Por Fray Soviet Segundo

A nuestro imprevisible presidente, parece que sus avezados asesores le advirtieron que: –“Algo huele mal en Dinamarca” y ha decidido regresar de urgencia para armar un comité de crisis. Seguramente en Ezeiza le avisarán que su experto en relaciones internacionales confundió una conocida frase de Shakespeare con otro paper en clave de inteligencia. Todos esperábamos verlo al comando de unos aviones de combate con la esperanza de que esa experiencia le sirviese para ver la velocidad y la altura de todos los precios de alimentos, medicamentos, tarifas y todas esas cosas que en este país están volando por los aires. Lo sentimos mucho. No fue posible. Seguirá sin verlo. Ahora sí,  el presidente vuelve para ponerse al frente de un comité de crisis dado que Irán está mandando bandadas reincidentes de drones a su eterna enemiga Israel. Y habrá quilombo. A veinte mil kilómetros de aquí, pero quilombo al fin y al cabo, cosa que seguramente justificará otro aumento de combustibles, el monopolio de las farmacias del ministro; nuevas cátedras de democracia cuadriculada de “Marquitos” Peña, la vuelta al servicio militar obligatorio y otras reivindicaciones de las fuerzas armadas. Además, según nos dice su hierático vocero el comité de crisis coordinará tareas con otros líderes internacionales, como si nuestro presidente estuviese entre ellos y/o alguien le pidiese opinión al respecto, a nuestro reciente “Embajador de la Luz”, devoto lector a medias de ciertos líderes esotéricos, más allá de sus continuos diálogos con sus perros muertos.

Y todo ello en medio del aquelarre de las relaciones internas de Latinoamérica, donde México se calentó con Ecuador porque le invadió su Embajada; Colombia poco que rompe relaciones con nosotros que además ya le faltamos el respeto a México; Venezuela va a elecciones con todos los opositores presos; Chile se calentó con Venezuela por un asesinato en suelo chileno de sello estatal bolivariano; Brasil se desentiende de nosotros ventajosamente y nuestra canciller no da pie con bola. Y tampoco nadie le da bola en serio.

Y entonces, para que ningún resentido zurdo de mierda sigan insistiendo en que nos estamos yendo al carajo hacia el centro de un agujero negro, la clarividencia y el sexto sentido de nuestro iluminado conductor, ahora vuelve de urgencia de Dinamarca, para ponerse al frente de un comité de crisis, que no es el que usted -desprevenido lector se imagina dado el precio del aceite-, el puchero o la yerba, sino el que intervendrá en coordinación con otros líderes mundiales, en el quilombo milenario del Oriente Medio. Es decir: Mambrú se fue a la guerra... como la canción infantil decía… y que viene como anillo al dedo para estas infantilidades y torpezas políticas manifiestas.

Auguramos, por cierto, éxitos notables al presidente, a quien con todo orgullo deseamos ver allá -donde Israel o EEUU lo manden- en la primera línea de combate, como corresponde a todo valiente de las motosierras degollantes de los brazos, las piernas y las cabezas de su pueblo.