva situación lo lleva a insistir en acciones que acarrean consecuencias institucionales. Levantando sospechas, logró el acompañamiento de un concejal “opositor” para la obtención de un crédito bancario innecesario. Cualquiera podría creer además, que Cresto pide ayuda al Gobernador, y a cambio ofrezca su apoyo a la reelección de éste. Pero esto no es así. Calucho está empinado en sus propias pretensiones y no se esmera en ocultarlas. Hace más de un año le propuso a Julio Rodolfo Solanas cerrar una formula conjunta. Hace pocos días, marcó personalmente el número del celular de Emilio Martínez Garbino mientras éste recorría alguna ruta entrerriana. Si la voz de semejante interlocutor sorprendió al líder del Nuevo Espacio, mucho más lo fue el motivo de la llamada; “Emilio, tenemos que juntarnos para trabar la reelección de Jorge. Yo no estoy de acuerdo con eso”, sonaron secas las palabras de Cresto. El rumor no tardó en llegar al principal despacho de la Casa Gris y, consecuentemente, la relación del Gobernador con el Intendente estaría gravemente erosionada. Mientras tanto, en público Juan Carlos Cresto continúa su carrera para ocupar la titularidad de la Agrupación “Lealtad Peronista”.
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-La reforma. Estos chispazos enrarecen el ambiente interno del PJ. En las cavernas justicialistas nadie se chupa el dedo, y versiones oficiosas dan cuenta de cierta presión del gobierno nacional para recortar márgenes de acción al crestismo debido a las numerosas denuncias por corrupción. Pero una cosa es que se acepte conceder a Kirchner una lista de candidatos a diputados nacionales alineados con el Presidente, y otra muy distinta que se entregue a alguien que tenga el predominio electoral del territorio. Estas son algunas de las cuestiones que jaquean la reforma constitucional y van dejando con pocas chances la reelección. No hay una oposición frontal, el tema se diluye por el cruce de otros problemas que, para los actores eventuales, son fundamentales. A esas complicaciones se debe sumar las que provienen de la vereda de enfrente. Los indicadores hacen presagiar que el Congreso de la UCR del 5 de marzo tendrá un pronunciamiento que si no es contrario a la reforma orientará para que todo siga como hasta ahora, es decir: sin reforma. Hay que reconocer que Sergio Varisco ha sabido articular las envilecidas energías radicales y las ha transformado en una fuerza con poder burocrático como para que el justicialismo lo tenga en cuenta.
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-La insoportable levedad de ser jubilado. Las corporaciones del negocio de la salud han tomado a la Unidad de Gestión de Concordia como punto de confrontación central. Es que más allá de la intrincada personalidad de Ledo, propensa a complicar situaciones, en esa UGL se insiste en los lineamientos del PAMI nacional de contratar directamente con los médicos con total independencia de gerenciadoras. Caído el Instituto de Prestaciones Sociales de Entre Ríos (IPSER), la línea de acción es contratar prestaciones con los círculos médicos, es decir, con gerenciadoras más chicas. La Ministra y empresaria de la Salud, Graciela Degani y los sectores más concentrados del sector hicieron una apuesta tan salvaje como sencilla; no firman ningún acuerdo y hacen responsable de la suerte de la salud de los jubilados a una directora que se niegan a sus demandas, así presionan hasta que la situación política se hace insostenible. Luego que la obra social, en este caso el PAMI se quiebra a las pretensiones de los prestadores, las prestaciones tampoco aparecen o aparecen con cobro de plus donde nadie se hace responsable. En este entendimiento la Licenciada Graciela Ocaña, interventora en el PAMI nacional, sale a limpiar la cancha con declaraciones donde asume como propia la confrontación que está planteada denunciando la complicidad de políticos, clínicas y los intereses que priman en el manejo de la salud pública.
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-Educación. La puja por el salario docente se tensa ante la proximidad de un nuevo ciclo escolar. En este andarivel el Consejo de Educación está pintado, y las definiciones se desenvuelven en jurisdicción del Ministro Valiero y algún bocadillo del Ministro Urribarri. En estas circunstancias aparece el deterioro educativo tanto salarial como edilicio. El reclamo por el deterioro salarial se cruza con reclamos sectoriales. Pero esta vez el contexto nacional ayuda por el ambiente amigable entre la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y el gobierno nacional. Es que Kirchner firmó el decreto que restablece el 82 por ciento para los jubilados y se vuelve a la edad de 57 años para la mujer y los 60 para los varones. El decreto beneficia a los jubilados cuyas cajas fueron nacionalizadas por Menem y Domingo Cavallo. Esta medida del gobierno de Kirchner toca fuerte la sensibilidad docente y seguramente favorece el clima de negociación local.
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-Cárceles y delincuentes Los acontecimientos se suceden impactando de diversas formas sobre una sociedad que se mueve a sacudones entre deseos y dolores. El colapso de la convertibilidad y el estallido del 19 y 20 establecieron un nuevo escenario que no da cabida a las políticas neoliberales pero también expande un activismo caótico de rumbo cambiante. El asesinato de Axel Blumberg instaló la seguridad como factor dominante de preocupación movilizando a un extenso arco social que encarnó sus demandas en la imagen doliente de Blumberg padre. El maldito 30 de diciembre conmociona a la sociedad con la tragedia de Cromañón. El motín de enorme envergadura en la Unidad Penitenciaria Nº 1 de Córdoba hizo presagiar durante largas horas un segundo cromañon en menos de dos meses. Estos sucesos consternan pues impactan en el hacer cotidiano de los grandes conglomerados urbanos, y porque la sociedad percibe que, de alguna manera se encuentran encadenados. La información periodística da cuenta que 370 personas ingresan por día a las cárceles argentinas. Este simple dato define al sistema carcelario como una cadena sísmica que no se sabe de qué forma y en qué lugar va a estallar. Aquí en Entre Ríos la cárcel de Menores de Victoria tuvo su motín con su saldo de muerte y heridos. La unidad carcelaria de Paraná también registra un estado de tensión por las restricciones a las condiciones de salida.
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Memoria y utopía. Días pasados -miércoles 15 de febrero- en la ciudad de Gualeguaychú se enterraron los restos de Carlos Raúl Pargas, en “El Espacio de la memoria” del cementerio Municipal. Permanecía desaparecido desde julio de 1976 cuando fue asesinado brutalmente en la llamada Masacre de Fátima. Lo acompañaron familiares, amigos, compañeros de militancia. Una pequeña multitud. El intendente Daniel Irigoyen, fue el primer orador de una emotiva ceremonia. Carlos Pargas es parte y expresión de una juventud que en los ‘70 imaginaron y lucharon por una convivencia con justicia social y solidaridad. La inmensa cantidad de ciudadanos que permanecen desaparecidos señala que esa utopía conformaba una parte importante de la nacionalidad y componía su identidad.
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