N.B. de ANÁLISIS

Hernán Jesús Rivero es empleado municipal. Entró en la gestión de Blanca Osuna. Es fotógrafo y estuvo a cargo del área de Prensa de la Sinfónica de Entre Ríos. Su nombre para ocupar la Dirección de la Unidad Municipal 2 de Paraná, fue propuesto por el propio Daniel “Tavi” Celis.

La acusación contra Rivero tenía dos pilares: el negocio de las zapatillas del que también participó Cristina Silva y Griselda Bordeira (Rivero vendió su auto para invertir en calzado); y una llamada que le hizo Daniel Celis desde la Unidad Penal pidiéndole camiones sin GPS para trasladar muebles a San Benito.

El negocio de los zapatos efectivamente existió, según pudieron demostrar las defensas en el juicio. Llevaron testigos y aportaron documentación que corrobora la situación. Y, por otro lado, la defensora de Rivero, Corina Beisel, sostiene que su pupilo no respondió al requerimiento de Celis desde la Unidad Penal. Por ahora, no hay nada que pueda rebatirlo.

Este viernes, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná, le otorgó la prisión domiciliaria a Rivero. Estuvo preso más de 2 años y medio en la Unidad Penal, donde escribió un libro de ficción. Dejó un ejemplar para la biblioteca del TOF.

“Debimos demostrar la inocencia”

Cuando comenzó sus últimas palabras, agradeció al tribunal por la posibilidad de pasar la Navidad con su familia. El mismo gesto tuvo el resto de los imputados en las dos causas.      

“¿Cuál de todas las leyes y autores dice que el acusado debe demostrar su inocencia?”, preguntó. “Llegamos por el negocio de zapatos, desconociendo que tendría que aclararlo. Estando preso con las limitaciones que eso tiene, ofrecimos fotos, redes sociales, propusimos testigos, algunos citaron y otros no. Quisimos aclarar ese negocio. La Fiscalía sostiene su teoría, habla del monto del negocio. Es cierto que entregué mi auto, me costó mucho ese auto. Entonces, cuando se habla del monto de 3000 zapatos vendibles, también hay que sumar volúmenes de ropa y otros objetos que eran parte del negocio, como contaron testigos”. “Pensaba que no tenía que aclarar esto. Lo dije dos veces en instrucción y nunca se me consultó. Este es uno de los dos pilares de mi acusación”, recalcó.

“El otro pilar es el llamado de Celis consultándome por camiones sin GPS. Más allá de los testimonios de los policías, cuando Celis me preguntó le respondí naturalmente. Jamás le pregunté para qué eran esos camiones. Él dijo que era para llevar muebles a San Benito. Entonces pregunto ¿cómo se hace para demostrar algo que no sucedió? Podrían desfilar todos los choferes del municipio para decir que no hicieron ese traslado”, se defendió.

“Ayer cuando pensamos que podíamos tener estas palabras, anoté lo que iba escuchando. El fiscal Ignacio Candioti dijo que hay que analizar las situaciones precedentes. Pido entonces que el tribunal considere mi persona. Trabajo hace 22 años. Compartí redacción en el diario Uno con Boris Cohen. Me fui del diario con una conducta intachable. Formamos amistad con Cohen. Estuve en la Orquesta Sinfónica. En mi currículum hay una recomendación redactada y firmada por el maestro Reynaldo Zemba. Él fue una eminencia y me enseñó muchas cosas y compartí mucho. Participé en deporte, en cultura y fotografía”, resumió.

“Por acá pasaron más de cien testigos. Sólo se refirieron a mí los policías. El policía Gonzalo Mendoza me nombra en el círculo de confianza de Celis. El policía Iván Rocha habló del llamado por vehículos sin GPS. Estuve escuchado más de un año. Me secuestraron el celular y ahí tenía todas las redes sociales. Tenía fotos, videos. Ninguna foto, ningún video, nada de Whats App, nada que se relacione con droga o entrega de dinero. Hubo imputados, testigos arrepentidos. Ninguno refirió a que podría tener participación. Ni tampoco ninguno de los testigos civiles. En la declaración del mismo policía Carlos Frías, cuando habló del negocio de los zapatos, dijo que no pudo determinar de qué se trataba”, recordó.

“Jamás ofrecí ningún vehículo para nada. Acá no hay dudas, hay certezas. El doctor Leandro Ardoy dijo que se juzgan hechos, no actitudes. Lo único que pueden reprocharme es haber atendido el teléfono”, remarcó. “No sabía que podía traer inconvenientes”, acotó conmocionado.

“El fiscal Ignacio Candioti dijo que la sentencia tiene que basarse en pruebas. Por eso les pido que lean lo que se está juzgando, la importancia, la gravedad, que sepan que detrás hay una familia”, asentó y acotó: “A mi me defienden dos cosas: mi abogada y la verdad”.