Álvaro Moreyra
Pasaron los primeros 75 años del rugby entrerriano y de alguna manera se festejó con un hecho magnánimo: el Mundial Juvenil de Rugby 2010, que tuvo como epicentro la región del Litoral argentino y la ciudad de Paraná, cuna de este deporte a nivel provincial, privilegiada de ser una de las sedes de este prestigioso certamen.
Para llegar a cumplir las Bodas de Brillantes de este deporte mucha agua corrió bajo el puente y tal vez sea el momento ideal para hacer un repaso sucinto de lo que pasó a lo largo de tres cuarto de siglo en el deporte de la ovalada.
Una revisión rápida dirá que Estudiantes fue el encargado del kick off del rugby oficial en la provincia. Desde 1935, el CAE comenzó a jugar oficialmente con la guinda, primero con los clubes de Rosario, posteriormente invitado para competir con los equipos de Buenos Aires, donde dejó un sello imborrable, no solamente para el rugby de la institución sino que también sentó las bases en Entre Ríos, fundamentalmente en la capital de la provincia.
La entidad albinegra fue precursora, junto a los equipos de Santa Fe, de la formación de la Unión de Rugby del Río Paraná. Además de estos equipos, a mitad de siglo se acoplaron el Paraná Rowing Club y Colegiales de Diamante. Después ya en el 55 nacería Tilcara como un desprendimiento del PRC. Tiempo más tarde se fundaría la Unión Santafesina de Rugby (USR) y en la Unión del Río Paraná solamente quedarían los clubes de esta parte de la orilla. Con el correr de los años aparecerían y desaparecerían instituciones tales como Albinegros, Tagüe, Colegio Don Bosco y Escuela La Salle.
Aunque un momento bisagra para este deporte en Entre Ríos fue la creación de la Unión Entrerriana de Rugby (UER). Era 30 de marzo de 1979 y cuatro serían las instituciones fundadoras: Estudiantes, Rowing, Tilcara y La Salle, este último, años más tarde se transformaría en Capibá RC (1981), equipo que se fundó cuando el reconocido colegio dejó la práctica de este deporte. Aquella primera Comisión Directiva estuvo encabezada por René Saadi Bonfils, del CAE. Desde ese tiempo hasta la actualidad aparecerían nombres de equipos como Albatros, Uranga RC, Charrúa, Cahinguas y Universitario de Oro Verde (hoy Chaná Timbú).
Muchas historias, muchas anécdotas y un sinfín de partidos pasaron desde el comienzo del rugby en Paraná, ergo en Entre Ríos. A continuación realizaremos un repaso de aspectos puntuales que hicieron a la historia de este deporte en la capital entrerriana.
La primera vez
Julio de 1934, no existen registros en cuanto a la especificidad del día en el cual el rugby hizo su aterrizaje en suelo paranaense.
Si hay un nombre que debe destacarse en este momento clave es el del teniente Jorge Rodríguez Zía. Criado en el Colegio Militar, siempre fue un ferviente amante del deporte de la ovalada. Es más, cuando llegó a Paraná no hacía otra cosa que hablar de rugby y cuando mostró la guinda (pelota), la gente la tildó de “deformada”.
La llegada de Zía fue toda una revolución y la primera charla sobre esta disciplina ocurrió en uno de los salones de El Diario. Según cuentan las crónicas de la época, para esta primera charla sobre el extraño deporte se esperaba mucha gente y ocurrió todo lo contrario. Alrededor de 10 personas se hicieron presentes en la “presentación oficial”.
A pesar de la escasa concurrencia, los disertantes explicaron las modalidades y reglas básicas del juego. Rápidamente los presentes quisieron poner en práctica lo aprendido y días después se usó la por entonces cancha de fútbol del Club Talleres (ubicada frente al ferrocarril). La respuesta fue positiva y tras el primer ensayo se armó el primer equipo de rugby de Paraná. Pocos días después este representativo paranaense cruzó el río y enfrentó a un equipo de Santa Fe, ciudad donde Zía había visto este deporte y lo trajo para esta costa.
Aquel equipo enfrentó al Colegio Inmaculada de Santa Fe en lo que se constituyó en el primer encuentro oficial de rugby en esta región del Litoral. Jorge Rodríguez Zía fue uno de los protagonistas y entre sus compañeros se destacaba como medio scrum un tal Raúl Uranga, un verdadero ícono de esta actividad en Paraná.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
