Por Jorge Oscar Daneri
(Especial para ANÁLISIS)

En estos días me toca acompañar a mi pareja en su proceso electoral representando al Partido Verde de los Países Bajos, hacia el parlamento nacional. 

Comparto esta vivencia, luego de pensar quizás demasiado sobre su oportunidad, si vale la pena o la alegría así hacerlo en nuestra tierra.

Los aprendizajes son diversos, vienen desde hace una década y se relaciona con dos aspectos del trato igualitario en los procesos electorales y las campañas partidarias. 

El primero tiene que ver con la igualitaria distribución de la publicidad visual en el espacio público. La misma es cedida por el Estado y el espacio, es decir, la superficie a utilizar es exactamente la misma, para cada partido político, sin importar cantidad de afiliados y votantes en las últimas elecciones. Este valor, la cantidad de votantes precedente, solo lo hace ubicarse en la cartelería en el inicio superior de la misma, como en una escritura. (imagen 1)

El segundo aspecto, es la boleta única. La vivencia se produjo en las elecciones para parlamentarios de la Unión Europea donde pude votar por la ciudadanía italiana proveniente de mi familia paterna. 

El ingreso al cuarto oscuro, una simple cabina con cortina, donde se encuentra la boleta única (imagen 2) con todos los partidos y cada uno de los candidatos. Entonces uno puede marcar con un lápiz rojo, el partido y la o el candidato que privilegia para el parlamento. Es algo muy fuerte, conmovedor, para los que venimos de esta vergüenza de millones de boletas partidarias y más que millones de dólares en el primer y segundo escenario, doloroso despilfarro de los recursos económico de un estado vaciado, muchos de estos dineros aportados por esas mismas corporaciones que se vienen beneficiando de ese propio vaciamiento como endeudamiento externo.

Regresando a la buena energía política y esta experiencia. Es el estado el que provee la única boleta electoral solo al momento de la votación, allí los ciudadanos se encuentran con las opciones políticas y se ejerce el derecho de elección partidaria e incluso de los candidatos que más lo representan, usando el lápiz rojo. 

En el primer escenario, las ciudades se mantienen saludables en su limpieza, la igualdad es cautivante y el ahorro de los dineros públicos, gigantesco. Pero quizás lo más importante, el poder de los factores económicos concentrados se limita en los espacios comunes, enormemente y los partidos políticos minoritarios pueden tener más posibilidades de un crecimiento paulatino y sostenido. 

Parecido a nuestro país, son los vecinos los que se anotan libremente para custodiar el acto electoral en todo su proceso.

Frente a la pandemia, las elecciones se desarrollarán desde el 15 al 17 de marzo, a los efectos de cumplir un estricto protocolo de salud, con distanciamiento, lo que llevó a una convocatoria ordenada, donde cada votante sabe el día que debe concurrir, siendo los primeros dos días, para los seres humanos con situación más delicada y de extremo cuidado.

Seguramente, seríamos mucho más democráticos y respetuosos de nuestros pueblos, con herramientas así.

Precisamente hoy 12 de marzo, como un sencillo homenaje a Raúl Alfonsín en el aniversario de su nacimiento."