Hugo Remedi
De un plumazo mediático, don Faustino Schiavoni mandó a Jorge Busti a iniciar los trámites jubilatorios en un nuevo capítulo de la ilimitada interna peronista vernácula. Resulta curioso, eso sí, que un dirigente de tan sólida formación como el actual intendente de Nogoyá haya utilizado una chicana tan económica como para desafiar la poca paciencia del bustismo que, como era previsible, no se hizo esperar en la respuesta.
Evidentemente, agotar el direccionamiento de este juicio sólo en la humanidad del ex gobernador y hoy presidente de la Cámara de Diputados sería suponer que el autor del flechazo perdió de vista la referencia global. Y ello sería difícil de creer.
Cuando Schiavoni habla de egoísmos y de los que debieran dar un paso atrás por una cuestión generacional, arrastra con su purga a unos 50 dirigentes peronistas (incluido él mismo) o aliados, y ello sin tener en cuenta a los sexagenarios de los otros partidos.
Por otro lado, nada que provenga de Schiavoni puede estar cargado de inocencia. Sería ofensivo subestimarlo y también sería de cuidado no prestar atención a lo que “expresan” sus palabras más allá de lo que se lee y finalmente, a quien representa esa gráfica en gestación.
Reducirlo a una mera cuestión generacional sería aceptar con verdadera candidez la real intención del disparo. El cambio generacional del que hablaba Perón y al que alude Schiavoni tiene que ver, además del hecho natural biológico, con desarmar la concentración de dominio que se va acumulando durante tantos años cuando el poder perdura en manos de unos pocos.
La intención con Busti es desafiarlo, desgastarlo e irritarlo, y muchas veces lo logran; se lo puede medir en el nivel de reacción del bustismo y en la variedad de exegetas que salen a criticarlo. Sin lucir como un descubrimiento de estos días, en realidad, una de las cosas que se está planteado seriamente es correr del camino al actual presidente de la Cámara de Diputados de Entre Ríos porque entienden que no deja crecer a nadie a su alrededor. De hecho, el cambio generacional biológico que planteaba entonces el ex Presidente de la Nación no es el mismo de estos días -es obvio- y ello cierra definitivamente la exclusa a una interpretación unidireccional que tenga con ver meramente con cuestiones de edad.
El fuego urribarrista
La cuestión se ha hecho bastante clara, el gobernador baja línea y tras de sí repican sus campanas en efectos multiplicativos y allí se suben al estrado, fundamentalmente, los intendentes peronistas. En contraste, luce un bustismo cercenado hoy en figuras de predicamento que puedan salir a emparejar el duelo entre kirchneristas y no kirchneristas y todo se reduce a desgastantes e insolventes bastardeos mediáticos.
Los intendentes venden adhesiones en memoria del bienestar de sus gestiones, mientras las “nobles” espadas bustistas -salvo excepciones- juegan al prudente oficio mudo a la espera de un horizonte más venturoso y complaciente. Por ello, el 17 de octubre tuvo su bautismo oficial lo que se venía taladrando en los vericuetos internos: cada cual se ubicó en el lugar indicado de acuerdo a las circunstancias y de ese modo desandarán el camino que resta hacia el 2011.
El libro de pases, por lo pronto, parece absolutamente cerrado.
Busto, al que se lo observa un tanto más inquieto que en otras oportunidades, pareciera estar afectado por preocupaciones que no alentaba hace no más de dos años. Puso al candidato pero perdió al gobernador. Como consecuencia, se la viene una interna brutal tanto adentro en la provincia como producto de su encolumnamiento a nivel nacional, y por si fuera poco tiene que subir al barco al peronismo disidente pensando en no perder otra elección general como la del pasado 28 de junio. Rebeldes pejotistas, al fin, que hoy se pasean con soberbial autoestima a partir de considerarse como el principal árbitro de la contienda peronista, con todo lo que ello implica. Ese mismo tema pone a Busti a mano para ir tejiendo de apuro mantas de coyuntura tal vez hoy protectoras pero que quizás, en un futuro no tan lejano, puedan emerger condicionando las decisiones del relieve deseado.
Todos al pozo
Atacado por “geronto” Busti contestó con una convocatoria (casi inmediata a los dichos de Sergio Urribarri y luego de Schiavoni) de sectores peronistas juveniles en Concordia, dando cuenta de que efectivamente sintió en medio del pecho el “elogio” de los viejos compañeros de lucha.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
