N.B. de ANÁLISIS

Formalmente, el debate por las causas Narcoavioneta y Narcomunicipio está cerrado. Quizás el lunes próximo, si el Tribunal Oral Federal (TOF) llega a una solución, se conocerá el veredicto desde las 13. De no arribar a un acuerdo los jueces Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros, la parte resolutiva de la sentencia se conocerá recién a fines de enero. La causa es larga y muy compleja. Los magistrados tienen que, en principio este fin de semana, resolver la situación de unas 30 personas con graves penas en expectativa. Muchos de los procesados ya recibieron la prisión domiciliaria y, sobre otros, no se formuló acusación por parte de la Fiscalía.

Por la sala de la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná, ubicada en calle 25 de Mayo (el debate se desarrolló en ese lugar y no en la casa que ocupa el Tribunal por una cuestión de espacio), pasó un centenar de testigos desde mediados de septiembre hasta este 27 de diciembre. Fueron jornadas muy extensas: en una primera etapa se ventiló toda la prueba de la primera causa conocida mediáticamente como "Narcoavioneta" y judicialmente como "causa Celis"; en una segunda etapa se ventiló toda la prueba de la segunda causa conocida mediáticamente como "Narcomunicipio" o judicialmente como "causa Varisco". 

En el primer proceso, el juez federal Leandro Ríos dirigió la investigación sobre una organización dedicada al comercio de estupefacientes que tiene en la cima de su estructura, según la hipótesis acusatoria, a los hermanos Daniel "Tavi" Celis y Miguel Ángel "Titi" Celis. La pesquisa policial terminó con el aterrizaje de una avioneta proveniente de Paraguay con 317 kilos de marihuana en un campo de Colonia Avellaneda. En esa primera causa surgió un indicio que vinculaba la banda con cierta estructura municipal. Se dijo que la investigación de la Policía Federal comenzó con una denuncia anónima sobre la utilización de camiones municipales sin GPS para el traslado de droga. El entonces intendente Sergio Varisco fue llamado a declarar como testigo.   

En el segundo proceso, el juez federal Leandro Ríos dirgió una investigación que tuvo como norte determinar el financiamiento con dinero municipal a la banda de Celis para actividades de narcotráfico. Se estableció un vínculo entre funcionarios políticos municipales y la banda de Celis. Para la Fiscalía que representan José Ignacio Candioti; Leandro Ardoy y Carlos García Escalada; esa relación está determinada y por eso se hicieron fuertes pedidos de pena. La arrepentida, Luciana Lemos, ex pareja de Celis, hoy ratificó todas sus declaraciones incriminantes.

"Todo lo que dije es verdad"  

Cerca de las 14 de este viernes, Luciana Ernestina Lemos dijo sus últimas palabras. Ratificó todo lo declarado anteriormente y volvió a incriminar a la banda que lidera Daniel “Tavi” Celis y los tres ex funcionarios municipales: el ex intendente Sergio Varisco, el ex concejal Pablo Hernández y la ex secretaria Griselda Bordeira.

La mujero no estuvo más de 10 minutos sentada frente al micrófono. Ese breve momento y sus palabras acusatorias, fueron suficientes para que le profieran varios insultos desde los bancos donde se sientan los imputados. 

"Acá se dijeron muchísimas cosas que son mentira", arrancó, refiriéndose a las tres horas previas en las cuales dijeron sus últimas palabras el resto de los imputados. "Estoy recordando lo que dijo este chico del juez federal Ríos. Es cierto que fue a mi casa. Es cierto que el oficial Mendoza preguntó si quería hablar con el juez. Primero le dije que no y después le dije que sí. Mendoza se retiró hasta donde estaba Ríos y le dijo que yo estaba dispuesta a hablar. Pero Ríos le dijo que de ninguna manera podía hablar conmigo si yo no tenía un abogado", aseguró.

La aclaración vino a cuento de lo que había dicho unos minutos antes Juan Manuel Gómez, una de las personas que estaba sentada en la mesa del quincho de la casa de Celis esa noche de mayo de 2018, cuando la Policía los encontró manipulando más de 3 kilos de cocaína.  Gomez dijo que el juez federal se presentó en ese lugar, que se encerró en una habitación con Luciana Lemos y ahí "arreglaron todo".

"Cada cosa que dije es verdad. Por ahí hay cosas que no se entienden porque no me preguntaron y me explayé como pude. Sé todo lo que viví y ellos saben bien todo lo que me hicieron pasar. Ahora vienen a decir acá que es mentira. Resulta que soy yo la que miente ahora. Los tres saben muy bien de qué hablo", continuó Lemos, con un tono conmocionado pero firme.

El abucheo del fondo se incrementó a medida que la mujer pronunciaba esas palabras. Se escucharon insultos: "Trola"; "Mentira"; "Mentirosa"; "Dejá de mentir"; "Ya vas a ver". El murmullo y los agravios merecieron, una vez más, el llamado de atención del tribunal. La presidenta Lilia Carnero pidió respeto y solicitó a quienes no querían escuchar que se retiren. De su asiento se levantó Fernanda Orundes Ayala (actual pareja de Daniel Celis); Yamila Corradini (pareja de Miguel Ángel Celis); María Laura Zurita; y Daniel "Tavi" Celis. 

"Ratifico todo lo que dijer y si hay dudas, se aclararán cuando me pregunten", reiteró Lemos. "Otra cosa que se dijo es que me obligó a hablar el juez, que me coaccionó. ¿Saben las veces que exigí poder hablar estando en la cárcel? Muchas veces quise hablar hasta que finalmente me lo permitieron".

"Ellos saben todo lo que me hacían hacer", agregó después y precisó: "En un momento pensé que Hernández era un boludo. y se lo dije al juez federal. Pero no, no es un boludo, miente como cada uno de ellos. Yo no me pongo en su lugar. Pensaba que  Hernández era una víctima de Varisco. No. Es tal cual como son ellos. Porque todos se sentaron a mentir acá, cuando saben bien lo que hacían y las cosas que aún siguen haciendo. Creo en la justicia y sé que va a salir toda la verdad", completó.

La situación revuelta y agraviante para Lemos motivó un pedido de la defensora oficial Noelia Quiroga para que se arbitren las medidas de seguridad correspondientes. La Fiscalía adhirió. Los jueces del tribunal tuvieron un intercambio de palabras con otros defensores que intentaron minimizar la situación.