Por Nahuel Maciel

(Desde Gualeguaychú)

Gualeguaychú en verano es uno de los mayores centros de atracción turística porque el Carnaval del País es la nave insignia de la temporada. No es un fenómeno nuevo, sino que ya forma parte de una tradición. Ninguna actividad ni propuesta del sector turístico que se organice en la ciudad e incluso en la provincia, tiene la magnitud y la generosidad colectiva de los cinco clubes organizadores y que son protagonistas en esta fiesta impar. Se trata de un espectáculo desarrollado y pensado en la defensa del bien común. Y este valor es un aspecto que no siempre queda suficientemente reconocido por parte de las autoridades gubernamentales, que apenas atinan a acompañar, pero no mucho más.

Gualeguaychú –como Entre Ríos- se transforma durante enero y febrero, porque hasta el Corsódromo “José Luis Gestro” llegan visitantes de otras localidades entrerrianas, de otras provincias y de países vecinos para ser testigos de la magia que implica la celebración de la alegría y que se traduce en el mayor espectáculo teatral a cielo abierto que se organiza en el verano en la Argentina. No hay otro. El Carnaval del País es único, deslumbra por su propuesta estética y por ser una expresión insuperable en su artística integral.

La puntualidad del espectáculo es otro aspecto que se presenta como una virtud innegociable. Así, quien haya especulado con la “fama” de impuntualidad que suelen tener esta clase de propuestas, se llevó una gran desilusión porque a las 21:54, Silvio Solari -la inconfundible voz oficial del Corsódromo- anunció que se venía el mejor desfile del Carnaval. Acto seguido, las tribunas respondieron con una adhesión que rápidamente se transformó en una ovación que se fue irradiando de tribuna en tribuna y que duró varios minutos.

Para muchos especialistas, para los expertos y los observadores técnicos, el Carnaval del País es uno de los tres mejores que se desarrollan en el mundo. De eso se trata. Y anoche, por la lógica rotación de las comparsas, se vivió el mismo orden de desfile de la fecha inaugural: Papelitos (Club Juventud Unida) rompiendo el hielo con su tema “Valkë, ser nórdico antiguo del Oeste”, al culminar llegó el turno de Marí Marí (Central Entrerriano) con “Amanecer prometido”; en tercer lugar, desfiló Kamarr (Club Sirio Libanés) con “Chá, la revelación de la tierra” y el cierre estuvo a cargo de O’Bahía (Club Pescadores), que propuso “Vuela”.

Y el otro aspecto que merece una consideración es la organización de la Comisión Directiva que no deja nada librado al azar. En un diálogo directo y permanente entre la dirigencia de los clubes, permite subsanar toda situación no prevista en el menor tiempo posible y de la mejor manera. En este marco, también es oportuno valorar la tarea del área de Prensa, liderado por Diego Hilt Quiróz y su equipo integrado por Laura Lopardo Fava y Pablo Romani, entre otros.

No se trata solo de acreditar a los trabajadores de prensa, sino de brindar información precisa en los días previos, durante el espectáculo atendiendo la demanda –especialmente de quienes necesitan filmar- y aportando una comunicación que es sustantiva incluso para las bondades de una ciudad que cifra el destino de su temporada en el éxito del Carnaval. No es prensa del Carnaval, sino una comunicación puesta al servicio de la comunidad.

Anoche, 22 mil personas dieron testimonio de este andamiaje organizativo y cuyo mensaje les ha llegado por innumerables canales, todos con el sello que imprime Prensa del Carnaval.

Anoche, el modelo y conductor Hernán Drago, estuvo disfrutando del espectáculo y la jornada -además del Streaming a través de la cuenta oficial del Carnaval en YouTube (Carnaval del País)- contó con la transmisión en vivo de Crónica TV y un especial en América TV.

La búsqueda del bien común

Los cinco clubes que conforman la organización (porque también se encuentra el Club Tiro Federal con su comparsa Ará Yeví que este año descansa) han hecho de la búsqueda del interés general un encuentro virtuoso. Como se ha apuntado en reiteradas oportunidades en ANÁLISIS, esta iniciativa está consolidada como el mejor y más grande espectáculo a cielo abierto del verano, pero también es evidente que su desarrollo permite y favorece el crecimiento en materia turística. Además, su producido global se destina a sostener las actividades educativas, sociales y deportivas de los diferentes clubes: un aspecto que no siempre es valorado por las autoridades gubernamentales y que permiten a una comunidad de cien mil almas realizar innumerables actividades para mejorar el desarrollo social, cultural, educativo y deportivo tanto individual como colectivo.

En este marco, también es necesario computar a favor de los clubes organizadores las diversas fuentes laborales que de manera directa e indirecta generan y sostienen durante todo el año. Es que la preparación de las comparsas demanda una programación anual donde se convocan a los más variados oficios profesionales y laborales, como así también a numerosos y plurales talentos artísticos.

De nuevo se impone el repaso en su valoración: el Carnaval del País es una genuina fuente de riqueza en materia turística; su producido es considerado esencial para la vida educativa de la ciudad; genera innumerables fuentes laborales estables tanto en el plano artístico, cultural como de varios oficios y, sin embargo, esta propuesta todavía no ha sido reconocida en su total magnitud por el Estado.

Es cierto, existieron en su momento algunas manifestaciones de Interés Legislativo como su máxima expresión de reconocimiento; pero no mucho más que eso. El Estado debería comprometerse un poco más para que el diálogo entre lo público y lo privado, justamente, consolide la defensa del interés general de la población.

Homenaje a Estela María Samacoits de Maradey

La edición 2024 del Carnaval del País lleva el nombre –a manera de homenaje- “Estela María Samacoits de Maradey” (1924-2011): se trata de un merecido reconocimiento a una hacedora tenaz y visionaria para lo que hoy es la fiesta máxima de la ciudad.

Reconocer es –de algún modo- registrar un acuerdo; es creer y afirmar una convicción. El homenaje Estela María Samacoits de Maradey además contiene un profundo ejercicio de memoria. Si admirar “es la acción y efecto de causar una sorpresa a la vista”, al tratarse de este caso, también debe entenderse como la maravilla de percibir en la otra persona un compromiso ejemplar. Y eso hace la Comisión Directiva con Estela María Samacoits de Maradey, quien impulsó y promovió el Desfile de Carrozas, considerado una experiencia que es escuela de carnaval. Una mujer que fue una visionaria –y una hacedora- del Carnaval e hizo que su espíritu siga vigente en todos aquellos que continúan con su legado.

Comparsas y batucadas

Cada comparsa presenta una narrativa que la va expresando con los distintos componentes de su creación y debe ser equilibrada y coherente a lo largo de los 500 metros de la pasarela.

Y como toda historia debe tener un sentido definido, aunque narrados de distinta manera. Por eso cada noche de Carnaval –de diez que se programan- son diferentes, pero vinculadas: porque el mensaje no se traiciona y la narrativa se defiende fecha a fecha y la de anoche no fue la excepción.

La temática también se refleja de algún modo en la trama de los colores, en la urdimbre y destellos de las lentejuelas de sus trajes, en las plumas y demás accesorios que hacen a un vestuario que ha sido cuidadosamente diseñado. Y, claro está, la historia de cada comparsa también se cuenta en canciones especialmente creadas para cada edición.

Así, cada propuesta se vale de innumerables símbolos que reflejan lo imaginado y al mismo tiempo expresan una realidad que tiene un gran impacto con elementos que son atinados para comunicar sin necesidad de palabras explícitas.

Cada cuadro de cada comparsa tiene un tratamiento visual único y pertinente, constituido con una paleta cromática que deslumbra y contribuye a la historia que se comparte.

En cada propuesta cobra relevancia la carroza de apertura porque es la que presenta –si vale la expresión- la temática a desarrollar. Luego se perfilan las carrozas intermedias que también contribuyen con su presencia a las coreografías de las escuadras, donde sobresalen los espaldares, los tocados, y un vestuario que también incluye el calzado y nada deja librado al azar: son 500 metros donde hay que ser sutiles y “pisar fuerte” al mismo tiempo. Y se produce la magia, porque se logra que el público se deleite con cada propuesta.

Además, hay algunas personificaciones generales como los Portabanderas que aparecen con atrayentes trajes y suelen presentar los colores de cada club; la reina; los cuadros que protagonizan las Bahianas que son mujeres de cierta edad que se visten con un vestuario de faldas grandes, y que les permite realizar giros con un movimiento estético propio de una danza de floreo. Y está, por supuesto, el escenario sonoro que aportan las bandas musicales junto a las batucadas con su pasista, que son quienes le ponen el ritmo alegre para que el Corsódromo sea invadido por un carnaval pleno de alegría.

Este año en particular, las bandas musicales y las batucadas se distinguen por ofrecer un espectáculo dentro de una propuesta artística teatral que ya es sublime. Por ejemplo, en el caso de las cuatro batucadas –sin excepción- se presentan con sus sones como legítimas identidades de vecindario, de los barrios. Al ritmo de sus tambores y tamborines, de sus timbales y panderetas, del silbato y los repiques, las batucadas son percibidas como una de las grandes protagonistas de este carnaval 2024. Anoche, sus sones despertaron admiración y la danza de cada una de las pasistas deleitó a un público que comprendió que estaba en presencia de la celebración de la alegría.

Papelitos: “Valkë, ser nórdico antiguo del oeste”

La comparsa del Club Juventud Unida fue la encargada en abrir la noche. Los dirigidos por Juane Villagra tuvieron un desarrollo equilibrado, aunque no descollaron como se espera teniendo en cuenta que orgullosamente se presentan como la “bicampeona”.

Si bien sus carrozas deslumbran por sus detalles y coloridos e incluso algunos espaldares también se destacan por las siluetas de “navíos” o los otros con sus “banderines” propios de clanes; anoche no tuvo ese brillo que la ha caracterizado.

Con un desplazamiento armonioso y equilibrado, las escuadras se lucieron más por sus vestuarios que por su coreografía que no siempre pudo seguir el ritmo o la propuesta musical de la banda “Furia del Oeste”. Y lo otro que es preciso señalar: no alcanza con acercarse a las tribunas para animar al público y para males padecer el retumbo de acoples inoportunos que eclipsan a las voces.

Y su batucada, dirigida por Esteban Martín Piaggio, si bien se destacó por su ritmo, el logro fue más el éxito del oficio que la expresión artística propiamente dicha. En todo caso, anoche particularmente su expresividad no tuvo el color característico de su historia.

Aún con estos grises, Papelitos tiene todavía cinco noches por delante para demostrar por qué quiere el tricampeonato.

Marí Marí: “Amanecer prometido”

La comparsa del Club Central Entrerriano anoche volvió a imprimir en la retina y en el corazón del público sus ansias de ser campeona.

La “Rojinegra” es dirigida por Gregorio Fariña, quien ha logrado amalgamar, como un orfebre que sabe combinar sin mezclar y por eso conecta lo que propone con lo que el público recibe. No hay baches ni fisuras.

De entrada, hay que destacar que los Portabanderas no sólo llevan los colores de su entidad, sino que han sabido interactuar con ese “Amanecer prometido” al adueñarse también ellos de la luz.

Por otro lado, desde el vamos su banda “Toque de Samba” (dirigida por Martín Irigoyen) logra ese diálogo con el público y que es parte de una relación tan distintiva como extraordinaria. Se trata de un aporte extra que remite a la fidelidad del público. Por eso, canción tras canción, logran transformar la identidad en una pasión “que te atrapa por completo” y te lleva hasta lo más alto y profundo del carnaval.

En un momento del desfile se silenció la sonoridad musical a propósito y eso fue una invitación espontánea para que el público comenzara a compartir su aporte a capela, es decir, sin el acompañamiento instrumental. En todo caso, las palmas golpeando las chapas fue una percusión que explica sin palabras por qué Marí Marí es una de las favoritas de este año.

“Con el amor de todos ustedes nos sentimos campeones del mundo”, sostuvo con voz en cuello el animador de la carroza de los músicos. Y de inmediato preguntó: ¿Qué pasa en el Corsódromo? Y saben lo que pasa: llegó Marí Marí. Así, la comparsa de Central Entrerriano mantuvo la intensidad a lo largo de los 500 metros de la pasarela, sin decaer un segundo.

Por otro lado, las miradas también se centraron en el niño Amir González –que proviene de una familia carnavalera por excelencia- y que el público supo valorar su capacidad y entrega. En este marco, la ausencia de Silvana “Bombón” Fernandes (aunque se la extraña en la pasarela por su jerarquía como artista) no se resintió porque el conjunto supo suplir una baja que para otros hubiera sido imposible. Y cuando el conjunto funciona, no hay individuales indispensables, aunque tengan el mejor arte.

Por último, la batucada “Batería aplanadora” dirigida por Mauro Andrada logra emocionar y transmitir fervor. Se trata de una entrega generosa y anoche su despliegue fue recompensado con aclamación.

Kamarr: “Chá, la revelación de la tierra”

La comparsa del Sirio Libanés no tuvo una noche feliz o al menos con la intensidad de las cuatro experiencias que mostró en enero. La comparsa dirigida por la dupla Adrián

Butteri – Raúl Galarraga sigue aspirando al podio, aunque anoche no tuvo el brillo de otras lunas.

La Azul y Negro tiene un tema que encanta por su coherencia y por su actualidad. Máxime en una comunidad que ha hecho del ambiente un eje central de su desarrollo. Y Kamarr logra narrar bien por qué es tiempo de “la revelación de la tierra”.

Y si bien queda muy bien reflejado cómo el joven de la tecnología se va mimetizando con los valores de un diálogo elogioso entre la tecnología y la naturaleza: anoche la profundidad de su propuesta no se hermanó con la intensidad que reclama esta altura del carnaval con su quinta fecha.

No obstante, tuvo pasajes donde realmente se vivió la fiesta azul y negro que propone Kamarr. Y esto se reflejó en la comisión de Frente, que viene mejorando noche a noche. Y lo otro que es preciso destacar es la carroza de los músicos, que anoche lució más jerarquizada. En efecto, el carro que transporta a la banda “Caravana de Carnaval” (dirigida por Hernán Archaina y Guido Videla) es un verdadero símbolo-emblema; es decir, tiene adornos artísticos que representan cabalmente ya no el ser primitivo sino al ser en evolución. Sus cueros, los rosarios de cacharros, los mapas y códices (que son representaciones anteriores a la escritura) o las imitaciones a los dibujos rupestres, se combinan para potenciar la historia.

De todos modos –como ya se apuntó- la profundidad de su tema anoche no tuvo su correlato de intensidad que implica el espíritu de Carnaval. Del mismo modo, su batucada “Las Audaces”, liderada por María Celeste Piaggio e integrada solo por mujeres, no logró el ritmo que hace lucir a la pasista Florencia Jurado.

Habrá revancha para Kamarr, porque anunció con la autoridad que le da su estética y su historia, que este año quiere estar en el sitial más alto del Carnaval.

O’ Bahía: “Vuela”

La comparsa del Club de Pescadores fue la encargada de cerrar la noche. Si bien gran parte de las 22 mil personas que anoche presenciaron el Carnaval comenzaron a dejar el Corsódromo antes de su finalización, los dirigidos por Fabián Scovenna lograron transmitir sensibilidad por la historia que comparten y un compromiso que les permitió lucir su mejor desfile desde que se presentó el 6 de enero pasado.

La banda musical Bahiana Carnaval, codirigida por Brian Badaracco y Lucas García Gaitán, logró entusiasmar a un público que se expresó con mucha energía, especialmente cuando sonaron los temas “Abre tus alas” y “Vuela”.

“Vuela” es un homenaje a Ana Gelós de Peverelli; incluso emocionó el frente del carro de los músicos con una estampa de ella a modo de bandera. Y anoche cada integrante fue un genuino embajador de ese cálido mensaje.

O´Bahía de manera paulatina ha venido creciendo noche tras noche. Las máscaras de su comisión de frente (que representan a la luna) se perciben mucho más real con las luces led incorporadas. Pero, emociona que Mia Feney –nieta de Ana Gelós de Peverelli- la interprete con la calidez y jerarquía que lo hace a lo largo de todos sus cuadros hasta remontar subida en la canasta de un globo aerostático. De hecho –casi como un símbolo- al promediar el desfile de O´Bahía se percibió un viento refrescante que recorrió todo el Corsódromo no solo trayendo alivio a una jornada sofocante, sino casi acoplándose o incorporándose a una puesta en escena que quedó ideal: incorporar el viento como un fluido aéreo para emprender el vuelo.

Lo que viene

Febrero se inició anoche. Pero, la ciudad y el país ya palpitan este fin de semana extra largo de Carnaval previsto para tres días: sábado 10, domingo 11 y lunes 12, además de la Elección de la Reina que está agendada para el viernes 16; y las dos fechas tradicionales como los sábados 17 y 24 de febrero.

El Carnaval del País inicia una etapa definitoria y decisiva: quedan cinco noches para que cada comparsa mejore sus propuestas, fortalezca sus debilidades y consolide sus logros.

Anoche, el público ya se preguntaba qué comparsa estaba mejor y sacaba cuentas. Se vienen jornadas decisivas, donde si fuera por el esfuerzo y el talento habría que declarar un cuádruple empate. Pero se puntuarán otros rubros donde las carrozas, el vestuario, la música o el desfile mismo serán protagonistas de manera individual pero siempre en perspectiva del conjunto que implica una comparsa. Y ahí hasta el momento nadie tiene la última palabra. Mientras tanto, la magia de celebrar la alegría ubica a Gualeguaychú como el mejor Carnaval del País.

Para revivir la quinta noche