Claudio Cañete
Los 15 años de vida de este semanario son el recorrido intenso de un proyecto periodístico. En este viaje se embarcaron diferentes propuestas, sueños y proyectos que en estas semanas de aniversario es oportuno rememorar. Por el simple hecho de que se constituyeron en puertas abiertas para las expresiones artísticas, que en estos años también mostraron progresos, luchas y logros.
En febrero de 1998, la habitual edición del semanario comenzó con nuevas secciones y formato. Entre esas innovaciones que implementó la dirección de la revista, la sección Cultura ganó un espacio de ocho a diez páginas. Este criterio poco usual en un medio gráfico periodístico local siguió acompañando los cambios de formato del semanario y hoy en día se mantiene. En aquel entonces ya había dos matutinos en la capital entrerriana con sus respectivas secciones culturales. Pero si en algo se distinguió ANALISIS en el 98 fue en el tratamiento y la cobertura de los temas publicados, que en su mayoría no abordaban los diarios. Felizmente, hoy otras publicaciones se sumaron a este criterio.
Esta apuesta, sin embargo, no fue un golpe de efecto para el semanario, ya que desde su nacimiento la cultura tuvo un espacio importante y aportó el “oxígeno” necesario entre los arduos temas de la política. La revista no se limitó solamente al anuncio de actuaciones y espectáculos, sino que profundizó en notas y entrevistas con tonos de color y una mayor cobertura de los hechos.
Bajo ese estilo, desde aquel abril de 1990 pasaron por esta sección periodistas como Patricia Fasano, Violeta Meyer, Oscar Londero y Luz Alcain y colaboradores como Horacio Piceda y Andrea Rabuffetti, entre otros.
Más tarde fue el tiempo de los suplementos dedicados a los jóvenes, días en que sólo dos pioneros en este tipo de publicación como el Sí de Clarín y el No del Página/12 marcaban una referencia en este nuevo ramo. Es así que en 1991 salía La Tribu, “Para leer en malón”, que trataba de emular a los otros dos, siempre con un toque local. Nicolás Bachetti, Silvio Godoy, Pablo Blejer, Marcela Pautaso, Violeta Meyer, Hugo Soto, Luz Alcain y Morris conformaban aquel staff que abordaba temas de rock, información universitaria, teatro y literatura con un tinte audaz y mordaz. De cierta forma fue la primera experiencia para varias personas que luego participarían con roles más importantes en otras secciones de ANALISIS. Y fue uno de los espacios donde se concretó la siembra de un taller de periodismo para estudiantes, que impulsó la publicación en aquella temporada. Después de esa experiencia que duró algunos números, hacia fines de 1993 surgió el suplemento La Madriguera del Conejo Blanco, una idea de Fabiola Claret, que desplegó una interesante conjunción donde el contenido de las notas era reforzado por un cuidado diseño gráfico. Su nombre era una alusión a uno de los personajes del cuento Alicia en el país de las maravillas; bajo esa clave, Claret plasmó un espacio y definió un lector que respondió a la propuesta. Temas comprometidos como el sida y la droga coexistían con la publicación de cuentos, relatos inéditos de autores locales y consagrados, la actualidad de las bandas de rock paranaenses, todos ensamblados en una estética que iba de lo retro a lo posmoderno. Javier Broggi, desde Urdinarrain; Oscar Brizzola, desde Santa Fe; Claudia Martínez, Lucas Carrasco, Selva Almada, Sebastián Román, Facundo Vásquez y quien firma esta nota, son algunos de los tantos nombres que aportaron a este proyecto. Este suplemento siguió saliendo varios números más a lo largo de 1994 con el diario Hora Cero, que editó ANALISIS durante un par de temporadas.
“Con formato tabloide e impreso a una tinta, Cronopio estará a la venta a partir de mañana”, decía el encabezamiento de una nota del semanario del jueves 26 de junio de 1997. “Será un mensuario de 40 páginas a una sola tinta que estará a la venta a partir del último viernes de cada mes. Con un formato tabloide y un ágil diseño gráfico -en el que la tipografía elegida y la fotografía jugarán un papel fundamental- la publicación pretende cubrir una serie de temáticas que habitualmente no tienen espacio suficiente en los medios de actualidad”, agregaba aquel artículo. Y es así que por los tres números que salieron, desfilaron historias realmente poco conocidas, realidades ocultas y verdaderos tesoros culturales perdidos en el bullicio de la fiesta menemista de aquellos años: El día que detuvieron a la madre del Che Guevara en Concepción del Uruguay fue la primera nota de tapa de Daniel Enz ; el desaparecido barrio de los negros en Paraná, por Sandra Míguez; la estadía de Carlos Gardel en Concepción del Uruguay, por Gustavo Sirota; la Escuela Documental de Fernando Birri en Santa Fe, por Oscar Londero; el día que Guy Williams (actor que protagonizó la serie El Zorro) estuvo en Paraná, por Fabián Vivot; el testimonio de Gastón Gori sobre el escarnio de La Forestal, por Mónica Portillo; los túneles de Miguel Ángel Mernes, por Luz Alcain, fueron las notas del primer número, a las que se sumaron las colaboraciones de Mercedes De Giusto, Daniel González Rebolledo (desde Gualeguay) y Alejandro Abero. Esos fueron los primeros artículos de una publicación que lamentablemente la coyuntura económica no permitió continuar, pero que sembraron un estilo que se trata de continuar en el presente, en la sección Cultura, desde los informes sobre temas históricos o acerca de personajes.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
