Vidas y obras

Las tres facetas de Gloria Montoya

Edición
1162

En la ciudad de Paraná hay una calle, una biblioteca y un centro cultural que llevan el nombre de Gloria Montoya, la mujer que fue escritora, docente, filósofa; pero sobre todas las cosas artista visual, con un estilo que rompió con las estéticas regionales.

 

Por Ferny Kosiak

 

Dos bellísimas escaleras recubiertas de piedra zigzaguean en el espacio que en los ´90 fue el boliche “Danhes”, donde en los ´70 existió el bailable “La Rambla”, y hoy es uno de los centros culturales más bellos de nuestra ciudad: el Gloria Montoya. Me detengo en este nombre y en la inscripción en lo geográfico de esta excepcional artista paranaense porque estos reconocimientos, que parten desde lo simbólico para inscribirse en el urbanismo de una ciudad, guardan la doble intención del homenaje y de lo educativo. Muchos oímos por primera vez el nombre de esta mujer al acercarnos al espacio cultural ubicado en las barrancas del Parque Urquiza, como seguramente pasó y pasará con otros espacios con nombre de artista como el centro cultural Juan L. Ortiz, la plazoleta Elio Leyes, el anfiteatro Héctor Santángelo, entre tantos otros.

 

María Cristina Gloria Montoya nació en Paraná el 20 de abril de 1936. Seguramente el hecho de ser hija de Celia Ortiz Arigós de Montoya, la primera doctora en Ciencias de la Educación de la Argentina, marcó el camino del estudio, el deseo de la enseñanza que supo entrelazar con su escritura y sus cuadros. Cuando leo biografías de Gloria las fechas van y vienen, se confunden en un intento de seguir la trayectoria de esta mujer alrededor de lo que voy a llamar las tres facetas. Tres caras de una misma gema que se van puliendo con el paso de los años. Tres Glorias: la artista visual, la docente y la escritora.

 

Comencemos con la artista visual, la faceta que primero apareció como podemos ver en la foto de una Montoya casi niña, pero con paleta y pincel en alto, como poniendo el ojo en el horizonte del paisaje que retrata. En la foto de 1952, aparece una adolescente que participaba con sus obras de muestras locales, pinturas de estilo aún realista, lejano de la explosión de colores y líneas que serán parte distintiva de la estética que consolidará en las décadas posteriores.

 

En 1957 egresó de la Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación “Ernesto de la Cárcova”, en Buenos Aires, donde comenzó a cursar estudios en filosofía, lo que la llevó a ser ayudante de cátedra de Mario Bunge. Años más tarde se recibiría en la Universidad Nacional de Rosario. Fue complementando sus estudios de forma particular con maestros artistas, en talleres como los de Vicente Forte y Esteban Luna, con quien se formó en grabado gracias a una beca del Fondo Nacional de las Artes.

 

Si antes de sus 20 años ya exponía sus obras, antes de los 30 comenzó a cosechar galardones. Participó en salones de artedonde obtuvo premios, como la beca para realizar estudios en París, en 1960, donde permaneció seis meses junto a otros artistas de Entre Ríos. Ganó el primer premio de dibujo en el Salón Municipal de Paraná, en 1964; el primer premio adquisición del Ministerio de Gobierno de Entre Ríos, en 1965 y en 1966; fue seleccionada en el Certamen Trienal de Valores Plásticos del Interior por la Secretaría de Cultura y Educación de la Nación en 1967; primer premio adquisición pintura en su provincia y también primer premio adquisición en la Municipalidad de Buenos Aires el mismo año: 1974. Éstos y otros premios hablan de una artista central a lo largo de décadas y no solamente en nuestra provincia. Estas distinciones a la obra de la faceta de la artista visual de Montoya aparecen en su juventud, pero no logran frenar sus ganas de seguir estudiando filosofía contemporánea, métodos y técnicas audiovisuales y conducción educativa.

 

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1162, del día 24 de julio de 2025)

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