El ex legislador nacional y provincial y ex convencional constituyente, Fabián Rogel (UCR) recordó su largo camino en la militancia radical junto al fallecido ex intendente Sergio Varisco, de quien destacó su figura como hombre de la política y la democracia, y rememoró momentos y detalles quizás desconocidos hasta el momento.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Rogel consideró que debe “ser el dirigente político que más compartió los mejores años de la construcción militante” con Sergio Varisco, aunque también reconoció: “Como con cualquier otro militante hemos confrontado en alguna interna, hemos tenido disidencias pero compartimos los años más importantes”.

Rememoró que “en el retorno de la democracia, después de Malvinas, cuando hubo que hacer el proceso de afiliación. Estaba por un lado la línea nacional de la antigua dirigencia, que era el partido de Carlos Perete, Carlos Contín y Fernando De la Rúa y por otro lado la renovación que encabezaba Raúl Alfonsín. Lo primero que se hizo después de Malvinas fue reconstruir los partidos políticos, afiliar y armar la interna partidaria donde triunfó la renovación en la que militábamos juntos con Varisco en lo que era a nivel nacional el Movimiento de Renovación y Cambio”.

“De ahí en más noche tras noche, él trabajaba en la Municipalidad y to en la parte privada y teníamos el leit motiv de ganarle los paredones al peronismo, con algunos sistemas que fuimos descubriendo, con grandes brochones que nos ahorraban tiempo para pintar la palabra Alfonsín de manera rápida y después cada uno en la madrugada se iba a trabajar. Ahí comenzaron los años de una militancia de base mucho más profunda”, relató.

En ese marco, agregó que “después la política nos encontró, yo siendo funcionario provincial en el gobierno de Sergio Montiel, como director de Promoción Social y luego de Cooperativas y a él en la secretaria privada con su padre, quien militaba bastante cercano al grupo rojo Renovación de Montiel y ya Sergio empezaba a perfilar más para la idea de la renovación de la Juventud Radical más allegada a los hombres que estaban en la Coordinadora”.

Resaltó también que “hubo momentos difíciles y angustiosos como fue la retirada del gobierno seis meses antes de Alfonsín; él (por Varisco) tenía una formación muy  apegada al itinerario alfonsinista, yo más bien que me había auto-formado a lo sarmientino –era autodidacta- tenía una formación vinculada a todo el proceso político histórico y sé que a él le afectó enormemente la situación. Y además de inscribirnos en la carrera de abogacía pasamos muchas horas mirando cine”. 

“Cuando se toma la política como una vocación hay que hacer opciones, y en lo personal los dos hicimos opciones para no dejar un centímetro del espacio de la militancia política; los dos fuimos presidentes de la Juventud –primero él y después yo- y cada uno fue ocupando una cantidad de cargos políticos que hicieron que el estudio fuera quedando de lado, porque son momentos en que hay que ir decidiendo, especialmente cuando hay circunstancias y condicionamientos. Yo tenía algunos condicionamientos económicos y no podía dejar el trabajo, tenía que priorizar el trabajo: yo fui administrador de la escuela Alberdi, había trabajado en una importante casa de modas de Paraná y fui jefe de personal de la empresa Caballi donde tuve inconvenientes con los horarios que me permitieran hacer la carrera de abogacía”, contó Rogel. 

Como resumen, definió: “A ambos nos abrazó terriblemente la política y nos dedicamos full time a la actividad política”. También comentó la participación de Varisco en la Justicia como escribiente: “En aquella época, cuando había vacantes se hacían concursos y se tomaban exámenes no vinculados a la cuestión jurídica sino de mecanografía, es decir que no era necesario el conocimiento del derecho; eran escribientes de la justicia que ingresaban por exámenes”.

Consultado por la última vez que pudo hablar con el ex intendente, Rogel comentó: “Tuve oportunidad de repasar con él muchas cosas una semana antes de las internas partidarias, luego tuvo la intervención de la cabeza por el tumor”. “Habíamos logrado repasar muchísimas cuestiones políticas y terminamos compartiendo un espacio que se llamaba Radicalismo de Pie, porque algunos impulsaban la cuestión política de un proceso de renovación pero generacionalmente éramos los mismos que habíamos participado en la construcción política y me pareció que era el momento de volver a conversar y repasar algunas cosas; y los enfrentamientos que se dieron en la juventud en Paraná y en algunas seccionales los compartimos y tuvimos la suerte de resultar gananciosos en esa situación”.

“No compartimos una interna para el Comité de la Capital y congresales porque lo veía que tenía una situación de salud bastante complicada, y además no tenía mayor importancia desde nuestro punto de vista porque yo ya había sido tres veces presidente del partido, él también y la verdad que insistir en una interna muchas veces termina deteriorando al partido por lo cual decidimos no participar, pero sí dejamos que la gente de las seccionales y de la Juventud disputara las cosas como creían conveniente”, refirió. “Tuvimos la posibilidad de conversar en términos políticos bastante en ese tiempo, que fue una semana antes de la interna partidaria”, reiteró.    

Respecto de la militancia de Varisco, incluso a costa de su salud, Rogel ejemplificó: “Hay un ejemplo que repito muchas veces en mis discursos, salvando las diferencias. A Hipólito Yrigoyen lo derrocan el 6 de septiembre de 1930 y lo mandan confinado a la isla Martín García –hasta hoy poco habitable- pese a que tenía un problema respiratorio por la edad. Viejo, derrocado, enfermo y preso a los dos meses le tuvieron que cambiar el carcelero porque Yrigoyen ya lo había convencido. Es un sinónimo de lo que es la verdadera pasión de la política, más allá del estado anímico y de salud. La buena política, la que hace que la gente viva mejor, la que permite soñar con transformar una sociedad y hacer que sus habitantes vivan mucho mejor, es como una especie de virus por el cual los buenos dirigentes dejan jirones de su salud”. “El caso de Yrigoyen es un ejemplo muy claro de lo que es la pasión de la política”, sostuvo.

A la hora de analizar si quedaron charlar pendientes entre ambos, refirió: “Seguramente quedaron algunas otras conversaciones, pero a buen entendedor pocas palabras. Creo ser una persona pensante y él era una persona pensante e inteligente, muchas cosas repasamos delante de su y muchas cosas yo repasé, sobretodo porque en el medio de la relación había intermediarios que influían notoriamente para que la relación no fuera la mejor. Había muchos interesados en que la relación no volviera a ser como fue en su momento”, lamentó.

Al respecto, aclaró que “desde que se armó la primera candidatura a intendente sentí que había un distanciamiento, de muchos interesados porque así es la vida, la conjura de los mediocres siempre existe y tampoco define nada en la historia de los pueblos. Somos seres humanos todos, llenos de defectos y con algunas virtudes, y siempre hay algunos a los que les molesta que se den algunos encuentros políticos porque pierden algunos casilleros”.

“Creo que frente al dirigente muerto, el pueblo y la sociedad pierden un poco porque es el pueblo el que invierte en los dirigentes políticos y el que de alguna manera deja de tener alguien que con sus defectos y errores, como los tiene cualquiera, deja de pensar en la ciudad, en la provincia y en el país. Yo que soy un gran reivindicador de la política, un hombre que cree que lo que le está faltando al mundo son liderazgos políticos, que a Argentina le falta que haya una dirigencia que guarde un espacio para  hablar de los temas en tranquilidad de lo que le pasa al país. Lo que hay son dos líderes comarcales que son Ángela Merkel y (Vladimir) Putín, y después el mundo está careciendo de dirigentes con volumen que puedan sentarse a ver cómo termina esta epidemia y que las disputas secundarias no están permitiendo que esto que se llama Planeta pueda encauzarse en un desarrollo más o menos normal y armónico. Y Argentina no está exenta de esas carencias”, reflexionó.

Para finalizar, Rogel envió sus condolencias a la familia Varisco: “Como una persona cristiana lamento mucho la pérdida de un ser humano, envío a su familia un sentido pésame y seguramente el recuerdo será el de un dirigente político que vivía apasionadamente pensando en la política como forma de transformar la realidad que no nos gusta”.