El fin de semana pasado nuevamente “hubo conga” en el parador conocido como Wakeland, ubicado en las islas de Delta del Paraná inferior, que administra el ganadero Enzo Federico Vignale.

Fue en el mismo predio donde anteriormente ya se había realizado una de estas fiestas ilegales que tienen a maltraer la tranquilidad de la zona. En esta última convocatoria clandestina también intervino personal de la Delegación Islas de la Municipalidad de Victoria y la Departamental de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales de la Policía de Entre Ríos. En el lugar se reiteró la notificación de la cautelar federal vigente que impide este tipo de actividades, pero esta vez se presentó como responsable una persona diferente a quien vez pasada intentó falsear su identidad a las autoridades, según confirmaron distintas fuentes al portal Era Verde.

En el kilómetro 8, en la primera bajada de la Ruta Nacional 174 que une con la ciudad de Rosario, en la Isla la Deseada, en jurisdicción de ejido de la Municipalidad de Victoria, se llevó adelante una nueva fiesta clandestina. Fue en el mismo lugar donde exactamente una semana antes se intentó desbaratar un evento danzante del mismo tenor.

La comitiva de inspección de la Delegación Islas de Victoria y la Brigada contra el Abigeato de la Policía, se hizo presente en horas tempranas de la mañana del domingo 23 de julio, ya en pleno “after” de la fiesta que se desarrollaba en las carpas y complejo instalado en una propiedad que administra la familia del empresario Enzo Federico Vignale.

El hacendado es quien detenta la habilitación municipal del lugar para el funcionamiento como parador, con el nombre de fantasía Wakeland. Pero, resulta que el ganadero no organiza las fiestas ilegales, porque él ya se encuentra notificado judicialmente de la cautelar judicial federal, por lo que incurriría en una infracción de la cual está al tanto.

Como se recordará, el 1° de julio de 2020, por un amparo ambiental del juez Federal Nº 2 de Paraná, Daniel Alonso, se estableció “la prohibición absoluta de acciones humanas con capacidad para alterar el medio ambiente, especialmente la quema de recursos naturales, actividades que impliquen riesgo de incendio aún de carácter accidental; construcción de diques y terraplenes de cualquier naturaleza o realización de actividades que pongan en riesgo el ecosistema”. Y en esta manda se encuentra inscriptas las convocatorias de música, alcohol y consumos recreativos.

Entonces, como Vignale está notificado de la cautelar federal, se produce un modus operandi donde el predio se sub arrienda de una forma poco clara a un tercero que alega desconocimiento de la falta que está cometiendo. De este ardid ya se ha tomado nota, porque se repite una y otra vez. Pero ya se sabe: la Justicia Federal cuando de “humedales” se trate asume una postura demasiado infantil, le sobra inoperancia y desborda por su sospecha de complicidad.

Es más, desde la Policía muchos funcionarios confiaron a ANÁLISIS que realmente no saben para qué los hacen ir hasta esas fiestas clandestinas, “simular” que se hace un operativo para que todo luego quede en la nada. Encima, se utilizan bienes y servicios del Estado para nada.

Al presentarse las autoridades en la clandestinas los organizadores no exhiben contratos de alquiler, ni tampoco un sistema de recaudación contable registrado ante las autoridades de fiscalización de impuestos. Quienes gestionan el espectáculo reciben a la policía e inspectores con un mismo libreto, donde tratan de engañar que el negocio es una celebración privada o que no cobran entradas por el servicio. Ha llegado a tal punto este tipo de tretas que en la fiesta del viernes 14 y sábado 15 de julio, el responsable que dio la cara brindó datos adulterados de su identidad al jefe del operativo policial y, con estos datos falsos, firmó un acta inválida. Este hecho fue advertido por el responsable de Abigeato, quien demoró a quien intentó el engaño y por esto se abrió una causa penal, cuyo horizonte de resolución es un laberinto de modo que transcurra el tiempo y todo quede prescripto.

Por esa situación que en la fiesta del 22 y 23 de julio, hubo otra persona que fue notificada de la medida judicial y la alteración de las ordenanzas vigentes de Victoria que protegen ese sector, inscripto en la Reserva de Usos Múltiples Humedales e Islas de Victoria.

De acuerdo a lo que trascendió, para el fin de semana entrante no se prevé fiesta. En el lugar, a un paso de la ruta que lleva a Rosario, se desmontaran las carpas y retiraron los baños químicos. Aunque todo esto sería momentáneo, hasta que nuevamente a través de las redes sociales, vuelva a promocionarse la vuelta del “Cachengazo” a las islas.