El diputado provincial Julio Solanas (Frente Justicialista Creer) y Rubén Alberto Dal Molín (Junto por el Cambio-Federación) estuvieron en el programa de televisión Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral), donde analizaron el clima política y social suscitado como consecuencia del intento de magnicidio que sufrió la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el jueves pasado frente a su domicilio particular.

Ambos coincidieron que se trató de un hecho grave e inusitado institucionalmente y que es necesario que todos los actores sociales abreven en la cultura del diálogo, rechazar la construcción del odio y abrevar en el encuentro que implica aceptar la pluralidad y la democracia.

Si bien la historia enseña que la paz es obra de la Justicia, es indudable que en la sociedad actual todos deben aportar un cambio para alimentar la cultura del diálogo que permita el encuentro más allá de las diferencias.

-¿Cómo vivieron las jornadas durante y el después del atentado de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?

-Solanas: La verdad que impactante. Lo de ese jueves a la noche fue impactante. Seguramente le ocurrió a cada argentino y a cada argentina, a cada entrerriano y a cada entrerriana. Fue impactante el hecho en sí y, fundamentalmente, lo que hubiera provocado ese hecho, si esa persona hubiera disparado realmente como lo quiso hacer y está en investigación. Una profunda tristeza, porque en verdad los argentinos no nos merecemos nada de eso. Yo creo que no es un hecho aislado; por ahí se ha querido minimizar, por eso creo que se tiene que investigar e ir profundizando. Y la reacción de la ciudadanía, en su gran mayoría, fue de repudio. Un absoluto repudio. Obviamente de dolor, inclusive, porque se imaginaban qué hubiera podido pasar si esto ocurría.

-Hacía mucho tiempo que en la zona de Tribunales y de Casa de Gobierno de Paraná no se juntaban cinco mil personas como convocó el viernes pasado este repudio.

-Solanas: Fue espontáneo. Muchísimos jóvenes, tanto varones como mujeres. Creo que el 80 por ciento eran jóvenes y el 20 por ciento éramos personas más grandes. Fueron a ratificar felizmente un rumbo de la libertad y la democracia. Un rumbo que implica la no violencia y, obviamente, a repudiar absolutamente este atentado que sufrió la vicepresidenta de la República, Cristina Fernández de Kirchner. Y esto implica, seguramente, después algunas reflexiones. Creemos que le odio es una construcción, que tiene ese desenlace como el del otro día que pasó con este ciudadano (por Fernando André Sabag Montiel) que para mí es un delincuente. Obviamente, hubo una construcción de ese odio y que lo quiso demostrar queriendo matar a la vicepresidenta. Y de eso no hay duda. Por eso, me llamó la atención que haya ciudadanos y ciudadanas con responsabilidad política que pongan en duda esta situación y que también es muy grave. Un sacerdote (Juan Pablo) Esquivel, que estuvo acá en Paraná y que está en Roma (hace más de 20 años que vive en Roma) diciendo algunas cuestiones que son inadmisibles desde todo punto de vista.

-Y además con un padre muy vinculado con el peronismo porque era la mano derecha de Carlos Alberto Reutemann.

-Solanas: Y este cura instala la construcción del odio. Por eso, agradezco que lo hayan invitado al senador Dal Molín, porque es un senador del radicalismo, porque sobre esto debemos acordar sin dudar, de repudiar como lo han hecho en el Senado y todas las fuerzas políticas de la Provincia de Entre Ríos, bienvenido que así sea. Desterrar estas cuestiones no solo de violencia sino de magnicidio contra la vicepresidenta. Y en ese marco, creo que la reflexión implica: la construcción del odio no sirve, hay que desterrarla y creer en los valores, en la construcción del encuentro, de la fraternidad es lo que hay que aspirar.

-Dal Molín: Primero decir que fue un hecho grave. Fue un intento de magnicidio, afortunadamente como dijo el diputado Solanas, no ocurrió. Yo marco que no ha sido el primer intento de ir contra una figura presidencial (paso a Raúl Ricardo Alfonsín y a Carlos Saúl Menem). De todos modos, es realmente repudiable; nosotros lo hemos hecho y lo señalamos como tal. Y realmente nos hace reflexionar sobre qué hemos hecho con la sociedad. Como hombre de la democracia y mi responsabilidad institucional quiero que la Justicia investigue; quiero que la Justicia aclare y se castigue sensiblemente a los culpables como corresponde. Ahora, en el abanico que nosotros encontramos: desde ser una persona que tal vez quiera cámara hasta una organización perfectamente ordenada para cometer este delito, todo ese abanico la Justicia es la que debe dilucidar. Nos encontramos con una sociedad que más allá de lo que diga la Justicia, tal vez no va a terminar creyéndole a la Justicia y eso también es responsabilidad de nosotros, de no haber, de no saber o de no alcanzar a construir marcos de respeto. Yo voy a creer y a confiar en lo que diga la Justicia; pero me preocupa que la sociedad en su conjunto y es en esto que me interpelo qué hemos hecho, para que la ciudadanía termine no creyendo; o como señalaba Solanas existan algunos fascistas demasiados fanáticos que hasta pretenden negar este hecho que, en mi criterio, es de una gravedad inusitada para la democracia.

-No se equivocó el Presidente Alberto Fernández al no hacer una convocatoria más amplia y que pase algo similar a lo que ocurrió con la rebelión de los Carapintadas del ´87 con Aldo Rico o la de Seineldín en diciembre del ´90 o tener esa imagen de unidad que hubo luego del atentado a la Embajada de Israel y al de la AMIA.

-Solanas: Ahí se demuestra el impacto que tuvo esto; porque fue a las 21:15 y a las 23:45 salió un mensaje grabado por cadena nacional. Obviamente, él también habla de la unidad nacional y en la construcción fundamentalmente de esa unidad. Tal vez pudo haber sido ese mismo viernes. Pero, también hubo una negación de la oposición en el recinto de la Cámara de Diputados y de Senadores. Una refractaria oposición, inclusive de negacionismo en algunos casos. Entonces, el Presidente no tuvo el tiempo como para acelerar esa cuestión. Y, además, hubo hombres y mujeres que estuvieron prestos para apoyar, inclusive el día del hecho y otras personas que no. Hay personas que tiene otra posición, inclusive acá en Entre Ríos o en Santa Fe. Inclusive lo dan no profundizando el hecho, sino como algo superficial. “No creemos”, “todo es una farsa” y expresan eso sin fundamentar, lo que también es absolutamente grave. Y yo creo, como decía Dal Molín, en la Justicia, pero me parece que también hay un Poder Judicial cuestionado. Como está también cuestionado el poder político y cuestionado el Legislativo, el Ejecutivo, también hay cuestionamientos de la sociedad con el Poder Judicial. No con la Justicia. Porque, en realidad, cuando uno ve marchas solicitando Justicia, es porque ese ciudadano de a pie entiende que no la hay. Entonces esto debería ser parte de la reflexión. Creo que hay instancias muy interesantes de encuentros, de tratamientos en el Poder Judicial de Entre Ríos que valoro con la presidenta del Superior Tribunal a la cabeza lo que me parece muy saludable; pero, en realidad, también hay un descreimiento del Poder Judicial por el valor de justicia.

-Dal Molín: Hay algunas cuestiones que, indudablemente, no voy a coincidir más allá del respeto que me merece. Creo que Alberto Fernández no ha hecho eso porque tiene un problema interno que no ha logrado conjugar su figura política. Él viene de un proceso político bastante complejo en el armado de su propio gobierno. Para mí es un error no haber convocado a toda la ciudadanía, donde sí íbamos a estar todos. Yo, en el uso de las redes (sociales) lo he hecho automáticamente en el repudio, más allá que estaba en una reunión y me enteré capaz una hora después que esto había ocurrido. Pero, me parce que ha habido expresiones del arco político en este sentido; más allá que luego, tal vez en el documento fino no nos pongamos de acuerdo. Pero, creo, y esto es una convicción que tengo, que hay algunas cuestiones políticas que le han impedido al Presidente en ese día tomar una decisión un poco más acertada, de convocar a algo más amplio, donde seguramente íbamos a estar todos porque, vuelvo a insistir, mi criterio, como hombre de la democracia y de la república, entiendo que este es un hecho de una gravedad institucional inusitada.

-¿Cómo sigue esta historia? En el sentido si esta experiencia enseñará que es necesario que todos “bajen un cambio” y encauzar las relaciones por marcos más normales.

-Solanas: Quiero decir algo. El peronismo y nuestro espacio político estuvo unido y tuvo muy en claro la defensa irrestricta de reprobar absolutamente lo que pasó con la vicepresidenta. No hay duda de eso. Tengo mis dudas (sobre el bajar un cambio), aunque ambiciono que sea así. Lo ambiciono y lo deseo. Recién hablamos con él (por Dal Molín) que tiene un principio municipalista que también comparto, y se puede acordar y se puede discutir en el marco de lo que uno puede disentir; pero luego acordar decididamente lo que se pueda; y lo que no, no se dirime con odio. Hay límites con respecto a eso. No creo que sea la descalificación política. Ustedes me habrán visto miles de veces en situaciones diferentes y he tenido la misma postura. No he insultado ni descalificado porque entiendo que no conduce absolutamente a nada. Es una aspiración lo que usted pregunta. Creo que esto de la construcción del odio me parece y esto lo quiero decir también porque lo pienso, hay un sector muy duro; sobre todo de los medios capitalinos, muy duros con la vicepresidenta e inclusive con misoginia en alguna oportunidad. Ha habido desde hace cuatro o cinco años, titulares de los diarios diciendo cuestiones horribles de Cristina y, obviamente, eso construye odio. No hay duda que es así. Independientemente que ella se haya sometido a la Justicia, que se esté defendiendo en un juicio y que de una manera u otra tendrá los elementos para hacerlo. Y no es como dice el fiscal de doce años y como dice este sacerdote Esquivel como una cuestión ya dada. Creo en la presunción de inocencia ante todos los hechos. De modo que aspiro a eso (a que se baje un cambio y no se construya odio) y desde mi lugar voy a contribuir –como lo hará con seguridad Dal Molín- a esa posibilidad. A la no agresión, a discutir políticas. Porque la verdad muchas veces uno se encuentra con la descalificación. Por eso hay que discutir política y creo en la unidad nacional; creo en eso que alguna vez (Néstor) Kirchner implantó Cristina-Cobos. Creo en eso, es posible esa cuestión de construir un encuentro con otros partidos políticos. Yo creo en eso, creo en las coaliciones.

-Dal Molín: Usted me preguntó al inicio y le describí un abanico y le dije: qué nos ha pasado a nosotros como sociedad. Y en este marco creo que se ha trastocado la paz social. Venía una paz social bastante endeble, bastante resquebrajada; pero, este hecho marcó aún más. Anhelo que este hecho que ha marcado la paz social con tanta fuerza, comencemos a tener algunos caminos de diálogo y algunos caminos de construcción en conjunto. Nada vamos a construir solos los que bregamos por Juntos por el Cambio y entiendo que van a coincidir en algunos aspectos que solos no van a poder reconstruir por sí mismo este país que está sufriendo algunas crisis importantes. Yo no estoy con la construcción del odio. Siempre me interpelo a mí mismo: qué he hecho yo y tal vez he tenido incluso malos comportamientos de los cuales me arrepiento. Y como dijo un pensador: si querés pintar el mundo, empezá por casa. Anhelo eso; trabajo en ese sentido y trato de convencer a todos que en la pluralidad de las ideas… y en el respeto –aun cuando no coincidamos en algunos aspectos con Julio (por Solanas)- que nos tenemos encontrar algunos caminos en conjunto para poder construir y reparar esta paz social; que vuelvo a insistir, en mi criterio hoy está muy lastimada.