La responsable de la ONG “Suma de Voluntades” y  subsecretaria de Vivienda y Hábitat de la Municipalidad de Paraná, Anabella Albornoz, se refirió a la realidad de las personas en situación de calle en la ciudad ante la llegada del frío intenso.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Albornoz afirmó que “como todos los años la estación que más duele es el invierno, por eso previamente a la llegada del frío desde Suma de Voluntades se fue organizando con Hogar de Cristo y Cielo Nuevo para poder salir a las recorridas y llevar un plato de comida caliente y abrigo, y también se trabaja mancomunadamente las organizaciones con el municipio en esta problemática”.

En ese sentido, sostuvo que “construir con las organizaciones es necesario porque son quienes están mano a mano con la gente en situación de calle. Obviamente siempre la ayuda es poca y a eso se suma que hay gente que no quiere ir al refugio porque no puede sostener la convivencia”. “La situación de calle es la consecuencia de algo, y en esto hay muchos casos de adicciones o problemas psiquiátricos y en otros casos el problema es solamente habitacional, pero es una de las más complejas la situación de calle”, explicó.

Asimismo, evaluó que en este año y medio de pandemia “se acrecentó mucho la gente en situación de calle porque también en épocas de crisis aumenta mucho el consumo (de drogas) y las personas que terminan en situación de calle van rompiendo sus vínculos familiares y terminan en esta situación, pero también hay personas que quedaron sin casa porque no pudieron pagar su alquiler, porque tuvieron problemas familiares y no tenían adonde ir,  o el no conseguir trabajo también hace que terminen en esta situación. Todo esto se profundizó en este contexto de pandemia”.

Respecto del trabajo y la situación en los barrios, sostuvo que “la pandemia impactó en todos los estratos sociales y en aquellos sectores de mayor vulnerabilidad está más exacerbado todo. El quédate en tu casa no es lo mismo en un barrio en un ranchito de 2x2 que en una casa con todas las comodidades”.

Al respecto, comentó que “costó mucho retomar las actividades; nos preocupó y nos ocupó porque teníamos un ritmo de trabajo y de repente se cancelaron todas las actividades salvo las alimentarias, y el vínculo con las familias, con la escuela, con los niños nos preocupó mucho en ese contexto donde no se podía transitar”.

En cuanto a la ayuda que se brinda, Albornoz detalló que “los interesados en ayudar se pueden comunicar a través de las redes sociales de las organizaciones. La gente de Hogar de Cristo trabaja muy bien y lo hace con chicos con adicciones, no desde el asistencialismo sino desde la recuperación social y laboral de cada persona. Y para brindar la comida nos repartimos la semana entre todos”.

Agregó que “los sábados y domingos sale un grupo nuevo que comenzó hace aproximadamente un mes pero no hemos podido trabajar mancomunadamente, ellos decidieron trabajar solos, lo que también es válido porque lo importante es poder acompañar a la gente”.

Ante ello, dijo que “se nota un cambio porque además la gente necesitaba ese espacio de acompañamiento. La comida siempre pasa a un segundo plano, ese lazo que se crea es lo más importante”.

Respecto de la situación de los refugios, sostuvo que “se trabaja con una impronta desde las organizaciones, hay una fuerte política clara de mejorar la situación y hay un acompañamiento clave que es el de las organizaciones”. “Le decimos refugio cariñosamente pero es un Centro de Integración para personas en situación de calle en el cual es muy compleja la situación porque hay gente que pasó varias veces por allí pero sigue prefiriendo la calle. En el lugar hay casi 50 personas por esta contingencia del frio, pero hay reglas que cumplir y una convivencia que mantener. Para que la gente pueda salir adelante es un todo, desde el trabajo, los vínculos con la familia, la integración, porque de otro modo no se puede sostener a largo plazo”, analizó.

Por último, pidió que “como colaboración se necesitan frazadas, guantes y bufandas, sopas y alimentos no perecederos; todo sirve, todo ayuda, y para nosotros nunca una donación es pequeña”.