El entrerriano Daniel Markoff vive en Israel desde hace 30 años y en la mañana de este lunes contó en primera persona cómo vivieron desde el fin de semana el ataque iraní.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Markoff sostuvo que “antes de anoche vivimos seis horas de fuerte tensión, fue una noche bastante calentita, a las 2 de la madrugada encontré a todos mis vecinos en el refugio vestidos de piyama, y yo llevé a mis tres hijos de 16, 13 y 11 años. La realidad de ese momento fue que todos estábamos pendientes del teléfono, mirando las noticias para saber qué estaba pasando afuera, con explosiones arriba nuestro”.

Comparó que el ataque anterior de Hammas fue distinto: “Lo que pasó el 7 de octubre –día de mi cumpleaños- fue algo terrorífico, algo que no tiene descripción, una sensación parecida a la que se vivió en los años ’40, en el siglo anterior, con un atentado de barbarie y de magnitudes que no se conocían dejó 1.200 muertos, otros tantos miles de heridos y rehenes; mientras que lo pasó antenoche con un país muy grande, es temeroso enfrentarse con ellos, pero al hablar de una guerra convencional de país a país, uno puede sentirse un poco más seguro porque realmente a nivel tecnología y armamentísticamente hablando Israel está preparado para defenderse. Las sensaciones son muy diferentes”.

“Irán hasta ahora venía utilizando sus brazos militantes, tanto de Hezbolá como de Hamas y en Yemen con grupos terroristas que atacan el sur de Israel, pero sin confrontación directa, y esta es la primera vez que hay una confrontación directa y es algo nuevo que se vive aquí. Tiraron cerca de 400 tipos de armas, ya sean aviones no piloteados, cohetes balísticos diferentes y eso llevaba ocho horas en llegar con lo cual es inexplicable la tensión que uno tenía al saber que volaban hacia acá con esa cantidad de explosivos. Psicológicamente se sufre bastante, en los 30 años que vivo en Israel hemos pasado épocas muy complicadas pero lo de los últimos meses es terrible”, describió.

En cuanto a las dificultades de la vida cotidiana, Markoff reflexionó: “El ser humano se adapta a lo malo y a lo bueno, y con las situaciones que vivimos en Medio Oriente este pueblo se tuvo que adaptar a seguir una vida cotidiana dentro de una realidad bélica en distintas épocas de estos últimos 75 años en que existe el Estado, pero lo que se vive últimamente está muy complicado, supera a toda la preparación que teníamos de antes porque son magnitudes que no eran conocidas. En el día a día abro mi negocio que son las primeras canchas de pádel que hay en Jerusalén, un proyecto que empecé un mes antes del 7 de octubre con muchas ganas y luego viene una situación así pero la vida se sigue llevando con todo el optimismo posible –más cuando hay familia es importante mantener la fortaleza emocional, pero como humanos también nos quebramos. Pero se sigue para adelante”.

A la hora de hablar del apoyo ciudadano a la política del gobierno israelí, dijo que “es un país de inmigrantes, con muchas facetas diferentes y distintos tipos de población, hay problemas internos, ya mucha gente quiere que se retire Netanyahu del gobierno porque hace más de 20 años que está y también lo responsabilizan del fortalecimiento de Hamas, porque por cuestiones políticas debilitó la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) para dilatar los tratados de paz con ellos, y muchos lo responsabilizan de forma indirecta por lo que pasó el 7 de octubre. Además, como es un sistema parlamentario el de Israel hay muchas presiones internas dentro de la coalición, que tiene que hacer el primer ministro para lograr la mayoría del Senado y las decisiones que toma por ahí son para mantener esa coalición, porque si no se le va el gobierno. Este Netanyahu que no lo voté durante 20 años hizo cosas buenas y cosas no tan buenas, pero quiere retener su silla detrás del escritorio y por ahí las decisiones van en contra de intereses nacionales. Hay quienes lo dicen y otros que lo apoyan, y eso genera un gran conflicto”.

“Hoy hay un ejército de mucha gente que está en la reserva, que son civiles que luchan, pero un gran problema interno que hay aquí es la falta de participación de un importante porcentaje de la población que es la ortodoxia judía que no combaten, y la gente que si combate siente que es una injusticia y está saliendo a las calles, con lo cual hay un gran quilombo”, agregó.

Sobre la postura del gobierno argentino, reconoció: “No sigo muy de cerca lo que está pasando en Argentina, también trato de desconectarme –dentro de lo posible- de lo que pasa acá para mantener mi salud mental. También lo que pasa en Argentina es algo preocupante, tengo a toda mi familia cercana en Argentina y hace 30 años que vivo en Israel y como el cuento del pastorcito mentiroso durante 30 años vienen diciendo que Argentina nunca estuvo peor y ahora parece que en realidad está en una situación complicada. Con respecto a (Javier) Milei creo que es algo novedoso y hay que ponerle fichas para apoyar su proyecto y ver si da buenos resultados. Hay que dar una chance para ver si se revierte la situación económica”.

“Creo que él se identifica con la ortodoxia judía por su interés en la sabiduría o lo que tiene para enseñar el judaísmo en sí, de ahí toma los estudios cabalísticos que está haciendo y demás. Como argentino que vive en Israel, escuchar a un Presidente que está a favor de Israel es algo novedoso, es algo que alienta, que me reconforta y le deseo lo mejor como presidente, aunque no estoy interiorizado en la política interna argentina ni conozco los planes que tiene. Por otro lado, por el conflicto aquí no hay mano de obra en muchos rubros y se dice que es posible que Argentina ayude enviando gente para la construcción y eso creo que sería positivo para ambos países”, concluyó.